Jiwoo me mira de pie fuera de mi habitación, recostada contra el marco de la puerta.
—Ya le dije a mamá que no pienso ir —repito.
Mi hermana mayor continúa con su mirada puesta en mí, así que decido darle la espalda para evitar su mirada juzgandome.
—Es una lástima para ti, querido hermano, pero fui enviada aquí por ella precisamente para que vayas —suspiro—. Así que levanta tu trasero de bailarín y no tardes más de cinco minutos en salir.
Me giro para replicarle, pero ella ya no está. Hago una mueca y me pongo de pie. Sé que si no voy ahora, tendré a dos mujeres intensas molestandome para que me apresure.
—Ni siquiera sé por qué nací —le digo a mi reflejo en el espejo, ya cuando estoy terminando de peinarme para salir—. A veces siento que los cumpleaños son una maldición —coloco el peine en su lugar y apunto a mi reflejo—: No lo arruines esta vez.
Salgo de mi habitación y voy a donde toda mi familia me espera. Mientras ellos están sonrientes y rebosantes de emoción, yo pienso en que espero este día pronto llegue a su fin. Particularmente no me gusta celebrar mi cumpleaños porque cada año me pasa algo malo.
La primera vez tenía ocho años y montaba la bicicleta que mis padres me habían obsequiado de regalo, no sé cómo pero me caí y terminé hospitalizado porque me di un golpe fuerte en la cabeza que me dejó inconsciente por casi quince días, y cuando desperté no recordaba nada de lo que había sido mi vida antes de aquel accidente. Solo podía recordar la trágica manera en que nunca aprendí a manejar ese juguete infernal.
Los años posteriores a ese, regresaba a casa con moretones, golpes, rasguños o con alguna fractura. Ahora que cumplo los diecinueve, no quiero ni imaginar lo que podría suceder.
—Vamos cambia esa cara, hyung.
—No puedo, es la única que tengo —respondo de brazos cruzados y la mirada vagando por las calles que pasamos.
—Bueno, el gesto entonces —refunfuña—. ¡Es tu cumpleaños! —grita emocionado.
Resoplo.
—Déjalo, Minkyu, ya se le pasará —aconseja mi hermana, luego me da un golpe debajo de la cabeza. La miro con molestia pero ella solo me enseña su puño y dientes apretados.
Ignoro a mi hermana y regreso la mirada a las calles a través de la ventana. Pocos minutos después papá detiene el auto y los miembros de mi familia empiezan a salir de su interior, por lo que me veo obligado a salir yo también. Levanto la mirada y nos encontramos fuera de un restaurante familiar. No digo nada y sigo el paso de mis padres y hermanos en completo silencio.
—Voy al baño —digo a mi hermana que es la más cercana a mí. Ella asiente y yo doy vuelta para dirigirme allá.
Ya en el baño, me doy una bofetada a mí mismo y me ordeno a cambiar mi expresión. No debo de tener miedo por lo que podría o no pasar, después de todo hay momentos que solo se pueden disfrutar una vez en la vida, ¿no?
—Está bien, puedes hacerlo —le digo a mi reflejo—. Todo está y estará bien —me motivo y con esas últimas palabras regreso en busca de la mesa donde mi familia se encuentra.
Busco con la mirada y sonrío levantando la mano al encontrarlos por lo que no dudo en acercarme. Aunque mientras más me acerco me puedo dar cuenta de que hay alguien más en la mesa.
—Buenas tardes —saludo con una reverencia.
La señora Garam me obsequia una sonrisa radiante, lo que provoca que yo le devuelva una igual.
—Felicidades por tu cumpleaños —mi sonrisa disminuye un poco, pero no lo suficiente para que se note.
—Gracias —tomo lugar en mi asiento y presto atención cuando mamá me llama.
—¿Ya sabes qué vas a ordenar? —le echo un vistazo rápido al menú y asiento, indicándole mis opciones—. De acuerdo, mi cielo.
Mientras esperamos a que nos asistan con los platos de comida, converso un poco con la señora Garam, que intenta desesperadamente que su hija también se integre en la conversación. A pesar de no conseguirlo de inmediato, sigue intentando, hasta que parece dar con un punto sensible para la chica.
—Mamá, ¿podrías no hablar de eso? —pide, sin embargo su madre no parece estar muy de acuerdo en ello.
—Le dije que no saliera con ese chico, pero como siempre, prefirió ignorar mis palabras —la mujer suena resentida cuando lo dice—. Aparentemente era un buen chico, pero desde el principio no me convenció, y mira nada más en lo que terminaron. Si no hubiera sido por...
—Bueno, ya está bien —Hyeonji se pone de pie dando un fuerte golpe a la mesa—. Nos vemos en casa —dice a su madre, luego se gira hacia mí—. Espero que disfrutes tu día —me entrega una caja pequeña que saca de su bolso y posterior a ello mira a mis padres con gesto apenado—. Lamento las molestias, señor Jung y señora Lee, perdonen mi comportamiento, por favor.
Hace una reverencia como forma de despedida y se marcha sin darle una última mirada a su madre.
*Total de palabras: 865.
Fue el cumpleaños de mi bello Hoba, y yo tenía que subir capítulo haciendo referencia a ello; aunque lo hice con otra perspectiva jeje.
Felicidades a uno de los seres que hizo que cambie mi visión a mí misma. 🥹🫶
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𝐃𝐄𝐀𝐑 𝐁𝐎𝐘 ━𝐉𝐇𝐒 #EBOxA24
Fanfiction𝐃𝐁| ❛❛Querido niño, déjame decirte que tu sonrisa es la más hermosa que haya visto jamás.❜❜ Hoseok trabaja en una pastelería después de clases, y por casualidades del destino comienza a recibir cartas cuyo emisor desconoce pero que expresa un...