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Kirishima se despierta luego de haber disfrutado de un sueño reparador y tranquilo. Parpadea un par de veces antes de pasar el dorso de su mano por sus ojos y soltar un largo bostezo. Se sienta en la cama y lo primero que hace es tomar su móvil, el cual está lleno de mensajes por parte de sus amigos y notificaciones de redes sociales.

Es extraño ver su vida siendo comentada por personas que apenas conoce. Nunca le importó demasiado, ahora es diferente... Las personas parecen asombradas por su sexualidad más que por el hecho de que esté con Bakugou. Y tiene un poco de sentido, porque desde comienzos de año que todos rumoreaban de que estaba en una relación con Mina, por mucho que ellos dijeran que solo eran amigos. Todo esto no le está afectando como creyó que le afectaría. Está un poco nervioso, pero no tiene miedo.

Decide no ver más del tema. Tiene otras cosas en las cuales concentrarse, como estudiar, entrenar, ganar los partidos y, por supuesto, estar con Katsuki.

Una sonrisa le ilumina el rostro.

Comienza su día feliz. Se lava la cara y se enjuaga la boca antes de bajar a desayunar. Hoy es domingo, su día libre, pero al otro día comienzan los exámenes y debe aprovechar su tiempo de forma eficiente.

En el comedor hay algunos de sus compañeros tomando el desayuno. No hay muchas personas pues el baile terminó tarde, de seguro la mayoría despertará después de las once de la mañana. Cuando se adentra a la cocina, observa a Katsuki poniendo pan en la tostadora. Carraspea para llamar su atención, sonriendo suavemente.

—Pensé que despertarías más tarde —Bakugou dice, en cuanto se gira a mirarlo.

—Desearía haber dormido un poco más —admite, caminando hasta quedar a su lado.

No sabe si debería besarlo ahora. No sabe si es que al rubio le gustará ese tipo de contacto en público y no desea hacerle sentir incómodo. Supone que deberán hablar de eso luego...

No se da cuenta de que lo está mirando fijamente hasta que Bakugou pregunta:

—¿Te acercarás o me quedarás mirando como idiota?

Kirishima se siente enrojecer por eso, y por la forma en que su tutor le está mirando, con una ceja alzada y esa sonrisa maliciosa que es una mezcla perfecta entre burla y coquetería.

Dioses, le encanta.

Bakugou solo se inclina un poco hacía a él y, entonces, se están besando de forma suave. El pelirrojo acomoda una mano en la espalda del otro, acariciándole la zona de los omoplatos por encima de la ropa.

—No coman pan frente a los pobres...

Una voz cercana los obliga a separarse. Es Kaminari, quien está bostezando mientras se pone en puntillas para alcanzar el cereal que se encuentra en un estante sobre el refrigerador. Parece arrastrar sus pies por el cansancio.

—Buenos días —Kirishima lo saluda.

—Sí, sí —Denki responde, desanimado—. Tienes una sonrisa demasiado brillante. Compadécete de nosotros los mortales que queremos morir solo al ver todo lo que hay que estudiar.

—Es porque dejas todo para último momento, idiota —Bakugou le gruñe.

—¡Ahhh, lo sé! —Hace un falso puchero—. ¡Y aún tengo que hacer los ensayos para las presentaciones!

—Suerte, amigo.

Ellos toman desayuno juntos. Luego se les unen Ashido y Sero. Es natural la manera en que todos conviven. Bakugou se ve cómodo también. Ninguno habla respecto a lo que sucedió anoche —no hay mucho que decir, todos los ven y saben que terminó bien— salvo la chica que comenta lo divertido que fue y lo mucho que disfrutó portar la corona.

Más tarde, Kirishima va a la habitación del rubio a estudiar. Y, a pesar de que Bakugou se encuentra estudiando algo diferente, se da el tiempo para explicarle cosas que no entiende al pelirrojo, quien se encuentra admirado porque definitivamente su novio es un completo sabelotodo. Horas después, ellos se toman un descanso, buscan refrigerios saludables y salen a tomar aire, caminan un rato y luego se sientan en el pasto.

Kirishima comienza a hablar sobre los partidos y lo nervioso que se encuentra.

—Me gustaría poder ir —Bakugou le dice—, pero...

—Sé que estás ocupado —responde—. Aunque me gustaría que pudieses acompañarme a la final. Es después de los exámenes, pero antes de salir de vacaciones, entonces...

—Estaré ahí.

Le encanta el rostro sereno y sincero del rubio, como lo mira y parece trasmitirle seguridad en el brillo de sus ojos. Se ve lindo y le hace sentir confianza.

—Y no pienses más en que no lo vas a lograr. Eres jodidamente bueno, igual que el equipo —Bakugou lo regaña—. Les patearán el trasero a todos.

Kirishima ríe.

—Eso espero.

—Eso harán.

Da un vistazo por los alrededores y le da un beso rápido en los labios. El rubio, entonces, le toma del cuello de la playera y lo acerca, besándolo con más profundidad.

—Volvamos a estudiar.

Kirishima, aun sintiéndose atontado por lo que acaba de pasar, solo asiente y lo sigue.

Entre Clichés | KiriBaku, AU.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora