El mundo oculta a seres desconocidos... seres como nosotros, pero llenos de secretos.
Secretos que los hacen ser extraordinarios y al mismo tiempo temibles.
La humanidad desconoce de su existencia; o más bien se aferran a cuentos y leyendas para no...
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—Tía ya el pentagrama está listo —la voz de Sasha penetra en mis profundos recuerdos. Ella e levanta del suelo.
—Muy bien —la apremia esa mujer. Revisa los símbolos dibujados en el suelo—. Tú trae las mesas —señala a un chico que esta recostado de la pared, quien en unos segundos, ya ha tele transportado las cuatro mesas de mármol colocándolas dentro del círculo.
—Ya que todo está listo. Traigan a los chicos —anuncia en voz alta esa mujer.
El lugar es amplio a pesar de que esta dentro de una cueva, hacia arriba se encuentra amplios escalones donde todos los allegados a los oscuros pueden disfrutar de los sacrificios, pero en este recuerdo están completamente vacías.
A pesar de que Sasha ha recuperado el control, jugar con su mente no es tan difícil esta frágil ante el cambio, su mente sigue un poco distorsionada por ser Camila por tanto tiempo. Sus recuerdos muestran una perspectiva que no poseo. Cuatro personas sostienen a los chicos inconscientes, —entre ellos me encuentro yo—, los atan cada uno a una de las camas de piedra y esperan a que volvieran en sí—. Desde ese momento mis recuerdos se unen a los de ella.
Cuando mis ojos se fueron abriendo todo estaba demasiado borroso y confuso. Sin embargo mi mente ya tenía un idea de lo que estaba por suceder, una parte de mi estaba llena de esperanza de que el resto del equipo llegara, Cat, Sebas y May pero al mismo tiempo esas esperanzas morían con las imágenes que alcanzaban mis ojos.
Una túnica negra ocultaba por completo la identidad de la persona que sostenía la daga de bronce sobre mí. En ese momento supe que la muerte se danzaba sobre nosotros, y también me resigne a que nadie llegaría a tiempo para hacerla retroceder. Un murmuro se alzó, un cantico que me obligue a no escuchar. Mientras mi cuerpo permanecía inmóvil en esa loza de piedra podía sentir la inquietud, el temor, el horror de mis otros tres amigos con los que lastimosamente compartía el mismo destino. Las palabras murieron y fue cuando supe que el hechizo de sangre se había iniciado. Algo así como la antesala para el círculo de sangre.
Ese momento crucial para mi existencia, se adhiere a mi alma como si el tiempo hubiera retrocedido exactamente unos minutos antes de mi muerte, y no fuera solo una pesadilla.
Observo como la túnica es retirada, revelando el rostro de mi asesina. Aunque han pasado ya muchos años el impacto de ver a Sasha con esa daga duele con la misma intensidad. Un error que no se puede cambiar, un pasado que jamás volverá. En esta existencia de muerte en la que me encuentro, reprocho mis decisiones de hace tantos años, haber puesto mis ojos en esa muchacha de piel morena y ojos fue mi condena. En el momento en la daga toco mi piel la desesperación se apodero de mí, el miedo ante la muerte me hace querer luchar, intento liberarme mientras mi cuerpo es infringido por un arma filosa, saboreo mi propia sangre es como si todo se me fuera a salir por la boca. Sasha sonríe mientras la vida se escapa de mi cuerpo, busco con la mirada ese pequeño rayo de esperanza, que a la final se extinguen lentamente. Sus ojos están fijos en los míos como dándome la despedida, me obligo a mirar a otra parte, me niego a llevarme su mirada como última imagen, entonces en lo alto en una entrada en las últimas filas de lo que parecen unas gradas, están ellos pero han llegado tarde su mirada violeta convertida en ira y dolor me lo confirma.
