Seis: Primer encuentro.

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Shousuke caminaba de vuelta a su salón, faltaban un par de minutos para entrar a la clase pero prefería no demorarse más tiempo en la biblioteca, Kei iba detrás suyo, haciendo algún que otro comentario recurrente, no le estaba dando mucha atención ya que no quería responder a sus palabras por accidente y tener un momento extraño delante de alguien.

—¿Sabes qué me habría gustado, Shousuke? —Kei mantuvo su mirada unos segundos sobre el chico—, oh cierto, no puedes hablar —una risita escapó de sus labios—. Como sea, me habría gustado que pudieramos ir juntos al karaoke alguna vez, sería lindo oír tu voz cantando, aunque no creo que sea algo de tu agrado ¿Cierto?

Negó con la cabeza, Kei sonrió ligeramente.

—Hubiese sido un momento lindo, de cualquier manera —giró a su alrededor para quedar delante de él—, creo que alguien te está siguiendo.

Shousuke se detuvo de golpe en ese momento, el chico al que Kei había mirado hizo lo mismo, hasta dio un paso hacia atrás, probablemente le sorprendió que Shousuke se detuviera como un "¿Se dio cuenta de que lo sigo? ¿Aunque haya sido muy silencioso?"

—Se detuvo, definitivamente te estaba siguiendo.

El chico pasó saliva con dificultad, dio un par de pasos hasta encontrarse más cerca de Shousuke y ser capaz de tocar su hombro para llamar su atención.

—Hola, tú eres Komi Shousuke ¿No es así? —fueron las primeras palabras en salir de su boca.

Shousuke giró su cabeza por sobre su hombro solo para después levantarla ligeramente, un chico mayor, lo supo al instante pues no recordaba haberlo visto en su salón ni en el resto de los salones de primer año cuando Hitomi lo arrastraba con ella de un lado a otro.  No respondió a su pregunta.

—Uhm, mi nombre es Yuki —aclaró extendiendo su mano, Shousuke la aceptó, solo un simple apretón—. Soy del club de periodismo —explicó mostrando una pequeña libreta y un lápiz.

—¡Oh! parece que van a entrevistarte, Shousuke ¿Desde cuándo te haz convertido en un famoso? —comentó Kei un tanto emocionado, de haber podido, tomaría los hombros del chico para haberlos agitado.

—Como sea, eh, sé que puede ser extraño —apretó su libreta con algo de fuerza—, estamos realizando una columna acerca de lo... Sucedido con Aisuru Kei.

—¿Qué? ¿Acaba de decir que están escribiendo algo sobre mí? ¿Por qué escribirían sobre mí? ¡No estoy vivo! no pueden entrevistarme.

—¿A qué te refieres sobre... Escribir sobre Kei?

—Hitomi creyó que sería lindo recordarlo, así que con ayuda de tu salón están haciendo un altar en su casillero, no han podido conseguir una foto suya, pero de eso nos encargaremos después —aclaró su garganta—, por ahora, queremos recolectar algunas buenas palabras para escribir en el periódico, es nuestra manera de aportar a honrar su memoria.

—Oh.

—¿Honrar mi memoria? Dios —las ganas de llorar estaban ahí, amenazando el no-cuerpo de Kei, sabía que no iba a ser capaz de llorar pues no tenía un cuerpo que expulsara las lágrimas—. Lo siento, Shousuke, no puedo seguir escuchando esto —murmuró antes de que su voz se quebrara y desapareció del lugar en ese mismo instante.

Shousuke ni siquiera pudo decir una palabra para reconfortar a Kei, no en ese lugar, no en ese momento.

—Sé que tal vez no era cercano a ti, no es obligatorio decir algo, pero si gustas puedes ir al club de periodismo y hablar conmigo, estaré encantado de escuchar lo que desees decir —aseguró, mostrando una amplia sonrisa.

Como respuesta solo recibió un movimiento de cabeza por parte de Komi quien luego de eso se retiró para ir a su aula, Yuki hizo lo mismo, dirigiendose a su salón. Para ese punto, Shousuke no era capaz de mantener la concentración en la clase, su mente solo pensaba en Kei y lo que estaría pasando en ese momento, quería hablarle y asegurarse que todo estaba en orden, apoyarlo, aunque no tuviera palabras que decir, estar a su lado y acompañarlo, como no lo hizo cuando estaba con vida.

Una papelito cayó en su mesa en ese momento, venía por parte de Hitomi. Lo tomó y lo abrió, solo para echarle un vistazo.

"¿Todo está en orden? te noto extraño."

En ese instante una idea cruzó por su cabeza, ir a la enfermería por un dolor de cabeza, podría aprovechar para encontrarse con Kei, si es que él deseaba volver a mostrarse delante suyo.

"Me duele la cabeza, creo que iré a le enfermería"

Respondió, regresandole el papel.

—Ve, yo le digo al profesor —murmuró Hitomi luego de leer su respuesta, mientras se levantaba de su asiento para ir al escritorio del docente.

Shousuke aprovechó ese momento para salir de la clase, caminó por los pasillos, observando el interior de los salones, con la esperanza de ver a Kei en alguno de los que se encontraba vacíos; por supuesto que no estaba en ninguno de ellos. Llegó a la enfermería, estaba sola, quizás la enfermera había salido por un momento. Tomó asiento en una de las camillas y se mantuvo mirando sus manos en espera de que Aisuru pudiera leer su mente y apareciera de la nada ante su presencia.

Pasaron al menos cinco minutos antes de que eso diera frutos, Kei apareció a su lado, se notaba más distante y callado, claramente afectado.

—¿Kei?

—Estoy muerto, Shousuke ¿No es así? estoy muerto y no puedo hacer nada para cambiarlo.

Esas palabras se sintieron como una apuñalada en el pecho para Shousuke, no sabía como responder a ellas.

—Quiero pensar que las cosas saldrán bien, que podré ir a un mundo mejor y encontrar una nueva felicidad, pero que pasa si no es así ¿Y si me quedo en este mundo, como un fantasma, para siempre?

—Me tienes a mí ahora, Kei, yo-

—¡No! ¡No! es que no entiendes, tú crecerás, seguirás con tu vida y serás feliz y realmente quiero eso pero ¿Yo? seré un chico de 15 años por el resto de mi vida, no quiero eso para mí —pasó su brazo para tallar sus ojos, como si estuviera llorando, aunque solo fuera la sensación.

—No estoy hablando de que me tendrás por la eternidad —murmuró, su estómago se revolvió—. Digo que me esforzaré, yo te ayudaré a que puedas ir a lo que sea que haya después de esto.

—¿Y si no hay nada? —preguntó, dirigiendole una mirada afligida, estaba profundamente herido y preocupado.

—¿Y si hay algo mucho mejor? —respondió, volviendo su mirada hacia él de igual forma, mostrando una pequeña sonrisa para tratar de mostrar seguridad aunque en realidad no estaba seguro de nada—, daré lo mejor de mí, Aisuru Kei —afirmó—, solo si me prometes que darás lo mejor de ti.

Kei lo miró por unos segundos, Shousuke era realmente una buena persona, mostró una sonrisa débil y asintió repetidas veces.

—Sí, lo haré.

MI ROOMIE ES UN FANTASMA | KOMI SHOUSUKEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora