15. Ya pensaremos en algo

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Cierro el libro y guardo mis materiales escolares en el bolso. Puesto que el día no ha estado muy bueno en ventas, me he puesto a hacer las tareas del colegio, y he concluido con éxito.

Me reclino hacia atrás en el asiento frente a la caja registradora, estirando un poco el cuerpo puesto que siento los músculos tensionados. Inevitablemente mi mirada se dirige a la parte superior de la puerta que lleva a la cocina, más específicamente a la pequeña cámara ubicada allí y que no se puede ver a menos que te quedes mirando con fijeza al lugar.

Hace poco intentaron robar, así que en vista de aquello la señora Kang, quien es la dueña, decidió colocar cámaras de vigilancia; hay una en la entrada del local que a simple vista se puede apreciar, y la otra es esa a la que brevemente eché un vistazo. Hay otra más en la cocina y una última en la puerta trasera de la cocina que da al callejón en donde dejamos la basura del día. Sí, digamos que ante el intento de robo, la anciana tomó medidas un poco severas; así que ahora cerramos más temprano que antes.

Levanto la mirada, precisamente al reloj colocado en uno de los pilares del local, y tras asegurarme que es la hora indicada procedo a colocar el letrero en cerrado en lugar de abierto. Voy hasta los ventanales y bajo las persianas, también empiezo a acomodar las pocas sillas que hay en el lugar.

No sé por qué, pero algo muy dentro de mí me dice que dentro de poco la señora Kang empezará a hacer arreglos a la pastelería y dejaremos de ser eso para convertirnos en una cafetería; puede que incluso empiece a contratar más personal ya que Youso y yo no seremos suficientes en caso de que aquello llegue a suceder.

Justo cuando estoy por cruzar el marco de la puerta que da a la cocina, la campanilla de la puerta principal suena.

—Lo siento, estamos cerrados —digo de espaldas—. Puede regresar mañana temprano.

Ante el silencio repentino decido voltearme y chequear que el sonido no ha sido producto de mi imaginación. Efectivamente, no me lo he imaginado.

—¿Qué haces aquí? —le pregunto extrañado.

Namjoon me mira y suelta el más largo y pesado suspiro que le he escuchado.

—Min está en sus prácticas del club de atletismo —resume.

—Entonces —regreso a mi tarea de ingresar a la cocina, sintiendo sus pasos siguiéndome—, estás aburrido, ¿no?

—Ajá —por el rabillo del ojo alcanzo a notar cómo mete el dedo en la crema batida que ha quedado.

Voy hasta allá y le doy un golpecito en el dorso de la mano al notar sus intenciones de quererse comer el resto del dulce.

—Termino en veinte minutos. Bueno, en treinta si es que sigues haciéndome difícil la tarea —reitero. Sus ojos oscuros se posan sobre mí y al darle un breve vistazo me doy cuenta de algo—. ¿Qué rayos te hiciste en el cabello?

Me acerco a él y toco la cima de su cabeza; se ha hecho un peinado extraño, de esos que he visto en vídeos de chicos latinos, en donde se hacen el pelo hacia arriba formando una especie de espiral que se asemeja en apariencia al suspiro —y con esto me refiero al dulce—. Además de eso, tiene tintado solo esa parte de un intenso color amarillo, lo cual me hace replantearme lo despistado que he sido en cuanto a su presencia puesto que es algo muy notable en él.

—Perdí una apuesta.

—¿Una apuesta?

La confusión es clara en mi tono de voz.

—Mi madre se ha vuelto loca —dice un poco consternado—. Incluso no parece ser ella misma —exclama.

—Puedo notarlo. ¿Por qué ha sido la apuesta?

—Cosas que no entenderías.

—Te ha pedido una novia —aseguro, dejando de barrer y apoyando las manos sobre el palo de la misma.

Su mirada fulminante me demuestra que he dado en el clavo.

—No sé qué le pasa, de verdad —niega, y con pesar agrega—: parece que viviera con un par de locos.

—Entonces, ¿qué dice tu padre?

—Como si le importase.

—Namjoon —reprocho.

—Pero es verdad, juro que no miento. Hace dos días le dije que mamá estaba actuando extraño, ¿y sabes qué fue lo que me dijo? —le hago un gesto de "ni idea" mientras sigo limpiando—. Ya se le pasará. Literalmente esas fueron sus palabras, ¿puedes creerlo? Y lo peor de todo es que luego empezó a presionarme de nuevo respecto a lo que haré con mi vida.

Escucho con atención cómo empieza a quejarse, le dejo decir y soltar hasta la última palabra porque siento que es algo que ha venido necesitando.

—Tranquilo, amigo, sabes que tienes todo mi apoyo y el de Yoon también.

Su sonrisa tiembla un poco, y sus ojos solo reflejan duda y temor, así que lo estrecho entre mis brazos para brindarle confort.

—Está bien, ya pensaremos en algo —palmeo su espalda y me alejo de él.

Juntos nos damos a la tarea de concluir con la limpieza del lugar y cuando terminamos le obsequio unos cuantos postres sobrantes del día para después ir al encuentro con Min.

Juntos nos damos a la tarea de concluir con la limpieza del lugar y cuando terminamos le obsequio unos cuantos postres sobrantes del día para después ir al encuentro con Min

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*Total de palabras: 869.

N/A: Este capítulo es una breve introducción a la historia de Nam, así que sí es importante

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N/A: Este capítulo es una breve introducción a la historia de Nam,
así que sí es importante.

𝐃𝐄𝐀𝐑 𝐁𝐎𝐘 ━𝐉𝐇𝐒 #EBOxA24Donde viven las historias. Descúbrelo ahora