¡No Eres Taehyung! | Jeon Jungkook ©

XIII | ABUELA.

MOON DANA.

Me arreglé ya que hoy iría a casa de Jiyeon, al parecer alguién de su familia cumplía años hoy, y como no se llevaba bien con sus primos me invitó para no estar sola, por supuesto que acepté más que feliz porque habría pastel, y comida gratis.

Julio terminaba para darle paso a la llegada de agosto, este mes era especial, mi abuela cumplía años, y yo deseaba poder ir a verla, tantos meses estando en Busan, y ni una sola vez he podido ir, aunque ya tenía dinero suficiente para gastarlo en ella, así que iría a principios de este nuevo mes; en la tercera semana en la que sería su cumpleaños para luego ir dos veces más; la última semana y la primera de septiembre, ahora, debía buscar como ir ya que había pensando en Jungkook, pero él tiene clases al igual que yo, el bus saldría más costoso y me daba vergüenza preguntarle a la madre de Jiyeon.

Me miré por última vez en el espejo y suspiré encantada por el resultado. Diablos sí que soy bonita, dí una vuelta y admiré como lucía con la ropa y el poco maquillaje que utilicé. No puede encontrar algo que para mis ojos fuera feo, realmente era gratificante tener amor propio y confianza en mi cuerpo y físico.

Dana 1, baja autoestima 0.

El bus me dejó frente a un restaurante de comida rápida, el olor que salía de allí era exquisito, pero no era mi parada final, caminé unas cuadras arriba y giré a la izquierda visualizando la casa. Toqué unas tres veces seguidas escuchando pasos, voces y llaves sonar a través de la puerta para luego ser esta abierta por una chica mucho más joven que yo, una adolescente de unos quince tal vez.

— Pasa.

Curve levemente las comisuras de mis labios sin formar exactamente una sonrisa, pero intentando verme agradable, habían muchos adultos, todos mirándome hasta que Jiyeon se acercó junto a su madre. Por lo que me habían dicho ambas en llamada, quienes cumplían años era unos gemelos que cumplían siete, no fue difícil encontrarlos me acerqué para regalarle a ambos un obsequio después de dar un pequeño saludo a la familia de Jiyeon y presentarme ante todos, también fue fácil distinguirlos porque los dos estaban comiendo galletas mojandolas en la fuente de chocolate. No les diría que mucho azúcar en tanta cantidad podría hacerles daño ya que fácilmente podría ser yo, además sus padres o algun adulto responsable debería estar al tanto.

Si llegara a ser diabetica, o me daño yo, o daño a los que vengan después de mí -si es que vienen-.

A primera vista la familia Min se veía bastante tranquila, y agradable, pero no, eran muy intranquilos, y algunos eran el contrario de agradables, en especial los que ella tenía que llamar "primos", los gemelos no eran tan odiosos así que con ellos no tendría tantos problemas. Los adultos de tercera edad eran maleducados, creyéndose con mucho poder por ser mayores, las tías eran las que servían y ayudaban con todo mientras sus maridos hablaban entre ellos sin dar un gracias al menos.

SOCORRO SAQUENME DE AQUÍ.

Por otro lado, Jiyeon tenía un primo que por lo que sé tiene veintiocho año siendo mayor que ambas por mucho, es alto de cabello negro, usa lentes y tiene un cuerpo robusto, se ve que a trabajado algo en él así que estaba pensando, analizando, calculando  llegando al dilema; ¿y sí me meto con él?