Capítulo 20: Vidas Pasadas.

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Capítulo 20: Vidas pasadas.

Capítulo 20: Vidas pasadas

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Vidas Pasadas

Parte III

Recuerdos de Camila De la Rosa, 1876

Fuego, todo lo que había era fuego. Tiemblo ante lo real que se sintió morir. Entonces, Selt tiene razón y esos dos chicos también. Mí destino ha estado marcado por la muerte. Pensar en eso me hace doler la cabeza, no estoy lista para asumir tanto.

Miro la oscuridad a través de la ventana en busca de distracción, deben ser como las dos de la mañana y aun cuando el cielo está cubierto por tenue oscuridad iluminada por una exquisita luna menguante, las imágenes se recrean ante mí como si fuera una película que no puedo detener. Un pasado expuesto que siente tan lejano e impropio y al mismo tiempo como una segunda piel.

Más allá de la ventana solo hay oscuridad y un bosque tenebroso, pero yo solo puedo ver las llamas, las llamas arder devorando todo a su paso. Consumiéndome y volviéndome cenizas, y como si el pasado me estuviera siguiendo, siento el ardor sobre mi piel, las cadenas sujetándome al suelo... por más que quiero alejar esas imágenes no puedo, porque esa fue mi decisión... lloro, como si se me desgarrara el alma, no solo por sentir la muerte tan cerca, sino también por todo lo que me conllevo a tomar esa decisión, todo lo que me conllevo a ese lugar.

Son tantos sentimientos encontrados, amor, odio, decepción, dolor, desesperación, traición, lealtad, todo junto. La traición, pensar en esa palabra me hace enojar de una manera tan febril, el rostro de esa chica vuelve a mí, su piel morena y sus ojos marrones Sasha, ni en la familia se puede confiar el pensamiento llega de la nada como una verdad que me cuesta aceptar, son recuerdos y me pertenecen pero ¿Cómo es eso posible?, y menos en el amor —¿el amor? —repito como si no supiera el significado de la palabra. Y sin darme cuenta el rostro de ese joven me hace sentir un profundo odio y un dolor tan profundo dentro de mi pecho, Alonso.

El sol brillaba con intensidad, con esponjosas nubes a su alrededor, y las flores estaban más llenas de vida que nunca, el jardín de Cirvius era uno de los más hermosos en pétalos de oscuridad, era el lugar donde siempre nos veíamos.

Tendidos sobre la yerba, mirando fijamente sus ojos, sus hermosos ojos almendrados, para Cat eran los más hermosos que podrían existir, él era lo más hermoso que podría existir su piel bronceada que parecía que brillaba cada vez que los rayos del sol lo alcanzaban, su cabello negro bien peinado hacia atrás, sus cejas pobladas y rectas, sus largas pestanas, su nariz recortada y sus carnosos labios, los labios que tanto devoraba, no podía dejar de mirarlo, su cuerpo era perfecto, para ella lo era, con hombros anchos y fuerte que la hacían sentir segura, en los que acurrucaba con una niña mimada que necesitaba de su calor, sus piernas que la apresaban en cada encuentro furtivo.

¿Cuánto tiempo teníamos mirándonos? No lo sé, cuando estábamos juntos perdíamos la noción del tiempo, solo nosotros dos en el mundo, nada más. Alonzo recorrió con la punta de sus dedos mí, —la calidez de su piel me hace temblar aun cuando solo es un recuerdo—comenzó por la frente y fue descendiéndolos con delicadeza por las mejillas hasta llegar a los labios, donde se detuvieron, acariciándolos con dulzura y furor, mi yo del pasado, Cat sentía como su corazón se desembocada en su pecho, por su cuerpo atravesaba una corriente que la hacía temblar cada vez que él estaba así de cerca de ella, era algo que no podía contener, siempre era así, su cuerpo temblando junto a de él, con el corazón agitado y con ese deseo que hasta cierto punto era egoísta, de retenerlo a su lado, sintió su aliento en una mezcla de menta dando paso a un largo beso, que devoraba sus labios, cada vez que se alejaban de los de ella sentía un vacío enorme en el pecho y como si el aire le faltara, aire que recobraba cuando sus labios estaban rosando los de ella, puso sus manos sobre su pecho y juraría que sentía el latir de su corazón tan fuerte como el de ella, el recorrió su espalda con sus manos y luego la apretó contra su cuerpo, Cat sentía como si fueran uno solo.

Círculo de Sangre. Guardianes 4. Gato MágicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora