Diecinueve: Charlas poco convencionales.

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Se sentía desesperado y odiaba no poder controlar sus emociones, caminaba por los pasillos de un lado a otro sin rumbo alguno, por primera vez en mucho tiempo la soledad significaba algo malo ¿En qué momento sentirse solo dejó de ser algo bueno? su paso se detuvo abruptamente antes de chocar con Yuki pues al no estar viendo por donde iba ni siquiera se percato en qué instante sus caminos se cruzaron.

—Perdón —murmuró con una notoria molestia en su voz ¿En qué momento dejó de sonar monótona?

—No te preocupes —Le mostró una dulce sonrisa— ¿Te encuentras bien? —preguntó de manera directa sin esperar recibir alguna respuesta.

—No —mantuvo silencio por unos pocos segundos—, en realidad... Sí, pasa algo —confesó sabiendo que había decidido hablar con el chico que en cualquier momento podría revelar lo que le contara en privado; sin embargo, confiaba en él pues aquel día que publicó la columna de Kei en el periódico escolar ninguno de los comentarios que hizo estaba presente más allá de "Fue una buena persona, un gran amigo."

—Oh, comprendo ¿Te gustaría hablarlo? aunque supongo que el pasillo no es una buena opción para que me cuentes ¿Cierto?

—No, no lo es.

—Vayamos al salón del club entonces, Kaori y Chihiro se ocupan toda la hora del almuerzo buscando noticias así que no debes preocuparte por interrupciones.

Shousuke asintió siguiendo el paso de Yuki en dirección al salón, como había dicho estaba solo y un poco desordenado a decir verdad, no tanto como la última vez; lo escuchó disculparse un par de veces por el desastre mientras tomaba algunas cosas para acomodarlas y que no se viera tan desorganizado, su respuesta fue decirle que no se preocupara.

—Bienvenido a mi consultorio —comentó en un intento de aligerar el ambiente mientras tomaba asiento en su escritorio dirigiendole la mirada a su "paciente"— ¿Qué es lo que te trae hoy aquí?

—Tú me trajiste —respondió sentándose delante suyo, Yuki soltó una ligera risa—. Es difícil de explicar —aclaró apretando sus labios en una línea recta mientras permitía que su mirada vagara por el alrededor del aula—, podría decirse que busco un consejo amoroso.

—¿Amor? oh vaya, esa es una versadera sorpresa viniendo de ti —Se irguió en su asiento, dejando en claro que se estaba tomando con seriedad la situación y que tenía un interés por escucharlo— ¿Tienes novio o...?

—No, no, no lo tengo —respondió negando con la cabeza—. Es más un consejo sobre qué debo hacer con mis sentimientos.

—Bueno, son tuyos, yo no puedo manejarlos, Shousuke.

—Pero no sé qué es correcto y qué no, tampoco me gustaría tomar la decisión equivocada, jamás me había sentido tan confundido —Tomó sus cabellos sintiendo una ligera desesperación— ¿Qué debo hacer? esto es horrible.

Yuki lo analizó por unos segundos, se encontraba verdaderamente mal y es que esta era una situación bajo la cual jamás creyó que se encontraría, respiró para mantener la calma y colocó sus brazos sobre el escritorio exteniendo una de ellas para que Shousuke la tomara, no lo captó a la primera pero el chico terminó haciendo lo que pedía, colocó su otra mano encima y proporcionó algunas caricias en busca de generar un ambiente de seguridad y calma.

—En primer lugar, necesito que me exploques el problema ¿Cuál es el problema con exactitud? si no sé con qué debo ayudar entonces no podré darte consejos.

Shousuke observó sus manos por unos segundos, él estaba en lo cierto, el problema radicaba en qué no estaba seguro de cuál era la manera correcta de contar su situación sin que pensara que estaba jugandole una broma.

—Me gusta un chico —comenzó a explicar con calma, pensando sobre la marcha sus palabras— y me encantará salir con él y ser pareja —Se sintió avergonzado por lo cual el volúmen de su voz disminuyó—, el problema es que yo sé que él puede irse en cualquier momento y no lo sé, es algo aterrador, creo.

Yuki permaneció en silencio tratando de armar la situación con las pocas pistas que Shousuke le entregaba, cuando consiguió darse una idea de lo qué podría estar pasando dio el consejo que tenía en mente desde que lo escuchó decir que necesitaba un consejo de amor.

—Hazlo.

—¿Eh?

—Declárate, sal con él, sean novios ¿Qué importa si algún día debe irse? ¿Prefieres arrepentirte toda tu vida de no haberlo hecho o tener buenos recuerdos a su lado los cuales puedes atesorar?

La respuesta que obtuvo fue silencio absoluto, Shousuke no necesitó pensarlo más de dos segundos antes de ser consciente de lo que deseaba, quería estar al lado de Kei y ser su pareja, además, no había obstáculos más que las posibilidades de un rechazo a las cuales, curiosamente, no les tenía miedo. Kei prometió que no se iría, ahora tenían la posibilidad de tocarse y aún recordaba el momento en el que afirmó que lo amaba mucho ¿Cómo amigo? quería tener la esperanza de que era como algo más.

—Quiero los recuerdos.

—Entonces no lo dudes más —soltó con cuidado su mano en ese momento—, cuando tengas oportunidad hazlo, no lo pienses y manten ese espíritu tanto como puedas, aunque estoy seguro que no eres de esos que se arrepienten de sus decisiones ¿Cierto? —Mostró una sonrisa juguetona.

—Gracias, Yuki, por escucharme otra vez.

—No agradezcas, me gusta ayudar a las personas —observó la hora en el reloj de la pared—, pero mejor apresúrate que casi suena la campana.

Shousuke asintió con la cabeza antes de levantarse y salir del salón dejando a Yuki solo quien no lo perdió de vista hasta que escuchó la puerta cerrarse. Al estar seguro de que no estaba cerca sacó su celular y abrió el chat con Hitomi.

"Listo, ya está decidido."

"¿¡Qué?! ¿¡Tan pronto?!'

"Te dije que soy bueno convenciendo a las personas."

"No esperaba que tan bueno..."
"Como sea ¡Muchas gracias! sabía que ibas a conseguirlo."

"No hay de qué, siempre es un olacer ayudar."

MI ROOMIE ES UN FANTASMA | KOMI SHOUSUKEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora