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                        15| OJOS PRECIOSOS PERO DESCONOCIDOS


Faith Husayni

—¿Como está?— pregunté de los nervios.

La doctora miró a todos los que estabamos esperando por ella, apretó los labios ligeramente y soltó el aire que estaba conteniendo.

—Ha tenido un coma etílico...unos minutos mas tarde y no hubiera sobrevivido.

Chrissie a mi lado se puso a llorar desconsoladamente así que hice que apoyara su cabeza en mi hombro para consolarla, ojeé a mi derecha y como suponía Yannick miraba al suelo absorto en sus pensamientos.

—No sabemos cuando puede despertar, puede que en pocas horas o varios dias— miró a mi hermano—. Ha sido muy valiente.

Se marchó y aproveché a preguntarle a mi hermano porque le había dicho eso la doctora, solo sé que la trajo al hospital junto a otro chico. Sinceramente no le había visto tan mal desde que nos enteramos de que papá tenia una enfermedad terminal. Acaricié su mejilla y esperé su respuesta.

—Mientras los doctores estaban con ella estuve agarrandole de la mano.

—Ah.

—Ella me lo pidió antes de se durmiera por completo.

Fue lo último que me dijo porque se levantó de su silla y se marchó del hospital, creí haberle visto enjuagarse una lágrima pero eso era imposible, él nunca lloraba. Ni siquiera lloró cuando murio nuestra abuela, ni cuando se metían con él en el colegio, ni cuando le metieron su primera paliza. No era creíble verle llorar, pero tampoco veía creíble que pudiese cambiar tanto cuando la conoció.

Cuando se despertase Astra le diré la verdad sobre Yannick, debe de saberlo antes de que sea demasiado tarde.

—Q-quiero verla, Faith.— susurró en sollozos la pelinegra.

—Voy a preguntar si podemos verla.— le dije y me levanté del asiento.

Busqué a la doctora que nos atendió pero no la encontraba por ningún lado...decidí ir a recepción y preguntar.

—¿En que la puedo ayudar?— preguntó una recepcionista bastante mona.

—Quería saber si podriamos visitar a una paciente.

—Dígame su nombre.

—Emm...Faith Husayni.

Comenzó a buscar en su ordenador por la razón que fuese pero no encontró nada, me miró con el ceño fruncido.

—Aquí no tenemos a ninguna paciente que tenga ese nombre, señorita.

—Oh— dije avergonzada—. Lo lamento, pensaba que estaba pidiendo el mio.

Comenzó a reír con suavidad, durante unos instantes me quedé embobada mirandola pero me recompuse enseguida.

—No está mal saberlo— vaciló y peinó en un gesto rápido su cabello rojizo hacia atrás—. Pero para poder ayudarte tienes que decirme el nombre de la paciente.

—Astra Foreman.

Buscó de nuevo durante unos breves minutos y sonrió mas tranquila.

—Vale, Astra Elaine Foreman...— comenzó a leer algo—...ha sido interna hoy por algo grave así que si le pregunta a un doctor te dirá que no puede pasar nadie hasta mañana.

YannickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora