𝐃𝐄𝐀𝐑 𝐁𝐎𝐘 ━𝐉𝐇𝐒 #EBOxA24

10. Una oportunidad

Debo ser el mayor tonto de la historia.

Aplano los labios con disgusto, recordando lo que hace un par de días dije en un arrebato de emoción y sin prever lo que realmente mis palabras significaban, mientras permanezco en una esquina de mi habitación.

Estaba tan feliz de que mamá haya prometido no volver a mencionar que deje de trabajar que, sin pensarlo, accedí a su petición.

El sonido de alguien llamando a la puerta me regresa al presente, sacándome de la paliza mental que me estaba dando a mí mismo. Me pongo de pie y suspiro en el breve camino a abrir la puerta. Frente a mí aparece la imagen sonriente de mi hermana, no obstante dicha sonrisa desaparece de su rostro en cuanto se percata de mi expresión, y las manos que tenía levantadas con un empaque en mano baja con una lentitud agobiante.

—¿Qué te sucede? —cuestiona sin más. Hago una mueca, pero no respondo.

—Pasa —me hago a un lado para que pueda ingresar.

—No cierres todavía —dice cuando estoy por cerrar la puerta—. Aún falta Minkyu —agrega, respondiendo a la pregunta que no vocalicé.

—Ya estoy aquí —comenta el menor de nosotros, sosteniendo varios empaques de chucherías entre sus brazos y comiendo una barra de chocolate.

—Te saldrán granos en el rostro —señalo a mi hermano el puberto, pero él decide hacer caso omiso a mis palabras al levantar los hombros en un gesto de total indiferencia.

Una vez los tres nos encontramos en el interior de la habitación, mis hermanos dejan caer lo que han traído sobre mi cama.

—¿Qué es todo esto?

Mis hermanos me miran como si me hiciesen falta neuronas, y muy abiertamente pasan de mi pregunta para formular una propia, siendo Jiwoo la primera en hablar.

—Entonces, ¿qué es lo que te tiene tan abrumado?

—No estoy abrumado —murmuro sentándome en una esquina de la cama.

—¿Sino? —Minkyu, a pesar de estar muy centrado escarbando en las chucherías que noona sacó, no pierde su concentración en la conversación.

Este niño es demasiado inteligente, por ello no consigo comprender cómo es que no se aplica bien en la escuela. Aunque, pensándolo bien, es la vagancia lo que no le deja explotar ese potencial suyo.

—¿Hoseok? —el tono preocupado en la voz de mi hermana no es bonito de escuchar. No me gusta cuando se preocupa, y mucho menos por algo tan tonto como lo que estoy por contarle.

—Bueno, digamos que hay esta situación —comento sin especificar en realidad. Minkyu me mira con el entrecejo fruncido, dejando de lado la paleta que estaba por llevarse a la boca.

Dios, de verdad, a este niño deberían de prohibirle las golosinas antes de que empiece a sufrir de diabetes.

—¿Qué situación? —cuestiona con seriedad.

En ocasiones me pregunto si es que acaso nuestros tiempos se cambiaron o qué, puesto que él parece tener más la actitud de hermano mayor que yo. Incluso le saca ventaja a noona.

—Mamá quiere que salga este fin de semana con la hija de la señora Garam —largo al final, con palabras corridas y poco entendibles.

—¿Qué? ¿Por qué? —encojo los hombros.

Volteo a ver si hay algo que capte mi atención en esa caja mientras mis hermanos parecen mantener una conversación silenciosa entre ellos.

—Entonces —Minkyu decide hablar justo cuando estoy por probar una de esas gelatinas envasadas—... ¿ya debo empezar a prepararme para la boda?

Ruedo los ojos ante su comentario incoherente. Noona deja escapar una risa ante mi gesto y decide tomar la palabra.

—Deberías ir, tal vez se vuelvan buenos amigos.

Medito un momento en lo que mi hermana dice, pero el recuerdo de nuestro vergonzoso encuentro me hace ser consciente de que, lo único que saldrá de esa salida, será una terrible incomodidad entre nosotros.

—No pierdes nada dándole una oportunidad a la propuesta de mamá —menciona el menor.

Prefiero omitir comentarios y en vista de que nadie vuelve a hablar del tema, nos decidimos ver la última serie que protagonizó Kim Go Eun.

*Total de palabras: 671.