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                                            13| LA NOCHE DEL INCIDENTE


Hoy hacia veinte años que nació una persona en la familia y momento equivocado.

Si, era mi cumpleaños. Y mi prima aún no captaba que no quería nada de celebraciones ya que me recordaba a cosas que no me gustaban...la muerte de Lukas por ejemplo.

Aún me sentía culpable por sentir cosas por otra persona, no eran tan fuertes como las que sentía por aquel chico que me mostró el mundo de las carreras pero Yannick me hacia sentir viva otra vez. Y por eso me culpabilizaba, porque eso significaba que estaba sustituyendole por alguien más.

 —¿Les digo a Faith y a Yannick de venir por lo menos?

Yannick...me encogí las rodillas al pecho al escuchar su nombre.

Las cosas estaban un poco incómodas entre nosotros, incluso dejó de ir al trabajo aunque Dax me dijo que no había dimitido. Hacia mas de una semana que no veía ni hablaba con Yannick, y Faith estaba algo rara. Odiaba que mi ánimo dependiera de esos hermanos.

 —Vale.

Chrissie llevó el aparato a su oreja, parecía hablar animadamente y durante unos instantes se mostró seria. Colgó con una pequeña sonrisa en el rostro.

 —No va a venir Yannick, Astra.

Sentí algo de decepción pero lo dejé correr, no éramos amigos de hace años. 

Él no era mi problema.

 —Que haga lo que quiera.

Recogí mi cabello en un moño despeinado e hice un intento de vestirme como una persona normal. Mi plan era ir al cementerio a estar un rato con Lukas, comer pastel allí e irme a casa de la señora Myers a regar sus plantas.

Me vestí toda de negro; botas, leggins y un jersei. La verdad es que no era mi intención ir toda de ese color pero el negro me sentaba bien.

Cuando bajé Faith ya estaba allí.

 —Hola. — dije en un hilo de voz y la abracé.

 —Astra...siento lo de Lukas. ¿Es hoy, cierto?

Asentí y me sobé la nariz, ahora no quería estar triste.

  —Vamos a comer unos buenos churros para celebrar esos veinte añazos. — exclamó la rubia con una gran energia.

Las tres fuimos a aquel bar que una vez me enseñó Faith, el ambiente era igual de cálido que siempre. Pedimos unos churros y chocolate caliente.

 —Has estado muy desaparecida rubita. — le señaló mi prima con mala cara.

 —Chicas, mi padre ha empeorado...no le queda mucho tiempo.

¿Así que por eso Yannick había estado tan desaparecido?

No es momento de pensar en él.

 —Lo siento, Faith — agarré su mano con fuerza —. Si necesitas algo estamos aquí para ti.

 —No quiero ponerme triste cuando aún no se ha muerto...quiero valorar este tiempo. Y Yannick debería de hacerlo también.

 —¿A que te refieres? — cuestionó Chris.

 —Desde que papá ha empeorado él ha estado buscando a alguien por su padre...ya sabeis, una esposa.

Ambas posaron su mirada en mi aunque yo no me atreví a verlas, solo a preguntar algo.

YannickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora