Capitulo 18

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ADAM

Tener a Angel a mi lado, es un alivio, ella logra calmarme y complacerme, desde que llegué a la oficina y recibí la llamada de Mike, me tensé al descubrir que alguien de la empresa nos está traicionando.

Tener la perspectiva de Angel en la empresa me ha ayudado bastante, buscaría un investigador privado para que se pusiera manos a la obra, llamaron a la puerta.

-          Adelante – dije con la mirada fija en la laptop.

-          Señor Williams, aquí tiene los contratos que me pidió – me dijo mi bella mujer.

-          Gracias, señorita Bécquer ¿podría quedarse? – le dije mirándola a los ojos ella asintió.

-          ¿Me ordenarás algo más? – yo negué con la cabeza – Entonces, ya regreso iré por mi laptop para adelantar trabajo de la universidad – dijo saliendo de la oficina, minutos después entró de nuevo y tomó asiento frente mí, me volví a centrar en lo que estaba revisando .

Horas después decidí dejar de trabajar y me froté los ojos por el cansancio y me fijé en la mujer que tenía delante que estaba tan concentrada que no se percató de que me levanté del asiento.

-          Nena, vámonos a casa ya – dije dándole un beso en la cabeza, ella alzó la cabeza y nuestras miradas se encontraron.

-          Sólo cinco minutos más, debo acabar el proyecto – asentí y me senté a su lado contemplando lo que hacía, miré el reloj y habían pasado cinco minutos, así que cerré su laptop y ella me miró con el ceño fruncido.

-          Pasaron más de cinco minutos, vámonos a cenar – ella suspiró y se levanto de la silla estirándose.

-          ¿Después me puedes dejar en el apartamento de Mikel? – yo fruncí el ceño- He quedado con él y con Sofía más tarde – asentí y nos dirigimos al auto.

Al llegar a casa, me dirigí a la cocina mientras ella se cambiaba de ropa, preparé pasta al pesto y la serví.

-          Mmmm... está deliciosa – dijo saboreando la pasta, yo reí al ver su expresión – Señor Williams, quiero contratarlo para que sea mi chef personal ¿qué me dice? – me preguntó con una sonrisa pícara.

-          ¿Sólo como chef? – ella asintió y puse cara de estar decepcionado.

-          Creo que sus postres son mis favoritos – volvió a mostrarme esa sonrisa picara, terminé de cenar y me acerqué a ella que aún seguía cenando.

-          Bueno pues ahora mismo quiero comerme mi postre – dije metiendo mi mano en su pantalón deportivo – Termina de comer Bécquer -   le susurré al oído mientras la masturbaba.

-          Williams..... no me apetece más – dijo con la voz entrecortada.

-          Nena es una orden, termina de comer, yo comeré otra cosa – le dije deshaciéndome de su pantalón y sus bragas, me coloqué entre sus piernas y comencé a saborearla.

-          Joder.... Adam... me voy a correr – dijo jadeando, seguí masturbándola hasta que llegó al éxtasis- Me encanta que me obligues a comer – dijo riendo, amaba su forma de reír, la amaba a ella.

-          Me encanta que me obedezcas, no sabes lo que me pone – dije para luego adueñarme de sus labios. 

-          Adam.... Necesito que me lleves al departamento de Mikel ¿recuerdas? – yo la ignoraba y me dediqué a besarle el cuello – Adam.... debes parar.... he quedado – me recordó con la respiración agitada, puse los ojos en blanco y me despegué de ella, aunque si hubiera sido por mí, la hubiese atado y follado hasta el amanecer.

-          Llámame mañana – dije despidiéndome de ella con un beso largo y lento.

-          Lo haré, mañana me llevaré mi auto a la universidad – dijo a centímetros de mi- No me extrañes y si te tocas avísame para que pueda ayudarte con eso – dijo riendo y guiñándome un ojo.

-          ¡Angel Bécquer, pienso dejarte sin caminar por una semana como castigo! – grité sonriendo y negando con la cabeza.

-          ¡ ESPERO CON ANSIAS ESE CASTIGO! – gritó desapareciendo de mi vista.

Acabaré amando el café helado.

EL CAPULLO DE MI PROFESORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora