XIV | LÍMITES.

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MOON DANA

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MOON DANA.

Que agotador.

Cinco rondas de diez secuencias eran las que había hecho de sentadillas por la rutina que había empezado a hacer, me habían dejado más que agotada, posiblemente mañana me duela aún más el cuerpo, por esa razón nunca termino los ejercios que me propongo, soy una floja, ¿qué puedo decir?
Además del calor que estaba haciendo y de que tenía agua hirviendo para hacer unos espaguetis, el suelo también estaba caliente. Me estaba asando viva, parecía un camión de agua de tanto líquido que estaba retenido en mi cuerpo y que expulsaba de vez en cuando. Lo bueno es que si seguía así tendría más resistencia para poder hacer las cosas, ya que, a la mierda el físico, no me interesa ser delgada estéticamente; solo estar saludable.

Luego de haberme bebido toda mi botella de agua murmuré sobre lo cansada que estaba mientras peinaba mi cabello mojado por el sudor, mis mejillas estaban muy sonrojadas al igual que mis orejas, me quería bañar, y sacarme todo lo sucio que tenía encima. Luego de esa esperada ducha me encontraba peinando mi cabello después de colocarle crema hidratante con olor a coco, admiraba lo linda que me veía a pesar de estar vestida con prendas desiguales y el cabello algo alborotado al secarse.

— Que lindas mejillas tienes, Dana—le hablo a mi reflejo

— Gracias, Dana.
Sonrio para mí misma.

Me siento en el comedor para culminar algunos ensayos, y repasar algunos papeles con resaltador. Varios bostezos salen de mi boca así que decido preparar el desayuno y un café oscuro sin azúcar, dejé la ventana abierta para que la brisa ventilara la pequeña estancia mientras la sartén se calentaba para preparar unos huevos revueltos, y comerlos con unas rebanadas de pan integral junto a unas uvas. ¿Debería comer un poco más?, considero que es suficiente para satisfacer mi hambre justo ahora.

Luego de comer decidí sentarme en el sofá de la sala para ver un poco de  televisión mientras reposaba, y hacía mi proceso de digestión, me senté en forma de indio, cruzando mis piernas, cambié de programa buscando que podía ver hasta que una de las sagas de 'Piratas del Caribe' me atrapó. Lo que era solo una hora de reposo, pasaron a tres, los comerciales aparecieron haciendo que mi vista se desviara a otro lado mientras esperaba que volvieran a poner la maratón, miré mis manos y estas descansaron en mis muslos; pálidos por falta de sol. Mordí mi labio al ver que aún no terminaban los comerciales, mi mano trazó círculos y toques pequeños en mi piel, revisé mi celular pero ni siquiera mensajes tenía. Los que fueron unos simples toques se convirtieron en caricias más delicadas y constantes, eso me indicaba hacía donde iba el rumbo de las cosas, estaba dudando de aquello.

Hace mucho no lo hacía por falta de tiempo, ¿sería desubicado hacerlo?

¿Por qué sería desubicado?

No había nadie que me mirara.

Nadie lo va a saber.

Es mi intimidad, ¿por qué importarían los demás?

¡No Eres Taehyung! | Jeon Jungkook ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora