Capítulo 10 la cita

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Al entrar a la feria se podía notar por todas partes varios juegos mecánicos, la montaña rusa, los carritos chocones, un carrusel, el barco pirata, baile de tazas, las sillas voladoras. Había varios lugares que quería subirme, en especial en la montaña rusa, sin darme cuenta, él había adivinado que me quería subir a ese juego. Tomó mi mano y me llevó hacia la fila. Sé que es inapropiado hurgar en las mentes de otros, pero le di una pequeña leída en su cabeza, estaba pensando: "creo que después de bajarnos de ahí él me terminará abrazando". Saliendo de ahí me sonrojé bastante que no pude evitar abrazarlo de un brazo, él me miró al instante, me dio una cálida sonrisa. Al llegar enfrente del juego, cuando nos sentamos él puso su brazo alrededor mío, mientras me acercaba más a él, haciéndome sonrojar mientras él ponía una sonrisa cómo me había dicho antes, le parece tierno, cuando, reaccionó así.

En unos 3 segundos comenzamos a movernos. Sentía la adrenalina recorriendo mi cuerpo a cada segundo que restaba para llegar a la parte emocionante, me percate que Leo mostraba confianza en su rostro hasta que cambió a una de miedo, en eso bajamos a una de velocidad, tanto que Leo gritó de susto y acto seguido él me abrazaba por todo el camino. Cuando nos bajamos del juego mecánico me percate que Leo se aferró a mí por varios minutos, sin mencionar que tenía los pelos de punta, así que lo lleve por pan dulce para el susto.

A la hora de sentarme junto a mi cita, vi cómo se recuperaba poco a poco, mientras que me empecé a reír por esta pequeña situación que pasó hace un momento, lo miré de frente y observé que me estaba sonriendo nuevamente, poniéndome nervioso, algo tímido por su mirada, acto seguido él se burló un poco por mi reacción. Al terminar de comer nos fuimos a otro juego, está vez uno que no lo asuste demasiado o paralice por varios minutos, así que fuimos a los carritos chocones, para ser sincero pensé que nos sentamos en diferentes carros, pero terminamos juntos en uno mismo; Siempre pensaba que esté día nunca pasaría, que sería uno de los excluidos de vivir lo que se consideraría una escena de una película romántica adolescente... Esto realmente está pasando, lo estoy... Viviendo... La quiero disfrutar. Al finalizar el juego él me llevó a subir a la rueda de la fortuna, ya estando en la cima por una razón extraña se había parado.

-¿por qué se detuvo? -pregunté nervioso.

-Es que le pague al señor para que se detuviera-respondió.

- ¿pero por qué? -cuestioné.

-por eso-aparte de responder mi pregunta, señaló el cielo, había una lluvia de estrellas.

-Es hermoso-comenté y ambos nos miramos los ojos por un largo tiempo, mientras qué Leo se acercaba poco a poco a mi rostro, cerré mis ojos. Sentía su mano tocando mi mejilla, acto seguido me dio un beso.

Mientras nos besábamos la rueda de la fortuna se siguió moviendo, a la hora de estar a punto de bajarnos vimos que el maquinista estaba muerto que su brazo fue arrancado, ambos al verlo nos asustamos bastante, que en un solo brinco saltamos del juego, terminamos huyendo lejos de ahí sin contar qué él "Sin nombre" estaba enfrente de nosotros devorando a un pequeño niño, ambos nos quedamos paralizados, horrorizados del horror de la escena, para que no ser los siguientes en la lista estábamos caminando de reversa lentamente, desafortunadamente pise una rama que causó qué aquella criatura se volteara, preparándose para atacar, pude ver en el que se formaba una sonrisa psicótica. En eso sentí que mi brazo estaba siendo jalado por Leo que estaba corriendo para salvar nuestras vidas, pero el "Sin Nombre" dio un enorme brinco cayendo sobre nosotros, apenas que estaba recuperando mi conocimiento observé que ese horrendo monstruo iba a atacar a Leo con la mirada le estaba quemando todo su cuerpo cada vez que se acercaba a mi novio, el "Sin Nombre" al no poder atacar a Leo fue atacarme.

Así que me fui corriendo al único establecimiento que tenía enfrente mío, era el laberinto de los espejos. Un detalle es que cuando entre, sentía mucho miedo, sin mencionar de qué me estaba mareando porque me veía a mí mismo reflejándome en los espejos, con mi mano iba viendo por dónde iba o si acaso tocaba un espejo, en eso escuche unos cuantos espejos romperse, por esa razón salí corriendo cruzando con cuidado cada pasillo para salvarme de una muerte súbita, era vital para mí encontrar un camino porque un paso en falso e iba a ser un bocadillo para el "Sin Nombre". En un pasillo noté algo raro, los espejos se estaban rompiendo, pero el ruido se escuchaba en todos lados, girando hacia el sonido en el sentido de las manecillas del reloj, hasta acercarse a mí, mientras que mi temor me invadía por mi cuerpo hizo que de manera tardía notara su reflejo, utilicé un hechizo para hacerme invisible, otro para teletransportarme fuera del edificio atrás. Aliviado terminé sentado en la pared, recuperaba el aire por la adrenalina, en eso Leo fue corriendo a una gran velocidad hacia mí dándome un enorme abrazo.

-Pensé qué te había perdido-dijo asustado.

-tranquilo... Tranquilo... Todo está bien-lo decía mientras lo abrazaba.

- ¿cómo puedes estar tranquilo? -preguntó confundido.

-Por qué estaba seguro de qué salía de ahí. Que podré verte de nuevo-contesté.

De repente, la policía nos enfrentaba a nosotros apartándonos del lugar para ponernos a salvo, mientras estábamos sentados en el carrusel la policía nos estaba interrogando, pues estábamos cerca del monstruo, hasta que no encontraron rastros de la criatura, solo vieron el laberinto destruido con un enorme rastro de sangre, intentaron revisar las cámaras, pero lamentablemente se distorsionaba el video. Después de la interrogación los policías nos escoltaron fuera del lugar, Leo me miró por unos minutos, me agarró del hombro.

- ¿Quieres ir a mi casa? -sugirió.

-espera... Qué... Estás seguro...-tartamudeo.

-Sí... Es qué tengo miedo... De qué esa cosa de ataque...-aclaró.

- pero...-fui interrumpido por un sonido extraño, cerré los ojos por unos segundos.

- ¿Entonces? ¿Aceptas o no? -preguntó.

No tuve más opción que aceptar la oferta que me dio Leo, cabe de mencionar que le avisé a mi hermana que me iba a quedar a dormir con mi cita, pero ella va a hablar conmigo al llegar a mi casa, espero que no sea una de esas típicas charlas de adultos, ya saben a la que me refiero la que dan sobre las relaciones, sé que es muy importante, pero... Honestamente, creo que mi bachillerato se adelantó con eso. A la hora de llegar a su casa, su madre estaba angustiada por la noticia que había ocurrido en la Feria, era una mujer de ojos verdes, el cabello rubio con la raíz castaña, una camisa de abotonar blanca holgada, un pantalón de tiro alto negro, tacones altos, cuando me vio se impresionó bastante por mi presencia.

- ¿es él chico que invitaste a salir? -interrogó la madre de Leo.

-Sí... Everett ella es mi madre... Madre, él es Everett-aclaró.

-Disculpa que lo diga... Pero te ves demasiado joven... Luces cómo un chico de 14 años-comentó la Madre de Leo.

-Si es que... Somos... Una familia longeva...-respondí.

-mamá, ¿Everett puede quedarse a dormir? -preguntó.

-claro... Después de lo que está pasando no es seguro que salga a esta hora-afirmó.

-pero ¿si le avisaste a tus padres? -interrogó la Madre de Leo.

-No tengo padres... Pero sí le avisé a mi hermana.

-de acuerdo... ¿Quieres algo para cenar? -sugirió.

-no, así estoy bien señora-dije con un tono amable.

-de acuerdo...-dijo la madre de L.

-buenas noches, mamá- dijo Leo.

- ¡Buenas noches! -gritó mientras caminaba a su cuarto.

En la Recámara de Leo, él estaba desatendiendo la cama para poder dormir en ella. Ya al estar acostado sentí como él me estaba abrazando y acercándome a él, acto seguido me besó en la cabeza.

-Buenas noches, Eve.

-buenas noches-dije mientras me estaba durmiendo sonrojado por la acción que cometió.

Más allá de las tinieblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora