23

3.2K 499 64
                                    

Bakugou jamás se habría imaginado que caería en esta situación. Y, siendo sincero, no sabe si odia esto o le gusta. Quizás hay un poco de ambas cosas.

Kirishima ha estado excesivamente preocupado, preguntándole cada segundo si es que le duele algo o si quiere más sopa o medicamentos. Eso le hace sentir extraño, no entiende nada y quiere... joder. Ni siquiera entiende lo que quiere.

—¿Veamos una película? ¡O podemos ver la serie de All Might!

—Haz lo que quieras.

—¡Se supone que lo hagamos juntos!

El rubio bufa, sin decir nada.

—¿Quieres dormir? Puedo traer unas almohadas... ¿Te duele la cabeza?, ¿te traigo unas aspirinas?

—Bien.

—¿A las almohadas o las aspirinas?, ¿o ambas?

—Aspirinas, idiota.

Bakugou le indica dónde están, así que el pelirrojo se apresura en ir. Una vez que el rubio está solo, estira sus brazos y bosteza. Siente el cuerpo un poco entumecido y mucho cansancio; no es para menos, después de todo, tenía la temperatura alta cuando salió de la UA y supone que en el camino hasta aquí subió un poco más. Por alguna razón, quería volver a casa. Cuando pasa demasiado tiempo en la escuela comienza a sentirse irritado. Salir de ahí y respirar un aire diferente le hace bien.

Los minutos pasan y Kirishima le convence para que vean una película, así que este busca jugo y unos paquetes de galletas para comenzar a verla. Es una trilogía de acción, no es muy buena, pero lo suficiente para que, durante la primera película, Bakugou pueda mantener el hilo sin desear golpear la pantalla. Sin embargo, aun así se distrae...

El pelirrojo es risueño, tiene una risa un poco escandalosa y es muy expresivo ante las escenas de mayor emoción. Pero, de alguna manera —y para sorpresa de sí mismo— a Katsuki no le molesta en lo absoluto, es más, se encontró intentando reprimir una sonrisa en más de una ocasión. ¿Qué demonios le está pasando? ¡Incluso tiene el maldito corazón agitado!

Joder, todo es culpa de la maldita enfermedad.

Cuando los créditos de la primera película comienzan a aparecer en la pantalla, Kirishima se levanta y se estira, haciendo sonar un poco los huesos de su espalda. Entonces, toma los vasos y va por más jugo a la cocina. Cuando vuelve, los deja sobre la mesa de té y se sienta nuevamente, pero ahora es diferente: ambos están mucho más cerca. Tanto así, que sus piernas se rozan.

Y, nuevamente, para su propia sorpresa, Bakugou no siente incomodidad, ni ganas de darle un empujón o gritarle, al contrario, solo lo deja estar. Deja que las piernas de ambos se rocen e ignora el latir agitado de su corazón, enfocándose por completo en la pantalla de la televisión.

—Entonces, ¿vemos la segunda?

Bakugou lo mira con fastidio.

—¿Por qué elegiste una trilogía sino?

—¡Solo preguntaba! —ríe un poco—. Dicen que la segunda parte es bastante mala.

—Joder, sólo ponla.

—¡Está bien, hombre! De todas formas, es divertido ver los efectos especiales exagerados y todo eso...

La película comienza entonces. Y, tal como dijo el pelirrojo, bastaron quince minutos para que se diesen cuenta de que sería fatal, pero ninguno dice algo al respecto, solo se burlan de ciertas cosas. Kirishima se ríe con algunas explosiones que se ven totalmente falsas y los problemas inverosímiles que se presentan en la trama, lo cual contagia a Bakugou un poco... solo un poco.

Entre Clichés | KiriBaku, AU.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora