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Compartir la clase de historia con Bakugou es agradable. Ellos tienen el acuerdo implícito de sentarse juntos en los mismos asientos. Y, por alguna razón, todos parecen entenderlo también, puesto que nadie siquiera toca esos bancos. Siempre que llegan, están vacíos, esperando por ellos.

Esta vez, Kirishima no se puede concentrar. La clase es sobre la Guerra Fría y sus consecuencias. Es, más bien, un repaso antes del examen que está por llegar. La profesora es lo suficientemente considerada como para explicar otra vez los puntos más importantes. Así que, el hecho de que no esté poniendo tanta atención, no es tan perjudicial, puesto que solo tiene que revisar los apuntes de la clase pasada y leer las páginas correspondientes del texto escolar para que le vaya bien. O, al menos, eso cree.

Su distracción tiene nombre y apellido. Es una persona. En específico, un chico... Un chico nerd y gruñón, con el cabello alborotado y la mirada más apasionada que ha visto en su vida.

Su distracción es Bakugou.

Bakugou y la manera en que deja los primeros botones de su camisa abiertos.

Bakugou y la manera en que su ceño se frunce.

Bakugou y como pasa la pequeña goma en el extremo del lápiz por sus labios.

Bakugou y la forma rápida que escribe en su cuaderno.

Bakugou y su todo por completo.

Joder, cree que ya ha caído profundo y no hay nada, absolutamente nada, que pueda hacer, salvo enfrentarse a esto. Debe dejar de tener miedo y salir adelante. No quiere que se repita lo que sucedió en su anterior escuela, donde se sentía horrible por saber que nunca podría decirle algo al chico que, hasta ese entonces, le gustaba.

¿Debería pedirle que salgan nuevamente?, podría explotar la excusa de las tutorías tanto como pueda, hasta que tenga la confianza suficiente para pedirle salir a una cita formal, y entonces el rubio aceptaría...

¿Eso podría pasar?

Es que, siendo realista, ni siquiera sabe si a Bakugou le interesan los chicos. Pero tampoco parece interesado en las chicas... ¿Será que, de verdad, no está interesado en nadie? Bueno, son adolescentes, y todos en esta escuela parecen tener las hormonas actuando al cien por ciento, pero Bakugou se ve diferente: solo está pendiente en sus estudios, en mejorar día a día. Es difícil tratar con alguien tan reservado.

Por ahora, al menos, tiene algo claro: Bakugou Katsuki le gusta. Mucho.

Quiere ser franco consigo mismo. No más mentiras. No quiere cometer los mismos errores del pasado. Ya no tiene miedo. Las miradas de los otros poco le interesan. Mientras tenga a sus amigos apoyándolo, lo que diga el resto no es demasiado relevante para él.

Así que, intentará conquistarlo y se confesará. Sabe que puede hacerlo. Ya no es un cobarde. Tiene el coraje suficiente para darlo todo.

Entre Clichés | KiriBaku, AU.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora