MI ROOMIE ES UN FANTASMA | KOMI SHOUSUKE

Quince: Reflexión.

Desde la llegada de Kei a su vida Shousuke no recordaba ni una sola vez en la que hubiese tenido un momento de tranquilidad, trataba de estar la mayor parte del tiempo al lado de Kei y cuando no era así se la pasaba pensando en qué podría estar haciendo ¿Se había ido sin despedirse? ¿Se estaría metiendo en algún nuevo problema? o, en el peor de los casos, ¿Se estaría dañando a si mismo? algo como visitar a su madre, seguro eso sería algo que lo lastimaria, pero también es algo que sin duda llegaría a hacer.

Eran alrededor de las siete de la noche, estaba dentro del cuarto de baño con la tina llena de agua caliente, desde que entró hasta ese momento habían pasado alrededor de cinco minutos ¿Cuándo fue la última vez que se permitió estar cinco minutos a solas por gusto? estaba agradecido con Kei por haber decidido quedarse, sin embargo, había algo extraño entre sus sentimientos, algo que no podía explicar con palabras.

¿Felicidad? ¿Alivio? no estaba seguro si eso abarcara por completo las sensaciones que le causaba el saber que Kei se quedaría a su lado, sintió un escalofrío recorrer su espalda.

¿A mi lado?

Repitió en su mente, hundió su cuerpp en la tina dejando que el agua cubriera hasta su nariz ¿Por qué estaba teniendo esa clase de pensamientos? Kei era su amigo, por supuesto que agradecía poder convertirse en el amigo que él merecía, aunque le disgustara la idea de salir, convivir y socializar, podría tragarse ese disgusto para hacer todas las cosas que en vida a Kei no le fue posible.

¿En qué clase de persona se estaba convirtiendo? estaba llegando a un punto en el que no podía reconocerse, estaba cambiando tanto solo por un chico que ni siquiera tenía vida y eso le generaba demasiadas dudas a las cuales no sabía como responder. Decidió dejar de perder el tiempo, la tranquilidad lo empezaba a abrumar.

Veinte minutos después había salido de la ducha, llegó a su habitación ya vistiendo su pijama, encontrándose con Kei quien se encontraba asomándose por la ventana igual que la mayor parte del tiempo en la que Shousuke no podía hablar con él. Hizo una ligera mueca ¿Veía su casa? ¿Observaba a su madre? ¿Qué era lo que lo atraía del exterior? no le gustaba la idea de que se lastimara emocionalmente, era como una especie de tortura que no estaba dispuesto a permitir.

—¿Qué haces? —preguntó mientras caminaba hacia la silla de su escritorio.

—Oh —lo escuchó sobresaltarse antes de darse la vuelta para verlo—, vaya, tardaste muy poco.

—O quizás estás muy distraído.

—Sí, esa también es una opción —una risa escapó de sus labios— Estoy feliz ¿Sabes? quizás debí pensar en quedarme antes de lanzarme a lo desconocido, aunque de cualquier manera no sabemos como ir al más allá ¿Cierto?

—Cierto —Suspiró un tanto agotado—, me alegra que Hitomi pueda verte.

—¡A mí igual! aunque tampoco me molestaba que fueras el único, era bonito saber que alguien podía verme, sobre todo siendo tú.

—¿Yo?

—¡Claro! supongo que tú no lo veías así pero yo te quería muchísimo ¡Y te quiero mucho más ahora —se corrigió con rapidez, no quería que pensara que ya no lo hacía—, cuando estaba en el hospital llegaba a pensar que cuando saliera de ahí las cosas serían mejores, aún cuando eras algo distante yo quería pensar que podríamos ser muy buenos amigos y hacer varias cosas juntos —Apretó sus labios en una línea recta—. No era muy divertido que el único lugar en donde pudieramos estar juntos fuera la camilla del hospital ¿Cierto?

Un nudo se formó en la garganta de Shousuke en ese momento, sintió unas extrañas ganas de llorar ¿Por qué lo decía de esa manera? no parecía triste, pero estaba seguro de que a Kei le dolía más que a cualquier otra persona. Pasó saliva, debía mantener la calma delante de él.

—Supongo que no para alguien normal —se giró en la silla para encender su laptop, evitando que el espectro pudiera ver sus ojos directamente—, pero estar contigo en cualquier lugar es agradable.

Ambos se quedaron en silencio por unos segundos, una sonrisa se hizo presente en los labios de Kei, de tener cuerpo estaría sonrojado ¿Shousuke acababa de hacerle un cumplido? se le complicaba creer que era real, pero aunque no lo fuera no podía evitar sentirse emocionado.

—Puedo decir lo mismo.

—Aunque en realidad pensaba que ahora puedes pasar la mitad de tu tiempo conmigo y la otra mitad con Hitomi.

—Oh... ¡Oh! ¡Es cierto! ¿Cómo no lo pensé? supongo que debí decírselo antes, seguro si aparezco de repente en su casa ahora mismo ella se asuste.

—¿Por qué no intentas comprobarlo? no es como que pueda golpearte.

—Tampoco quiero que me eche —se cruzó de brazos mientras fruncia el ceño—, pero... Es parte del trabajo de ser un fantasma ¿No? asustar a los demás —entrecerró sus ojos como si se mantuviera pensativo.

—Por supuesto, intenta hacer flotar una pelota a ver si grita de horror.

—¡No te burles! cuando pueda levantar un librero no vas a reírte igual, pero no importa, voy a visitar a Hitomi.

Luego de decir eso Kei se esfumó en cuestión de segundos, Shousuke seguía un poco sorprendido cada que lo veía hacer eso, pero no podía perder el tiempo, aprovecharía ese momento de soledad porque no estaba seguro de cuando volvería a tener uno igual.

Abrió el navegador en su laptop y se quedó frente a la pantalla encedida durante al menos dos minutos antes de saber lo que necesitaba buscar. Su primer pensamiento fue "No, no puede ser esto" pero luego de pensarlo un poco más había comenzado a dudar ¿Quizás si podía ser eso?

"¿Cómo se siente estar enamorado?"

Escribió antes de dar enter, esperaba que alguna de todas esas páginas de resultados pudiera responder la duda que lo estaba abrumando. Shousuke jamás se había enamorado, por lo cual no tenía un punto de comparación para afirmar que gustaba o no gustaba de Kei, pero tampoco se le ocurría qué otra cosa podría ser.

Por favor, por favor que no sea esto.

Rogó mientras comenzaba a abrir varios links para comenzar a leer la información, sería demasiado triste tener a su primer amor y que este fuera un fantasma ¿Cómo eso podría llegar a funcionar?