¡No Eres Taehyung! | Jeon Jungkook ©

XVI | NUESTRO RITMO.

MOON DANA.

Nuevamente habían casos de covid en Busan por lo que las pocas instituciones e instalaciones que estaban abiertas al público cerraron hasta nuevo aviso.

Las últimas evaluaciones se habían entregado la semana pasada y realmente estaba nerviosa por los resultados, estudié mucho, fuí de las primeras en entregar, pero eso no me aseguraba de tener todo correcto y más si en las últimas preguntas había dudado en que contestar. Supongo que todos aquellos que aún vemos clases pasamos por estas sensaciones de incertidumbre.

Mediante mi correo electrónico me informé sobre las clases virtuales que iniciarían la siguiente semana y que tomáramos estos día para descansar tanto alumnos como docentes. Todo iba más que bien tanto así que yo estuve comprando varios productos para mi cuidado personal en un intento de regalarme un poco de tiempo y cariño luego de estas semanas pesadas.

Decidí darme primero una ducha completa de pies a cabeza, lavar mi cabello con shampoo y acondicionador natural junto a algunas mascarillas de frutas de la misma marca. Luego de salir, secar mi cuerpo y vestirme volví al baño esta vez para aplicar una mascarilla hidratante junto a una de labios. Mientras esperaba su efectividad según las instrucciones, fuí a preparar un té de manzanilla con miel. Comencé a barrer un poco mientras el agua se calentaba. Había comprado un reductor de ojeras que me recomendó la farmacéutica así que luego de retirar la mascarilla apliqué el reductor y seguí tomando de mi té.

Justo en el momento que sonaba la alarma de mi celular en señal de que los minutos habían acabado para retirar aquellos plásticos bajo mis párpados terminaba de trapear el suelo, había quedado un olor a cereza muy agradable, aunque con las ventanas abiertas escapaba su esencia así que con un spray de olor a flores recalqué los puntos donde quedaría el olor. El departamento se veía limpio como si le hubiera quitado una gran carga de encima. Desenredé mi cabello a lo que decidí hacerme unos rulos luego proceder a colocarme una mascarilla de limpieza, miré la hora y fuí hacía la cocina para preparar un sobre de gelatina de frutos rojos.

Coloqué un poco de música de mi playlist. Todo estaba perfecto, de repente había mucha paz en el ambiente hasta que tocaron la puerta del departamento. Me acerqué al orificio de la puerta y miré a través de el para saber de quién se trataba.

— ¿Me vas a abrir?—preguntó al otro lado de la puerta.

— ¿Quién te dejó pasar?

— Una señora iba saliendo y le dije que iba a entrar y me dejó.

— Privilegiado por tener una cara linda—le abrí la puerta— ¿qué es todo eso?

— Primero, hola,—sonrió sarcástico— ¿cómo estás?, yo bien gracias por tu genuina atención—se adentró al departamento cerrando la puerta con su pie.

— Que bueno que estés bien yo también lo estoy, ahora, ¿qué haces aquí?

— Vine de visita.

— ¿Por qué?—se quedó en silencio.