Círculo de Sangre. Guardianes 4. Gato Mágico

Capítulo 29: Pétalos de Oscuridad Cubierto de Sangre

Capítulo 29: Pétalos de Oscuridad Cubierto de Sangre

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Pétalos de oscuridad es un caos, la gente corre desesperada, los niños gritan, varias casas se encuentran incendiadas, el olor a magia negra, cenizas y sangre es repulsivo, a medida que avanzamos por las estrechas calles yacen cuerpos unos más destrozados que otros, los pocos guardianes que se encuentran en la ciudad hace lo posible por salvaguardarla, pero no es suficiente.

Se supone que es la ciudad más protegida e impenetrable de todas, los libros de hechizos más importantes y los más peligrosos se encuentran aquí, por poseer una barrera de gran poder que mantienen levantada los guardianes que conforman el concejo, el resto de guardianes son enviados a todas partes del mundo y muy pocos se quedan en la ciudad, la mayoría de los habitantes son magos con habilidades simples y que no están realmente preparados para una batalla, más que todo en la ciudad lo que abunda son niños y jóvenes que están siendo entrenados.

Avanzo hacia un callejón junto a Sebas y Nicol, ella está un poco atemorizada por todo lo que sus ojos esmeraldas han tenido que ver. En cambio yo de alguna manera estoy acostumbrada. Hasta ahora no nos hemos encontrado con ningún carnivus. Salimos al centro de la ciudad, y la muerte se extiende a todas partes, enormes lobos y gatos hacen acto de presencia en la ciudad arrasando con sus colmillos y garras a todo carnivus que encuentran en su camino.

—Mantente siempre cerca de nosotros —le digo a Nicol. Ella solo asiente horrorizada.

Entre la multitud se encuentra Selt luchando, creo que es la primera vez que la veo en medio de una batalla. Hay una daga brillante en su mano, que entierra en el pecho de un chico con los ojos completamente rojos, los años la han fortalecido. De la nada aparece un chico alto y fornido, toma a Selt por la espalda y entierra sus puntiagudos dientes en su hombro. El grito de sus labios pone alerta a todos, Sebastián busca a Nicol pero ya no está detrás de nosotros, ella corre esquivando a todos para alcanzar a Selt que lucha por quitarse al carnivus de encima.

Antes que el carnivus pueda darle otra mordida, lo tomo de los hombros y lo lanzo contra la pared más cercana, y sostengo a Selt que se desangra. Nicol cubre la herida con sus manos, y dice palabras tranquilizadoras. Sebastián se mantiene cerca protegiéndolas, lucha contra dos chicas de ojos rojos, látigos de fuego emergen de sus manos, envuelve a una de las chicas por el cuello asfixiándola e incinerándola.

Me atacan por la espalda, es el mismo chico. Forcejeamos, el busco de manera impetuosa alcanzar parte de mi carne. Mis garras destrosan su abdomen pero eso no lo detiene, un carnivus lo mueve la sed de sangre, un hambre insaciable y la muerte es lo único que los detiene. Me alcanza el rostro, justo en la nariz, el dolor me desequilibra un poco lo suficiente para que el me tire al suelo, y se posicione sobre mi intentando alcanzar mi cuello. Dejo que toda la furia que llevo contenida se libere, y con ella un estruendo retumba el cielo, siento la magia recorrer mi cuerpo y una estampida de agua cae del cielo, intento atacarlo pero desaparece.

Es rápido, un jumper. Es triste ver como chicos, hasta mismo guardianes terminan siendo esto, monstruos con conciencia pero sin control de su cuerpo. Él aparece ante mi nuevamente y me da un golpe en el estómago dejándome sin aire, viene otro golpe pero lo detengo en el aire y con mi mano libre araño su rostro, entre mis garras me he llevado parte su ojo el grita pero no se detiene como si el dolor se hubiera esfumado en el instante en que apareció.

Sin darme cuenta otro golpe cae sobre mi rostro, en esta ocasión me parte el labio, el sabor metálico de la sangre me desorienta. Él desaparece delante de mí, pero veo su reflejo los vidrios esparcidos en el suelo, se prepara para morderme el hombro igual que como lo hizo con Selt. Giro sobre mis talones y alcanzo su garganta, se ahoga en su propia sangre. No lo suelto hasta que estoy completamente segura de que ha muerto, luego lo dejo caer.

Selt se ha recuperado de su herida, y Nicol permanece a su lado. Quedan muy pocos carnivus y la situación se ve un poco controlado, pero hay tantos muertos que no es nada gratificante saber que hemos ganado. Porque a la final hemos luchado entre nosotros mismos, guardianes que fueron transformados en carnivus para atacar su propia ciudad, a su propia gente.

May y Marcus, están en medio de una pelea con cuatro carnivus, dos para cada uno.

Marcos adopta su forma animal, un gato de pelaje rayado entre negro y gris, a pesar de que tiene varias heridas se mantiene en pie. Sus colmillos atrapan a un carnivus partiéndolo a la mitad, y luego se gira para el siguiente.

Mientras que May se defiende con una espada, una estocada limpia en el estómago de uno y mientras este pierde el equilibrio la desliza por su garganta, y se desplomo con el cuerpo sin vida. Parece tener todo bajo control, así que saco a Selt y Nicol de en medio de todo el caos, me aseguro de dejarlas en lugar donde las pueda ver y Sebas se queda con ellas. Me interno de nuevo en la pelea cuando veo como un carnivus ataca a May por la espalda, él cae al suelo.

El carnivus alza la espada para dar una estoca final cuando Marcos le cae encima sus enormes patas golpean el suelo en una danza mortal, y May está muy cerca de ellos sin poder moverse. Consigo llegar hasta él, hay demasiada sangre, la espada lo ha atravesado. Sostengo con fuerza la herida para impedir que salga más sangre, peor en realidad no sé qué hacer.

Dos enorme ojos felinos me observan y gruñe ante mi rostro. Entre sus fauces agarra a Maycol del brazo para moverlo, lo ayudo para impulsarlo sobre su lomo, y corre alejándose al encuentro con Selt. Me quedo palizada en el mismo lugar, mientras veo como Nicol hace su mejor esfuerzo por curarlo.

El caos aún no ha acabado, todavía se encuentran varios luchando contra el enemigo. Pero a la final de todo, la ciudad más protegida ha terminado siendo la más bañada en sangre y muerte de los últimos tiempos.