Entre Clichés | KiriBaku, AU.

9

Bakugou llega a la biblioteca utilizando anteojos, cosa que a Kirishima le hace quedar boquiabierto y no es solo porque su tutor se ve lindo de esa manera, sino también porque no sabía que tuviese problemas a la vista. 

—Te quedan bien los lentes, Bakugou —le dice, sonriendo—. ¿Por lo general usas lentillas?

—Sí —responde el otro, sin tomarle importancia—. Saca tu cuaderno. No podemos perder el tiempo. 

El pelirrojo asiente, obedeciendo a las instrucciones, pero todavía medio embobado por lo que acaba de ver. 

La primera media hora, pone su completa atención, pero luego se siente cansado y escucha la voz de Bakugou como algo lejano. Solo se puede concentrar en la forma en que las gafas cambian el rostro del rubio y le dan un ligero toque más intelectual. Se ve bien. Es que, bueno, ese chico con cualquier cosa se ve realmente bien. Tiene un rostro atractivo.

—¿Me estás escuchando, idiota? —le pregunta. 

Kirishima suspira, siendo sincero.

—Lo siento, estoy desconcentrado...

—Como sea —Bakugou dice, acomodándose las gafas y entregándole una hoja—. Terminaremos si es que puedes poner las partes de la neurona y sus funciones. 

El pelirrojo mira la hoja, la cual tiene dos neuronas dibujadas. Frunce los labios y asiente. No tiene ganas de hacerlo, sin embargo, saca las energías que tiene dentro de su cuerpo para completarlo lo mejor que puede. Se demora alrededor de quince minutos, pero lo hace bien. Bakugou se tarda solo otro par de minutos en revisar. 

—Está bien —dice, una vez que termina de leer—. Es suficiente.

—¡Gracias por la clase de hoy, Bakugou! —exclama, sonriente. 

Las primeras veces que le dijo eso, el chico le respondió con un "lo hago por obligación, cabello de mierda", pero ahora se mantiene en silencio. 

Hay algo que Kirishima debe preguntar antes de que ambos se vayan. Sabe que, seguramente, la respuesta será negativa. Pero, aún así, siente que no pierde nada en hacerla. Así que, tomando coraje, dice: 

—Me gustaría invitarte a tomar algo en agradecimiento, hombre. ¿Por qué no hacemos la próxima tutoría fuera de la escuela? 

El rubio lo mira, con el ceño fruncido. 

—Podría ser en ese café cerca del campus. Es un buen lugar. 

Su corazón está palpitando como loco, a pesar de que, como siempre, espera un no por respuesta. 

—Está bien si no quieres, solo era-

—No salgo durante los días de clases —Bakugou lo interrumpe—. Debe ser un sábado o domingo por la mañana. 

—Sábado —responde, sin dudarlo—. Tengo entrenamiento en la tarde, así que... ¿Nos juntamos para el desayuno? 

—Sábado, a las nueve y media. Si llegas un minuto tarde, me iré. 

Aún sin poder creerlo, Kirishima solo asiente frenéticamente. 

Santa mierda, ¡acaba de obtener una cita con Bakugou! 

Bueno, no es algo demasiado formal, pero cree que ese será el momento perfecto para conocerlo mejor, pues se estarán viendo en otro lugar, diferente al de la biblioteca.

Está tan emocionado que no puede disimularlo. 

—Por supuesto, Bakugou. Seré puntual, ¡lo prometo! 

El rubio no lo mira. Solo arregla sus cosas y pone la mochila tras su espalda, dispuesto a marcharse. 

—Bien —dice, antes de comenzar a caminar.

Kirishima solo lo mira irse, demasiado feliz como para hacer algo más.