XV | SEÑOR KIM.

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MOON DANA

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MOON DANA.

Recién abandonaba el asilo luego de dos horas de visita compartiendo con mi abuela. Me había estado sintiendo sola así que decidí venir en horario nocturno, por eso me iba tan tarde, ya no aceptaban visitas hasta mañana. La noche estaba un poco más fría de lo común así que me abracé a mí misma y seguí caminando hasta la avenida que se encontraba a unos metros, el vencidario nocturno estaba en total silencio, solo se oían mis pasos sobre algunas piedrillas de la acera.

Sin embargo era un silencio algo perturbador, sentía como si algo malo estuviera por pasar así que aceleré mis pasos hasta lograr llegar a la alumbrada calle viendo a varios autos aún transitando al igual que los buses, crucé cuando el semáforo estaba en verde, y subí al bus que me correspondía para ir a Mandeok; no sin antes revisar que nadie me siguiera o que subiera después de mí. Afortunadamente nada ocurrió ni se presentó lo cuál me dejó ir tranquila a casa, o bueno, algo tranquila, ya que empezaba una llovizna y yo no poseía alguna sombrilla  para protegerme ni siquiera una chaqueta así que tendría que ir rápido hacía el condominio al bajar del bus.

Mi celular estaba muerto, no tenía como avisarle a Jiyeon que había llegado a casa. Lo coloqué a cargar mientras me quitaba la fría ropa, también llamaría al asilo para que le dejaran el mensaje a la abuela sobre mi llegada a casa y que todo estaba bien. Preparé un té de manzanilla y miel para poder descansar mejor y, subir un poco la temperatura de mi cuerpo; me cubrí con una bata de baño, sentándome en el sofá de la sala mientras bebía de mi taza. Estaba muy bueno.

Las semanas de evaluaciones ya estaban por volver así que debía estudiar más de la cuenta, cosa que me agotará y, restará más tiempo del poco que ya tenía. Estoy a punto de colapsar.

— ¿Ya vas a dormir?—mi amiga preguntó a través de la línea.

— Sí, Ji, estoy agotada.

— Entonces descansa—bostecé.

— Igualmente, nos vemos mañana.

— Nos vemos mañana, Dannie.

— Te quiero, Jiyeon—volví a bostezar, colgué para luego recostarme en mi cama mientras limpiaba las lágrimas producto de mis bostezos que caían por los costados de mi rostro. Mis ojos se fueron cerrando poco a poco hasta dormirme.

Los días pasaban lenta y agonizantemente. Yo siendo una persona que no usaba maquillaje tenía que recurrir al corrector por las oscuras bolsas bajo mis párpados inferiores, realmente estaba cansada, todo me dolía, mis ojos pesaban, solo quería dormir hasta que mi cuerpo estuviera lo suficientemente descansado como para continuar con mis actividades diarias.
Es todo un reto trabajar mientras mis ojos pesaban, y mis articulaciones dolían.

Hoy mi turno acabaría temprano así que, desde hace unas horas había reservado ir a un spa, y sí, con todo el dolor de mi corazón gastaría gran parte del dinero que había logrado acumular durante estas últimas quincenas, ojalá hubiera podido pagar el servicio completo, pero era muy costoso así que sólo reservé unos masajes de aceite ya que mi cuerpo lo necesita.

¡No Eres Taehyung! | Jeon Jungkook ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora