Princesa de Cenizas

Capitulo 4

Aiden

No sé cómo pase de estar besando a una chica medio ebria, a estar dándome de golpes en el suelo con el idiota, estoy seguro comenzó este caos. Mi padre estará muy molesto por los daños causados a este lugar, él controla la mayoría de estos lugares, son una fachada para sus negocios. Necesito acabar con este idiota y seguir con lo mío o enfrentaré las consecuencias de haber perdido mi objetivo. ¡¡Maldición!!

Corresponder el beso de esa chica no era parte del mi plan, solo necesitaba no hacerme ver sospecho, estaba siguiendo al objetivo cuando me tope con esa chica, ella estaba tan desorientada y yo enfocado en lo mío que ninguno de los dos vio venir al otro. No sé por qué me quede ayudarla cuando claramente estaba muy ebria, solamente era una más de esas chicas inmaduras, tratando de encontrar diversión en sitios como este.

Su beso se sintió tan cálido y dulce, lleno de inocencia a juzgar por sus movimientos torpes al inicio, juraría que no tenía mucha experiencia en ellos a diferencia de mí, por eso decidí darle lo que quería, un beso suave, pero igualmente intenso. El momento se volvió íntimo, ya que se adaptó muy rápido, sus caricias en mi cuello, su piel contra la mía se sintió tan bien que perdí la concentración y eso no me pasa nunca, la misión siempre va primero, pero su toque en mi espalda baja, fue demasiado no creí soportarlo si no la detenía en ese momento no sabría qué hubiera pasado, nunca tomaría a ninguna mujer contra su voluntad, pero ella parecía estar disfrutándolo mucho más que yo.

Al tomar su rostro entre mis manos para alejarla de mí, no esperaba encontrar esa mirada, teniéndola tan cerca de mí, pude ver y detallar sus ojos color miel, esos ojos y esa mirada tan familiares. Por un momento recordé a un niño asustado siendo salvado por alguien con los ojos del mismo color. No pude moverme ni siquiera respirar, dejé de escuchar el ruido a mi alrededor, llevaba tanto tiempo buscando y soñando esos ojos hermosos, radiantes como el sol. No podía ser posible, ¿podría ser ella? ¿Acaso mi cerebro me está haciendo una mala jugada, veía lo que quería ver?, lo que por tantos años he llevado conmigo, esa mirada brillante, dulce e inocente.

Podría haber confirmado mis sospechas con solo preguntar. Aunque no sabría si ella respondería, pero por lo tomada que estaba lo más seguro es que lo hiciera, como bien dicen los niños y los borrachos siempre dicen la verdad, y ella sí que estaba borracha. Estaba a punto de preguntarle, cuando este idiota que ahora tengo sobre el piso, me tomo del cuello soltándome golpe tras golpe en la cara, alejándome de la chica.

No podía permitir la posibilidad de que fuera la persona que creía que era y perderla otra vez, le devolví los golpes al imbécil con todas mis fuerzas hasta que callo al piso, voltee al punto donde había dejado a la chica que me beso esperando encontrarla en donde la deje. Ella ya no estaba en la pista de baile, la busqué con la mirada en medio del caos, en algún momento alguien debió haber encendido las luces del lugar, todo era más claro, había personas pelando por todas partes, botellas rotas, personas inconscientes tiradas en el suelo, todo era un maldito caos, mi ritmo cardiaco aumento drásticamente ¿y si una de esas personas era ella?, ¿me importaría si algo le pasaba?, era solo una desconocida para mí, ¿pero qué demonios hacia un ser lleno de luz en este lugar?.

Después de unos segundos por fin logré encontrarla en medio del caos siendo llevada por un chico de cabello rizado entre la multitud intentando llegar a la salida, ella giró su rostro logrando que nuestras miradas se cruzaran por un momento, el suficiente tiempo para verla, realmente verla, una joven con piel apiñonada radiante, el cabello desordenado, su mono debió haberse caído en algún momento dejando su cabello castaño undulado suelto a su espalda, su mirada estaba alerta, sus ojos color miel llenos de preocupación no de miedo como estaría cualquier otra chica, un momento estaba viendo a una joven hermosa en todos los sentidos y otro veía a una pequeña despeinada sonriendo, chimuela y mugrosa.