Veintidos: La belleza del atardecer.

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El esfuerzo que hizo ese día comparado con el de todos los demás era muy notorio, alrededor de las cuatro de la tarde se encontraba tomando una ducha mientras Kei pasaba algo de tiempo en casa de Hitomi, un favor que le pidió para que la cita que tuvieran fuera una verdadera sorpresa, con Kei husmeando alrededor probablemente habría adivinado a la primera el plan que tenía. Luego de salie del cuarto del baño fue a su habitación, nunca se arreglaba demasiado pues la realidad era que cualquier cosa que usara le quedaba bien, en esta ocasión, intentó esforzarse un poco al seleccionar su ropa, nada del otro mundo, tampoco es que quisiera ser extravagante y llamar demasiado la atención.

No tenía que planear demasiado de cualquier forma solo era una cita sencilla y tranquila, podría ser cualquier otra tarde con la única diferencia de que en esta ocasión estarían fuera; sin darse cuenta dieron las cinco así que debía apresurarse, ya tenía todo listo solo le avisó a su madre que saldría y ella se despidió, era bastante independiente incluso antes ni siquiera comentaba cuando se iba, es un cambio que Shuuko agradecía, su hijo estaba siendo bastante diferente a como lo recordaba.

Miró su celular cuando estuvo fuera de casa y le mandó mensaje a Hitomi que en quince minutos estaría en el lugar para que le dijera a Kei que se fuera, le dio la dirección exacta para que no hubiera ningún percance en cuanto a la dirección y tal como dijo a los quince minutos ya se encontraba en el parque donde se decidió a organizar todo, debajo de un árbol alejado del área donde la gente pasaba con normalidad, las probabilidades de que alguien se acercara serían casi nulas, nunca había que descartar la idea de que las cosas podrían arruinarse aunque en justo ese momento Shousuke no se interesó por ser pesimista.

"Ya está listo, creo."

"¡Que emoción! mucha suerte en su cita <33 ya lo mando para allá."

"Gracias."
"Dile que cierre los ojos."

Pasaron un par de minutos antes de que su pareja hiciera acto de presencia, sintió como si se congelara por unos segundos antes de estar decidido a acercarse y tomar sus manos, respiró profundo en un intento de mantener la calma, de verdad esperaba conseguir un lindo momento tanto para él como para Kei.

-¿Ya puedo ver?

-Ah, sí, puedes.

Al escucharlo Kei no tardó en abrir los ojos, se sorprendió, no por la complejidad de la cita pues era algo sencillo, sino porque no esperaba que Shousuke se dedicara a preparar algo como una salida al aire libre, mostró una gran sonrisa apretando las manos de Shousuke que aún no lo soltaban.

-Todo es realmente hermoso, me gustaría que pudiéramos disfrutarlo en su totalidad.

-No pienses en eso ¿Si?

-Perdón, no puedo evitarlo.

-Lo sé, pero quiero que disfrutemos nuestra primera cita -con lentitud fue aflojando su agarre hasta dejar libres las manos del fantasma, se alejó para sentarse sobre el mantel que había colocado sobre el pasto.

Kei se acomodó a su lado, sentándose aunque en realidad solo estaba flotando muy cerca del mantel, no podía sentir la brisa como Shousuke, pero era capaz de oír el cantar de los personajes, no podía disfrutar de la comida que pudieron haber traído para que esto fuera un verdadero picnic, pero eso no le impedía permanecer al lado de Shousuke mientras platicaban de cosas sin sentido que solo él conseguía comprender, las cuales Shousuke daba su mejor esfuerzo por entender también.

-¿Sabes por qué hice esto?

-¿Porque querías que estuviéramos solos?

-También por eso -respiró profundo para después exhalar con calma-. Cuando Hitomi me llevaba a visitarte al hospital-

-Ah, sí recuerdo eso, te la pasabas sentado y ella tenía que hacer que no te fueras, supongo que no era un ambiente para ti ¿Eh?

-Algo así, pero el punto es que, al no tener otra cosa en la cual distraerme debía escuchar sus conversaciones -explicó levantando la mirada, una hoja del árbol había caído sobre su cabello-, una vez le dijiste que querías poder ver un lindo atardecer una vez más.

-Pero no salí del hospital, así que no pude verlo.

-Ajam -le dirigió la mirada por unos segundos, pudo notar la tristeza en su mirada por lo cual se atrevió a tomar su mano una vez más-, pero ahora estás aquí, estamos juntos y aunque seguro ya haz ido a ver muchos por tu cuenta, quiero que compartamos este momento juntos.

No hubo respuesta, la realidad es que no había ido a ver ni uno solo, su mente se ocupaba la mayor parte del día en pasarla con él y el resto en tratar de no pensar en cosas que lo entristecieran, la soledad era un factor en conrea para ese propósito así que también la evitaba.

-¿De verdad fue por eso?

-¿Por qué mentiría?

-No lo sé, solo no esperaba que recordarás esa clase de detalles.

-Sé más cosas de ti de las que tú crees -comentó observando al sol descender, estaba a nada de comenzar a ocultarse, era justo el momento adecuado.

-¿En serio? me interesa saber cuáles son esos detalles.

Shousuke sonrió ligeramente, acarició los nudillos de Kei de forma cariñosa y dejó que un suspiro escapara, el cielo se había convertido en una mezcla de rosa y morado con un ligero toque naranja, las nubes eran casi inexistentes por lo cual podían apreciarse los colores a la perfección.

-Siempre quisiste tener un perro -comenzó a hablar, Kei lo miraba pero Shousuke a él no, se concentraba en el atardecer-, uno grande y juguetón para sacarlo a pasear; tu mayor anhelo era cumplir dieciocho y organizar una gran fiesta de cumpleaños con todos tus amigos; mencionaste unas cuantas veces que te interesaba ser diseñador de modas porque cuando eras pequeño te obsesionaste con la película de Barbie moda en París.

Kei se sintió un poco avergonzado, jamás esperó que Shousuke prestara tanta atención ¿O era acaso que él repetía mucho las mismas cosas? estaba seguro que no era así, pero parecía irreal como él sabía todas esas cosas; aunque podría ser que Shousuke supiera muchísimo más de lo que aparentaba, en un ámbito general, parecía ser de las personas desconectadas de su alrededor ¿Era solo una fachada?

-El atardecer es lindo.

Kei apretó sus labios, miró el atardecer unos segundos antes de regresar su mirada a Shousuke con una sonrisa.

-Sí, en definitiva lo es.

MI ROOMIE ES UN FANTASMA | KOMI SHOUSUKEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora