Capitulo 5

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Aiden Maxwell

Como heredero de mi padre, mi primera misión y deber con la Organización es acabar con la vida de la Princesa de Alkaios, debo eliminarla cueste lo que cueste, destruir lo que representa, romperla, asesinarla, eso es lo que me piden los miembros de la Organización para poder ser su siguiente líder,  solo así me aceptaran como uno de ellos, pero mi padre y yo la queremos muerta solo por ser hija de nuestro peor enemigo el bastardo parece protegerla demasiado y por eso le voy a arrebatar lo que más quiere, lo cual no será nada fácil porque nadie fuera del palacio ha visto su rostro jamás, siempre lleva un velo cubriendo la mitad de su cara, por alguna loca tradición sombre honrar a las diosas de la belleza, y la pureza o alguna otra mierda de la cual no tengo ni puta idea, y no me interesa, eso solo hace mi trabajo más difícil.

Desde que termine mi entrenamiento hace algunos años he dedicado mi tiempo a investigar todo  sobre la princesa, no ha sido fácil, ya que todo relacionado con ella parece ser un misterio, casi no se le ve en público, no se relaciona con nadie, se muestran pocas fotos de ella los noticieros o revistas, intente buscar algún perfil social en internet, todas las personas de la alta sociedad o cualquiera en particular parecen tener la necesidad de estar frente a una pantalla y pretender algo que no son, mostrar lo que se les da la gana y fingir que tienen la vida perfecta. Ese parece no ser el caso de la princesita. Lo cual me irrita.  Es como si no existiera, y es comprensible, ya que es una princesa, su seguridad es impenetrable. Pero nada es imposible y yo descubriré lo que ay detrás de ese velo, así tenga que arrancárselo a un cadavér.

Suelto una bocanada de aire llena de frustración me concentro en mi tarea. Ajusto el lente de mi fusil, enfocándolo a mi objetivo. El hombre está saliendo del aeropuerto internacional de Vergel, lleva un fino traje color azul marino y unos lentes oscuros, muchos podrían decir que es un ciudadano común a simple vista, pero no es así, es uno de los hombres más ricos, dueño de las cadenas de bancos y empresas de tecnología extrajeras más exitosas, está en la ciudad porque quiere extender sus negocios. No trae personal de seguridad, justo como me lo imagine . No quiere llamar la atención. Bien. 

-Objetivo 0147 a tus síes. -  le informo por el auricular a la mujer rubia de cabello corto parada a unos metros de distancia del hombre calvo. Ella se alisa el vestido negro de cuero pegado a su cuerpo, que para mi disgusto muestra demasiada piel. - Esto será divertido hermanito. -Responde con voz maliciosa. 

No me gusta la idea de que mi hermana sea  la carnada de atracción, pero insistió tanto que no me quedo de otra que aceptar traerla, Ella puede ser muy terca y  no descansa hasta que no consigue lo que quiere. Soy lo bastante inteligente como para evitar tener a una Ella irritada y molesta por negarle algo. Además, no está  nada mal la idea tener manos extra en esta casería.

El billonario de traje ahora se encuentra a unos pasos de distancia de mi hermana, a punto de subir a su auto. Ella actúa de acuerdo al plan, buscando en su fino bolso de piel, algo que no puede encontrar con desesperación, saca el bolso de su brazo con rapidez, lo cual provoca que este caiga al piso y se vacíen todas sus cosas. 

Si una dama en apuros, siempre funciona, ni puta idea del porqué, pero los hombres tenemos la loca necesidad de salvar a las mujeres, ya sea para demostrar algo, por deber o por interés propio, que más probablemente sea esta última. ¿Pero quién las salva a ellas de nosotros? En realidad, ellas no deberían sentir la necesidad de ser salvadas o sentir que necesitan a un hombre para sentirse seguras o ¿sí?. 

Este hombre no parece ser diferente a los demás, ya que  ve la escena y se acerca, se arrodilla frente a la "dama en apuros" para ayudarla a levantar sus cosas y en un momento sus manos se unen al intentar levantar el último de los objetos en el piso ¿casualidad?, nada es casualidad si mi hermana esta involucrada, el hombre la ayuda a ponerse de pie y le entrega el labial rojo sonriente. ¿Un caballero? Por favor para nada el hombre es todo menos eso, seguramente por la manera en que la detallo antes de acercarse diría que está de tras de algo más que un simple gracias, y caray si hay algo que le divierte a Ella es nada más y nada menos que usar la mejor arma en su arsenal, Seducción. No soporto la idea de ese bastardo tocando a mi hermana, podría ser su padre o su abuelo, yo diría que su abuelo contando el hecho de su repulsivo porte de viejo gordo, si le toca un solo cabello contra su voluntad, lo mato antes de que tenga la oportunidad de respirar.

Princesa de CenizasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora