Al abrir sus ojos lo primero que su mirada divisó fueron las blancas paredes de la habitación que combinadas con la brillante luz que alumbraba el interior generó una ligera ceguera de poca duración, hizo una mueca de molestia giró su cabeza de un lado a otro con delicadeza hasta ver a su madre sentada en la silla a su lado, podía ver su rostro lleno de preocupación, no recordaba haberla visto antes de esa manera; por otro lado en el exterior alcanzaba a escuchar al doctor o enfermero hablando con su padre, no podía asegurar del todo qué era pues su visión era algo borrosa y el uniforme no se distinguía con claridad.
—Mamá —murmuró con su voz débil, no tanto por tener un deseo de hablar, sino porque quería quitarle el peso de encima, una manera de decirle "hey, estoy bien, no te preocupes" sin necesidad de ser explícito.
Notó como la mujer levantaba la cabeza en cuestión de segundos al oírlo y con la misma rapidez se levantó de la silla acercándose a la camilla donde se encontraba recostado para tomar la mano de su hijo y acariciar su rostro a la vez, las lágrimas hacían brillar sus ojos generando que un nudo se formara en la garganta de Shousuke, comenzó a llorar sin consuelo una vez más mientras él intentaba calmarla.
—Estoy bien —murmuró sintiendo como si su voz se quebrará.
—Lo siento, lo siento —repetía con la cabeza agachada—, perdón por no darme cuenta de las señales, debí prestarte más atención, de verdad lo lamemto tanto.
—No es tu culpa —aseguró sintiendo como si el estómago se le revolviera.
Su decisión precipitada era producto de ideas propias que escalaron demasiado lejos, nada más que eso, todo recaía en él y no podía señalar a nadie para que, de haber muerto, pudieran decir "Es tu culpa que ya no esté aquí" de cierto modo, agradecía haber sobrevivido, sin una carta de suicidio sin duda no solo arruinaría la vida de sus padres sino que los dejaría con una culpa eterna la cual por supuesto no deseaba que tuvieran.
—Voy a hablar con tu padre —murmuró sorbiendo su nariz y secando sus lágrimas con su mano—, le diré que despertaste, que estás bien y preguntaré cuando podrás salir de aquí ¿Si?
Un movimiento con la cabeza fue la respuesta, parecía que ella no quería soltarlo y si era sincero él tampoco lo quería, en ese momento más que nunca la soledad era abrumadora, sobre todo porque no conseguía ver a Kei en ninguna esquina de la habitación. Su madre salió del cuarto un par de minutos después, el silencio comenzó a asfixiarlo en poco tiempo y comenzó a murmurar cosas para si mismo en espera de que Kei pudiera escucharlas.
Es un fantasma, no un superhéroe.
Se reclamó para después negar con la cabeza, volvió a recostarse y cerrar los ojos en lo que su madre o su padre llegaban a la habitación. Pocos segundos después su familia entera se encontraba junto a él, sin embargo, aún apreciando su compañía, él solo deseaba la presencia de alguien a su lado y si no aparecía pronto sentía que iba a intentar quitarse la vida con lo que tuviera a su alcance en ese momento. Su padre tuvo que retirarse luego de un tiempo, pero Shouko y Shuuko se quedaron con él tratando de levantarle los ánimos, pero nada parecía funcionar; la soledad lo acompañó una vez más cuando su madre tuvo que salir porque el doctor la llamaba, deshacerse de Shouko fue fácil pues solo lo tuvo que pedir por favor.
La puerta se abrió una vez más, estaba harto, dirigió su mirada a la misma esperando ver a su familia pero en realidad quien estaba de pie era Hitomi, no pudo evitar preguntarse cómo diablos había dado con el hospital en el que se encontraba y sobre todo ¿Cómo se enteró de la situación tan rápido? Talló sus ojos y volvió a verla, Kei no fue la respuesta pues no la estaba acompañando.
—¿Qué haces aquí?
—Me enteré de lo que hiciste, quise venir a ver cómo te encontrabas.
—Hecho mierda en todos los aspectos.
Un suspiro escapó de los labios de la chica quien se acercó para sentarse a su lado.
—¿Por qué lo hiciste Shousuke?
—¿La vida es cruel y no tiene sentido?
—¿Me estás preguntando o me estás respondiendo?
—No sé qué quieras escuchar como respuesta.
Ambos se mantuvieron en silencio por unos segundos, la tensión estaba en el aire, conforme más tiempo le daba para pensar, Shousuke se sentía más estúpido respecto a la decisión que tomó, habría sido más sencillo tomar algunas pastillas para dormir o colgarse del techo ¿Por qué eligió esa de entre todas las demás? quizás porque estaba dudando y en el fondo, realmente no deseaba morir, sino que anhelaba vivir con Kei.
—Lo hice para estar a su lado.
—Temía que esa fuera tu respuesta.
No preguntó razones, en realidad, ninguno dijo otra palabra después de eso, solo se hicieron compañía hasta que Shuuko regresó a la habitación. Esa noche fue difícil, ambos la pasaron en el hospital incluso cuando él le dijo a su madre que podía irse, sin embargo, ella no pensaba dejarlo solo en ese momento.
El regreso a casa fue extraño, pero esperado, Shousuke intentó no correr a su habitación de inmediato para que no sospecharan que fuera a intentar quitarse la vida de nuevo, no lo iba a hacer, pero ahora debía ser precavido por culpa de las decisiones que había tomado; luego de saludar a Masayoshi y Shouko su madre le permitió ir a descansar a su habitación con la "advertencia" de que iría a verlo en unos minutos y le llevaría algo para comer, cosa que a él ni siquiera le importaba en ese momento.
Se paró delante de la puerta sintiéndose ansioso, listo para ser recibido por Kei, no le importaba si eran golpes o insultos, solo quería poder oírlo, poder sentirño una vez más; pero cuando la puerta se abrió la soledad y el silencio era lo que inundaban la habitación, sintió su corazón dar un vuelco mientras se adentraba cada vez más en espera de alguna señal o recibir un susto.
Nada.
Paseó por la habitación unos segundos antes de percatarse de algo fuera de lugar, la ventana se encontraba abierta en ese momento, se acercó a la misma para cerrarla y cuando estuvo a una distancia adecuada percibió el pequeño mensaje escrito para él, tomó la nota que estaba pegada en el cristal y en cuanto leyó la pequeña frase sintió como si el corazón se le rompiera en mil pedazos.
"Seguro ya lo sabes, pero odio las despedidas."
Un nudo se formó en su garganta, cubrió su boca para ahogar un par de sollozos y apretó los ojos para retener las lágrimas.
Él se había ido, Kei lo había abandonado.
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MI ROOMIE ES UN FANTASMA | KOMI SHOUSUKE
Fiksi PenggemarMREUF | ¿Cómo te sentirías si un día, de manera repentina, alguien desaparece de tu vida? ¿Qué pasa si, cuando llegas esa misma tarde a tu casa, descubres que ahora deberás convivir a su lado hasta que descubran como hacer que pase a una mejor vida...