Entre Clichés | KiriBaku, AU.

15

Bakugou sale de la clase de filosofía en dirección a la de literatura contemporánea. Sin embargo, antes pasa por su casillero para buscar los libros correspondientes.

Ve un papel acomodado en las pequeñas aperturas del casillero, lo cual le llama la atención. Antes de abrirlo, saca el papel y lo lee. Frunce el ceño cuando ve que la tinta es rosa y la caligrafía desordenada.

"Los cumpleaños de Kirishima y Tetsu son el 16 de Octubre pero se los celebraremos el sabado 19...

estoy segura de que a Kirishima le gustara verte hay 💕💕" 

Se siente perturbado por el mal uso de "hay", al igual que por la falta de comas y tildes, pero no piensa mucho en ello, más bien, se concentra en deducir quien es la emisora de dicha nota. Por el solo color de la tinta, logra obtener una conclusión: la chica con la que suele estar el pelirrojo, que tiene el cabello rosa. Ellos son mejores amigos —algunos rumores dicen que son algo más que eso—, por lo que es evidente que esto lo hizo ella.

El estómago se le aprieta por el contenido de la nota. No es como si debería interesarle. Por supuesto que no irá a ese estúpido cumpleaños. Estará lleno de gente y harán cosas absurdas. Así que, asistir ni siquiera es una opción.

Sin embargo, hay algo que le molesta de todo esto.

Se imagina a Kirishima, con el rostro sonrojado y sonriendo abiertamente luego de haber recibido un regalo de su parte. Si es que llegase a comprar algo, porque Bakugou no está seguro de hacerlo... Mierda, ¿por qué demonios está pensando en eso? Apenas compra regalos para los cumpleaños de sus padres. ¿Por qué tendría que darle un obsequio a ese idiota?

El rubio bufa, arrugando el papel y metiéndolo a su bolsillo del pantalón. Saca los libros que necesita de su casillero y luego lo cierra, listo para ir a clase de literatura.

Jodido Kirishima. Nada de esto hubiese pasado si ese idiota no fuese tan... brillante. Es un jodido foco, atrayendo a todos como si fuesen polillas en busca de luz.

Se demora unos segundos en darse cuenta de que se ha comparado a sí mismo como una polilla, y piensa que está demasiado aturdido para que su mente procese todo correctamente. Solo espera que el día pase rápido y comenzar a estudiar para lo que de verdad le importa: química. Las clases especiales toman una gran parte de su tiempo, pero disfruta leer y aprender cosas nuevas sobre dicha asignatura, aunque mucho más le gusta la experimentación.

Cuando al fin logra que sus pensamientos se dirijan a otro lugar, se encuentra con la chica de cabello rosa. Bakugou rueda sus ojos y frunce más su ceño, pero a ella no parece entender la advertencia, al contrario, se acerca mucho más rápido.

Al tenerla de frente, se da cuenta de que parece un mapache...

—¡Hola, Bakugou!

—¿Qué demonios quieres?

—Viste mi nota —ella asegura—. ¡Si hubiese sabido que te encontraría tan fácil, te habría hablado en persona!

—¿Qué mierda quieres? —repite, más duro.

La chica parece no querer lucir sorprendida, pero lo hace. Sus ojos se expanden un poco cuando Bakugou deja salir esas palabras. Eso dura unos cortos segundos, puesto que pronto recupera la confianza.

—Nada, ¡solo espero que lo pienses bien! —responde, alejándose—. ¡Nos vemos!

Deja a Bakugou sin siquiera tener la opción de responder, puesto que se marcha con un grupo de amigas. Él bufa y sigue su camino.