Princesa de Cenizas

Capitulo 12

Kira

  Miles de chicas darían lo que fuera por estar en mi lugar, ser una princesa y algún día esperar conocer a su príncipe azul, pero sí supieran que todo eso es solo una fantasía, mi vida como princesa no es un cuento de hadas, es más bien una pesadilla.

Para mi hace tiempo que esta vida que me toco llevar y enfrentar, ya no tiene sentido, las ganas de vivirla se esfumaron, me di cuenta de que si eso me convertía en lo que es ahora, el hombre que llamo padre no la quería, alguien segado por el poder. Por eso me he aferrado al deseo de poder vivir, aunque sea un poco, pero temo que ese sueño cada vez se torna más gris. El claro ejemplo es que me salve de recibir un disparo frente a miles de personas para recibirlo en mi propio hogar por mi propia mano, con mi padre observando mientras lo hago, pero esta es la única manera de no tener que hacerle daño a mis amigos.

Cierro los ojos esperando el impacto de la bala en mi pecho al jalar el gatillo y lo único que puedo pensar es en la sonrisa de mis hermanas y mama, las palabras de Liam... La resignación empieza a tomar lugar, pero el impacto nunca llega confundida abro los ojos y el divertido rostro de mi padre me toma por sorpresa.

- Sacrificio- Howard Kelmore levanta una ceja, manteniendo su mirada neutral. Se levanta de su asiento y se para frente a mí quitándome el arma de las manos de inmediato. Agacho la mirada negándome a verlo de frente y ver su diversión al contemplar mi confusión, las piezas se empiezan a formar en mi cabeza.

- El poder requiere sacrificios, pero no para el bien de otros, sino para garantizar nuestra victoria y aumentar nuestra fuerza cada vez más.

Aun con la mirada en el piso, logro escuchar cómo le quita el seguro al arma y eso me hace abrir los ojos de par en par temiendo por la vida de mis amigos. Estoy dispuesta a impedir que les haga daño e intento moverme, pero no me da tiempo de actuar cuando jala el gatillo sin desviar la mirada de la mía. El sonido de un cuerpo cayendo al suelo me provoca un escalofrío al cuerpo, dejándome inmóvil, negándome a voltear y descubrir el cuerpo de Terry sin vida. Mi padre me toma con fuerza del mentón.

- Para la próxima vez que intentes acabar con tu miserable existencia, no olvides cargar el arma.- Me susurra al oído entre dientes antes de forzarme a ver lo que acaba de hacer.

Mi estómago se revuelve al ver el cuerpo inmóvil del joven sirviente que se encuentra en un charco de sangre con un disparo justo al corazón. Ver cada vez más y más sangre a su alrededor me provoca náuseas e intento desviar la mirada a pesar de que no es la primera vez que veo tanta sangre, pero el rey me sostiene con demasiada fuerza negándome la oportunidad voltear la mirada, dejo de luchar cuando apunta el arma a Ellis, en la cama.

- El poder lo es todo en la vida y yo tengo más del que cualquiera pudiera desear.- murmura solo para nosotros.

- Mi poder Princesa, es el que me dio el derecho de matarlo y haberle aumentado diez años más a la condena de tu criada.- no puedo evitar estremecerme ante su revelación. Diez años Ellis estaba por ser liberada, <Tú la arruinaste>, lo arruiné como arruino todo a mi alrededor, el incesable dolor en mi pecho se intensifica por la culpa y no me queda más que quedarme en silencio.

- No dejaré que tu hermosa Kira pongas en riesgo lo que he conseguido con sangre, estoy harto de tus niñerías, con lo de hoy me demostraste que aún no estás lista para tomar ese poder por eso te dejaré divertirte el tiempo que estés en el colegio Kelme, pondrás nuestro nombre en alto y me demostraras que eres digna de ser una Kelmore dejaras de seguir actuando como una fracasada si no quieres ver realmente de lo que soy capas si alguien incluso tu Princesa pone en riesgo lo que me ha costado tanto conseguir.- pone más presión en su agarre causándome dolor.- No olvides que tienes dos Hermanas que puedo usar como remplazo...- se me acelera el corazón ante la realización de la amenaza. El rey toma aire alejándose de mi lado para ir con su gorila aun sangrando del brazo, el cual aún me mira con odio antes de moverse y llevarse a rastras el cuerpo del joven. Cuanto daría por gritarle que el sentimiento es mutuo.