Capítulo 36: Un Nuevo Comienzo
Alguien está gritando por toda la casa. No tengo idea de quién es. Solo que es una mujer. Me incorporo. Mi cuerpo se siente pesado. Abrazo mis rodillas mientras los recuerdos me asaltan. La muerte de Marcus, el escape de Alonzo. Mi magia en el cuerpo de Sasha. Lo último es lo peor.
Abandono la cama. Hay algunos cambios en la habitación. Alguien intento darle un poco de normalidad a mi vida, la han pintado de un color crema con algunos detalles entre negro y violeta. Así estaba pintada mi habitación mucho antes de que… me diera cuenta de lo que realmente soy.
Ese espejo antiguo permanece en el mismo lugar. Cuando desperté aquí por primera vez estaba tan confundida, en mi vida no había espacio para creer en leyendas y ahora resulta que soy una de ellas. Observo mi rostro, no hay rastro de heridas en el. Ni una sola marca del enfrentamiento en esa cueva. Mis ojos violetas se ven salvajes, entre mis parpados y mis largas pestañas. Me aliso un poco el cabello con los dedos. Mis uñas están más largas de lo normal y son fuertes. El grito de hace un momento ha sido reemplazado por una voz angustiada, no consigo escuchar muy bien lo que dice. Continúo alisando mi cabello.
¿Que se supone que hare con mi vida de ahora en adelante?
A que se dedican las personas como yo. ¿A correr por el bosque simplemente cuando siente la necesidad de liberar a la bestia?, no lo creo.
—Cordelia deja de gritar, solo estás embarazada —dice la voz de Selt. Dejo que mi cabello caiga a mis espaldas. Abro la puerta. En el pasillo esta Selt, vestida de negro. Su cabello blanco recogido por una cinta negra formando un lazo. En sus manos sostiene una prueba de embarazo. No se ve triste, pero lleva el luto de la perdida de Marcus. Me trago el nudo que se ha formado en mi garganta.
—Claro que no esa cosa miente —señalando la prueba que aun sostenía Selt, con una torcida sonrisa en sus labios que trataba de mantener aprisionada.
—Si claro, y los desmayos, los vómitos, las náuseas seguramente son síntomas de que te va a llegar la menopausia —dijo Selt burlándose. Como si fueran grandes amigas. Frente a ella esta esa otra mujer que oí gritar.
Ella, es mi madre. Su cabello es tan largo como el mío, negro y brillante. Es alta e intimidante. Se gira y me mira detenidamente sin saber que hacer o decir. Sus ojos violetas se ven profundos por el lápiz negro que decora el borde de sus parpados. También me he quedado paralizada. A decir verdad, es la primera vez que nos vemos frente a frente, y está embarazada.
—Un momento, ¿Quién está embarazada? —pregunto. No necesito que respondan en realidad. Ya se quien, la cuestión es: ¿en qué momento sucedió?
—Yo… ah… iré a la cocina necesito un poco de agua —dice mu madre y huye del pasillo.
—Has despertado —dice Selt, sonriendo. Se ve hermosa vestida de negro con esos ojos carmesís.
—Eh sí, ¿cuánto tiempo he estado dormida? —tuvo que haber sido bastante como para que mi madre este embarazada. Pero eso no lo expreso en voz alta.
—Estuviste inconsciente por casi tres meses —eso es como un balde de agua fría sobre mi cabeza—, en realidad solo faltaban tres días para que se cumplieran los tres meses. Tu padre me tiene loca de tanto preguntar: ¿cuándo vas a despertar Camila?
—No puedo creerlo, dormida tres meses prácticamente y mi madre embarazada, la que aún no conozco por cierto —ella ríe.
—Pues créelo Cat, y acostúmbrate por que este tipo de dramas lo tendrá todo el embarazo. Y en cuanto a ti, estuviste muy débil todo este tiempo, además de la pérdida de tu magia… —enfatiza cada letra en esa frase como si ella sufriera al igual que yo—. Fue muy admirable el sacrificio que tuviste que hacer. ¿Cómo te sientes ahora?
—No estoy segura. Creo que tengo un poco de ansiedad. Me siento inquieta. Tengo miedo de lo que ocurrirá de hora en adelante.
—Yo creo que te sientes así porque no te encuentras en desequilibrio, todas tus vidas has sido un gato mágico. La magia ha recorrido tus venas al igual que la bestia, y ahora que una se encuentra sola en tu cuerpo es difícil controlarla. O más bien será difícil controlarla—. Explica.
—Eso me aterra —le confieso—. Lo último que paso con… —aprieto los labios mientras sus ojos se humedecen. Evito decir su nombre, y en su lugar menciono a quien no pude matar— Alonzo fue desconcertante y aterrador. Me libere de todo ese dolor que reprimí por tantos años pero también libere algo más.
—Liberaste a la bestia que hay dentro de ti—asiento. Lo sé, esa noche solo deseaba matar, el olor a su sangre me alimentaba—. Los cambia formas nacen con esa condición, y a cierta edad reciben el primer cambio. Es diferente para todos. Pero saben lo que son, y a prenden a controlar al animal que intenta gobernarlos. Tú no tuviste eso. Tú naciste siendo un felino pero tu sangre fue vinculada con la magia. Tu lucha fue encontrar un equilibrio entre ambas. No en una sola.
—Soy un peligro —admito en voz alta.
—Siempre lo has sido, no es como si las cosas hubieran cambiado mucho —no sé si reirme o llorar. ella tiene razón, pero antes era diferente. aunque cundo me sentía tan confundida por tantas revelaciones del pasado. Ahora realmente siento que no tengo el control—. Que te parece si te relajas un poco, y a medida que vayan surgiendo las cosas se van enfrentando, no antes. Eso solo te mortificara.
—Está bien. Tienes razón.
—Tener 300 años me ha hecho aprender muchas cosas en el camino de espinas que ha sido mi vida. Una de ellas es aprender a tener paciencia. Saber esperar a que las cosas ocurren el momento indicado, aunque eso nos cause mucho dolor.
Me toma del brazo y me hace seguirla escaleras abajo.
Desde la cocina se escucha la voz de mi madre: —May, ve a buscar un helado de fresa.
—¿Dónde voy a encontrar un helado de fresas? —responde él desde la sala. Aun no me ha visto. Además de él, también están Sebastián, Nicol y una chica idéntica a ella en el centro de la sala. Cartas en mano, en medio de un juego.
—Creo que en una panadería —responde Nicol mientras que Sebas y esa otra chica mueren de la risa. ese no fue un comentario muy inteligente por parte de Maycol.
—No veo mi helado de fresa —insiste mi madre. Maycol deja caer sus cartas y desaparece llevándose consigo a Sebas y Nicol.
En el momento en que pisamos el último peldaño. Esa chica alza la vista y me observa, se reclina contra el sofá. Sus rizos chocolate están muy bien definidos esparcidos por su espalda y hombros. Su rostro es el mismo de Nicol a excepción de sus ojos. Su hermana los tiene de un color esmeralda, pero ella los tiene de color miel. Lleva pantalones ajustado y una franela holgada que cae de su hombro izquierdo. Sonríe nerviosa e intimidada por mi presencia.
—Hola —saluda un poco cohibida—. Me alegra que despertaras, los chicos me han hablado mucho de ti. Soy Zoe.
—Hola Zoe —le devuelvo el saludo—, no tienes que tenerme miedo.
Selt me da un codazo por mi imprudencia.
—Es que tienes ese ahora que tiene Cordelia, tan intimidante —dice—. No hay duda que eres su hija.
Sonrió ante su comentario. Aunque en realidad es muy incómodo la situación. Selt me hace ir a la cocina. Donde se encuentra Cordelia impaciente. Sus uñas repiquetean sobre el mesón de la cocina. Mi padre se encuentra en un extremo con una humeante taza de café en las manos, observándola.
Atravieso la cocina para ir hasta él, y asegurarme de que esta entero sin un rasguño. La última vez que lo vi, estaba tan mal herido. Al verme deja su taza y me braza con fuerza.
—¿Cómo está mi pequeña? —pregunta en mi oído. Me libera de sus brazos. Deja un beso en mi frente, y me observa sonriendo—. Eres un gatito precioso, siempre lo supe.
Alzo una ceja desconcertada. Bueno mi padre siempre dice cada cosa que se le ocurre.
—Estoy bien, sobrellevándolo.
—Tengo una noticia que darte, te va a encantar —dice muy emocionado.
—No es necesario —interviene Cordelia—. Ya lo sabe.
—¿De verdad? —asiento—. Entonces, ¿qué te parece?
—Que todo es muy extraño.
—Si un poco —dice mi padre como si en realidad no lo fuera.
May aparece en la cocina con un helado de fresas como mi madre lo pidió. Lo deja delante de ella, y me da un fuerte abrazo, uno que me deja sin aliento. Ven te pondré al día de todo. Me dejo arrastrar por él hasta la sala.
En las siguientes horas me entero de todo lo que ocurrió después que me trajo a casa de Selt. Marcus había muerto, consiguió traer su cuerpo para que Selt pudiera despedirse de alguna manera. Esa misma noche Sebastián realizo un ritual para sacar al buscador oscuro del cuerpo de Zoe y que su alma volviera a su cuerpo, no fue algo fácil por lo que mi padre tuvo que intervenir. Nicol llevo el alma del buscador al lindero de los dos mundos, junto a Keyla una compañera de su instituto que murió en manos de Sasha, Samuel mi amigo y Marcus, quienes cruzaron hacia el horizonte, hacia el otro mundo.
Luego mi padre se reunió con los pocos integrantes que quedaron del concejo — después del ataque que recibió pétalos de oscuridad —, informándoles todo lo sucedido y los posibles problemas que traerá Sasha ahora que nadie sabe exactamente qué es y de que puede ser capaz.
Durante todo el tiempo que estuve dormida, el concejo ha estado levantando la ciudad sin éxito. Los constantes ataques mágicos que recibe la barrera que los protege la están debilitando, por lo que han ido integrando a los sobrevivientes en las distintas partes de mundo, donde se encuentran facultades de guardianes ya que la ciudad ya no es segura, los mejores magos del mundo se encuentran en búsqueda de Nariel y Tanils, los oscuros, quienes desaparecieron después de la destrucción de la cueva, como si se los hubiera tragado la tierra. Pero los constantes ataques que reciben pétalos de oscuridad aún no se determinan de donde o de quien provienen.
Por los momentos parece que me integrare a Cirvius la academia de guardianes, junto a Nicol y Zoe. En cuanto a mis dos amigos, ellos ya son guardianes.
En esta vida tengo que comenzar de cero, como en las anteriores.
![](https://img.wattpad.com/cover/18715378-288-k600886.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Círculo de Sangre. Guardianes 4. Gato Mágico
FantasíaEl mundo oculta a seres desconocidos... seres como nosotros, pero llenos de secretos. Secretos que los hacen ser extraordinarios y al mismo tiempo temibles. La humanidad desconoce de su existencia; o más bien se aferran a cuentos y leyendas para no...