Doce: Charlas nocturnas.

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Yuki se había ido de la casa de Shousuke luego de unos minutos en los cuales consiguió calmarse y aclarar su mente, cualquiera de sus preguntas Shousuke la respondía de la manera más simple y monótona posible al grado en el que Yuki se cansó de insistir y simplemente decidió irse a casa, aún tenía la duda de por qué había ido a casa de Shousuke si ni quiera eran cercanos.

—Lo solucionamos al final ¿Eh? —comentó Kei con una pequeña sonrisa sobre sus labios— Todo fue demasiado repentino por un instante no creí que realmente lo hubiera logrado.

—Parece que necesitabas emociones muy fuertes.

—Al menos ya sabemos un poco más sobre los poderes ¿No crees? quizás ahora pueda levantar la pelota.

Pudo sentir la mirada de Shousuke en ese instante y de tener cuerpo hubiese sentido como se tensaba, claramente no era el momento para hacer esa clase de comentarios pero necesitaba aligerar el ambiente de alguna manera. El silencio era absoluto, Kei se acercó a la ventana una vez más para observar a través de ella en dirección a su casa, las luces estaban apagadas ¿Su madre había dormido temprano en esa ocasión? le gustaría poder asegurarle que todo estaría bien o decirle algo para que pudiera salir adelante, pero claramente ver al fantasma de su hijo no sería para nada una buena manera de salir adelante.

Shousuke mantenía su mirada sobre el espectro mientras terminaba de sacar su pijama del armario, el sol apenas se había ocultado hace pocos minutos pero el día había sido demasiado agotador y quería estar cómodo por si accidentalmente caía dormido, colocó la ropa sobre su cama y se acercó a la ventana para quedar al lado de Kei.

—El cielo se ve bastante hermoso ¿No lo crees? eso debe significar algo, las personas que lo habitan deben tener ls mejores vistas.

—Tal vez, debe ser muy diferentes verlo desde arriba.

—Me gustaría poder contarte como se ve, si es que llego a subir, al menos eso espero, estar bajo tierra no es un concepto realmente bonito.

Una risita escapó de los labios de Shousuke al escucharlo, aunque dejó de ser divertido al tener en mente que el cuerpo de Kei ya se encontraba bajo tierra, su estómago se revolvió en ese momento sintiendo una ligera incomodidad de la cual no hizo mención. Apoyó sus manos para poder sacar ligeramente la cabeza por la ventana, permitiendo que la helada y suave brisa golpeara contra su cuerpo, desalineando sus cabellos.

—¿En qué piensas? —se animó a preguntar Kei, tomando la misma acción que Shousuke, solamente que él no era capaz de experimentar ninguna sensación.

—Cosas.

—Podrías ser un poco más específico ¿Sabes? yo también pienso en cosas pero dudo que sea lo mismo.

—¿Tú en qué piensas?

—Yo pregunté primero —Eso no hizo ningún efecto, sabía que no ayudaría a que Shousuke respondiera pero aún así lo intentó—. En mi madre, lo que debe sentir o pensar, lo que ha hecho y lo que no; su vida después de mí no será la misma, lo sé porque mi vida sin ella tampoco sería la misma.

Hubo silencio por unos segundos, Shousuke colocó su mano sobre la de Kei, sabiendo que lo atravesaría, pero queriendo mantenerlo como un símbolo que indicara "te acompaño".

—¿Me respondes ahora?

—Pienso en ti —Sonrió gentilmente al decir aquello, sin dirigirle la mirada.

—¿En mí?

—En todo lo que podríamos haber hecho juntos, lo que debí hacer por ti, las conversaciones tan absurdas aue teníamos de camino a casa o las salidas a las que conseguiste arrastrarme un par de veces.

Kei sonrió con ternura al recordar cada uno de esos momentos, realmente desearía revivirlos, inclinó ligeramente su cuerpo contra él, sabiendo que no podría recargarse, pero la intención estaba ahí. La noche era tan hermosa en ese punto que no podían pensar en una situación más perfecta, solo ellos, la luna llena, el silencio absoluto mientras se hacían compañía y el latir de un corazón. Shousuke colocó la mano sobre su pecho discretamente, Kei no le estaba prestando atención, era capaz de sentir la rapidez de sus latidos en ese instante al grado de convertirse en una molestia.

—¿Alguna vez pensaste acerca del futuro? ¿Lo que quieres ser cuando seas grande? Yo siempre tuve en mente ser un diseñador de modas, pero tú eras tan callado que jamás pude deducir que te gustaría ser.

—Jamás lo pensé —confesó.

—¿En serio? bueno, era de esperarse, apenas entramos a la preparatoria este año y aún tienes tiempo para pensar ¿Cierto?

—No demasiado, pero algo es algo.

—Cuando estaba en el hospital, no dejaba de pensar que las cosas iban a mejorar en algún punto, mi mayor sueño en ese momento era haber podido encontrar gente buena en mi vida mucho antes.

—¿Gente buena?

—Hitomi, tú, Kaori, Ai, todos ustedes... Realmente me hicieron tan feliz, fue la primera vez que sentía que tenía amigos verdaderos, gente que no me juzgaba por lo que era, por como actuaba o por como me veía.

No recordaba si alguna vez Kei había mencionado algo respecto a su anterior escuela, probablemente esta era la primera vez pues era bastante claro que el tema era algo delicado para tratar.

—Me hubiese gustado lo mismo.

—¿Encontrar gente buena?

—Encontrarte a ti —le dirigió la mirada con una pequeña sonrisa sobre sus labios—, aunque, al final del día, viene siendo lo mismo ¿No?

Kei lo miró por unos segundos sin poder evitar mostrar una sonrisa, si había un Dios todopoderoso, le encantaría tener la oportunidad de pedirle un milagro en ese mismo momento, pero sabía que eso era imposible y lo detestaba, solo quería ser feliz con las personas correctas a su lado.

Si acaso estas escuchando esto, por favor, quisiera pedirte una sola cosa ¿Podrías permitirme ser feliz una última vez?

MI ROOMIE ES UN FANTASMA | KOMI SHOUSUKEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora