KIRA
La mirada de Aiden se clava sobre mí, es el tipo de mirada que grita peligro advirtiendo que debería alejarme y no volver a estar cerca de este chico misterioso, pero algo me dice que no debo hacerlo.
Casi pierdo la calma al revelar mi nombre y hubiera salido corriendo de no haber visto un destello de como la mirada de Aiden, se tornaba oscura y era invadida por las sombras del dolor, no dolor físico, sino un dolor que ha estado enterrado tanto tiempo que ya es parte de uno mismo puede sonar ridículo, pero se aprende a vivir con ello. Le ofrecí a Aiden lo que a mí me hubiera gustado que alguien hiciera por mí en esos momentos bunerables que llegan de la nada, momentos donde la oscuridad ha estado a punto de consumirme. Le di mi compañía. No lástima, no apoyo, no pena. Componía. Le regale la certeza de que alguien está ahí.
— Y que vas a hacer si me rehusó?. — lo contradigo firmemente.
— No te estoy preguntando si quieres o no.
— Y desde cuando crees que te di el derecho de decirme que hacer.-
— Desde el momento en el que pusiste tus hermosos ojos en el hombre equivocado.— Estoy arta que todos me digan qué hacer. Si voy a hacer esto es porque a sí lo quiero yo, pero no está nada mal la idea de pasar más tiempo con Aiden y volver a verlo.
— Cuando superaras todo lo que hice ya me disculpe, regrese el teléfono y tengo hambre a sí que si no te importa voy a comer en paz la cena que le preparaste a Ella.— Grite el nombre de la chica, estoy tan enfadada no celosa. De verdad tengo hambre, no he comido nada en todo el día, lo olvidé, estuve muy ocupada con lo de la mudanza, cuidar de Ellis y establecerme en mi nuevo hogar, así que estoy agotada y eso me pone de mal humor.
— La cena la preparé para ti, yo no veo a mi hermana aquí sentada como para haberla hecho para ella.
Hermana. Me quedo muda por la vergüenza como pude pensar que esos dos tenían lago más. El calor se sube a mis mejillas, tomo la copa de vino de un solo trago antes de que Aiden lo note
Empezamos a comer con un incómodo silencio entre ambos, solo el sonido de los cubiertos golpeando los platos es lo que me dice que Aiden sigue comiendo, eso me da tiempo de debatir lo que me pidió. Un beso, una cita, un robo no es nada comparado con lo que yo he tomado de él, pero no debería hacerlo que pasa si alguien me descubre saliendo del colegio.
< eso nunca te ha detenido ¿Qué pasa con vivir y experimentar antes de estar casada con alguien que no amas?> < papa me mataría si descubre que me veo con un chico> <y vaya chico>.
Es ridículo que esté teniendo una conversación con una voz imaginaria de mí misma en mi cabeza.
Pero esta es la última oportunidad que tengo de disfrutar esta poca dichosa libertad que me dio el Rey, él cree que me quito lo que más deseaba, pero se equivoca, aún tengo la posibilidad de hacer lo que quiero y Aiden me acaba de ofrecer mi última oportunidad de desafiar las órdenes de mi padre por última vez. Una oportunidad de seguir soñando.
— Acepto.— digo finalmente de la nada y eso provoca que Aiden me vea con cara de incredulidad y el ceño fruncido.
— Lo haré, pero tengo condiciones.
— Me temo que no estás en posición de poner dichosas condiciones, Eviorha.— Intento ocultar mi sorpresa al escuchar la palabra que acaba de decir en Alkaio antiguo. Eviorha: Hermosa. ¿Cómo sabe ese idioma? Los únicos que lo practican en esta época son miembros de la familia real, es una lengua perdida hace siglos, pero mis antepasados se rehusaron a dejar en el olvido algo valioso de nuestra cultura, así que es algo que por obligación todo miembro con sangre real debe aprender.
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Princesa de Cenizas
Teen FictionLa princesa Kira toda su vida ha llevado un velo cubriéndole el rostro, ella no quiere que el día de su cumpleaños número 19 llegue ya que será coronada como la heredera al trono el mismo día en que deberá ser entregada en compromiso a un hombre qu...