Capítulo 30 ¿ahora qué?

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Nos sacaron de ahí, estuvimos afuera del establecimiento por unos minutos mientras la Madre de Vicky arreglaba unas cosas con los agentes y con la estación, los demás hablaban sobre lo sucedido, yo aproveche el momento para alejarme e irme a un callejón para aprovechar el enorme charco estaba en el suelo, me metí en ella para poder transportarme, tengo que decir que creo que es la primera vez que me voy en el mundo de los espejos, usualmente se utilizan para transporte, de ahí lo que se dice de ellos, de qué son ventanas o puertas a otros mundos. El lugar era casi cómo un abismo, digo casi por el hecho que había varias aperturas a diferentes lugares, el que yo buscaba era uno que estuviera cerca o enfrente de mi casa.

A la hora de encontrarla, salí de ese mundo para poder estar en mi hogar. Cuando me aproximaba para abrir mi puerta, yo me detuve, me puse a pensar por un momento, me cuestioné algo, me planteé una pregunta: ¿Ahora qué? ¿Ahora qué voy a hacer? Les mencioné anteriormente que Trice era mi único familiar que tengo, mi madre murió, los demás de mi familia murieron en la santa inquisición, jamás me molesté en saber el paradero de mi padre, me encontraba solo... Me terminé sentado ocultando mi rostro, sintiendo cómo la tristeza invadía mi cuerpo, pero a la vez llegó a ser un peso que caía en mi espalda, Yo de verdad quería llorar... No... No encontraba la manera... Esas malditas cadenas que me detenían aún seguían presentes, sin soltarme todavía.

-Hola... —-dijo una voz tímida, me propuse a ver quién era, la que llamó mi atención fue Emma, preocupada con la compañía de su madre.

-Mijo... ¿Dónde está Beatrice? —preguntó la madre de Emma, yo no respondí, ella supuso algo que estaba en correcto-Hay... No...-soltó tapando su boca mostrando su preocupación, fue a mi lado para levantarme.

-Ven con nosotras... Te puedes quedar el tiempo que quieras... —-sus palabras me consoló un poco, pero no podían destruir la energía negativa que anduvo explorando cada parte de mi templo.

Ya estando en su casa, me quedé sentado en el sillón de la sala, que luego de ser destruida fue arreglado por los agentes para no crear sospechas con los vecinos, la madre de Emma se separó para irse a la cocina dejándome solo con Emma.

-Así que... ¿Eres un Nahual?-planteó la pregunta tímidamente, la cual yo solo asentí queriendo decir que sí.

-gracias por salvarme...-agradece un poco incómoda, ya que no encontraba la manera de hacer una plática decente.

Luego su madre llegó con una taza de té de manzanilla, yo no dije nada en varios minutos, solo me quedé viendo mi cara en el reflejo de la bebida. La madre de Emma iba a decir algo, pero la interrumpió unos grandes toquidos a su puerta, ella se fue acercando a aquel objeto con mucha lentitud, teniendo en su mano derecha una escoba de madera, cuando abrió la entrada de su hogar e iba a golpear el intruso pensando que era uno de los agentes, sin embargo, se dio cuenta de que era Isabella la madre de Jennifer, Patricia se sorprendió.

—-oh... Isabella... ¿Qué está haciendo aquí? —preguntó Patricia, soltó el bate dejándolo a lado del mueble.

-Vengo por Everett, a llevarlo a su hogar-Explicó con una sonrisa Isabella.

—¿A qué se refiere?—preguntó Emma, algo confundida.

-Me refiero a Everett Brown Smith, ahora es de nuestra familia-anunció Isabella con orgullo.

-¿qué? ...-pregunté confundido, entre susurros.

—-Así es eres un Jones Guerrero ahora —dijo viéndome fijamente, dejó un espacio en la puerta— muy bien, ahora hay que irnos a tu hogar, te espera Everett.

Mostraba sin filtros ninguna emoción por la noticia, es cómo sí, me levantó del sillón dejando mi té en la mesita de la sala, para irme caminando con Isabella con una expresión fría, seria, era como si realmente no sentía nada en ese momento, pero por dentro me rompía en pedazos, pero no quería demostrarlo, era una especie de emoción que lo obligaba a mantener una actitud de bienestar ante el público, aunque no sea lo que realmente siento. Me subí al auto de Isabella que era una especie de convertible de los años 70's de color negro que a contra luz daba un color morado oscuro. Estaba en un asiento de atrás, en eso Bewitch se sentó entre mis piernas, La madre de Jennifer cuando lo vio, dijo.

Más allá de las tinieblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora