Capítulo 1

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Bonnie

Voy camino a la mansión Smith, luego de 6 meses al fin conseguí trabajo, uno que quedaba fuera de la ciudad, muchos lo verían como una desventaja, pero en mi caso es justo lo que necesitaba, estoy seguro que alejarme de todo y de todos me dará paz mental.

Era lunes por la mañana, 7am para ser exactos, solté un bostezo mientras iba en el taxi a punto de llegar al lugar de mi nuevo trabajo. Me estaba quedando dormido, mi cabeza a momentos golpeaba con suavidad el cristal de la ventana del vehículo en el que iba. El conductor se me quedaba viendo demasiado, a un punto en el cuál me incomodaba, pero no me pondría a discutir a mitad de la carretera con un completo desconocido.

—(Maldito viejo pervertido) —

Pensé frunciendo el ceño mientras trataba de taparme más mi cuerpo con una cobija que tenia encima. El acoso no hace distinción entre géneros, yo siendo hombre me he tenido que soportar asquerosidades por parte de los hombres, y de algunas mujeres también. Me dio coraje recordar eso, abrí una goma de mascar para quitarme los nervios.

Luego de un incómodo viaje de 40 minutos en taxi con un viejo desconocido y pervertido al fin llegamos a la mansión Smith. Era idéntica a la foto que vi en el anuncio y definitivamente mucho más grande de lo que pensé. ¡La puerta de entrada era enorme! Nos recibió abriendo el portón para entrar con el taxi lo que parecía ser un mayordomo rubio, bastante atractivo y elegante. Ese mismo mayordomo rubio me abrió la puerta, todo un caballero, nada comparado al viejo que iba conduciendo el taxi.

—Bienvenido, joven Valentine. — dijo cordialmente mientras me ofrecía su mano como ayuda para salir del vehículo.

—Gracias, es una linda mansión. ¿Llevas mucho trabajando aquí? — pregunté regalándole una sonrisa mientras tomaba mi pequeña maleta de equipaje bajándola del taxi.

—Un poco, si, en realidad fue un trabajo heredado, mi madre trabajaba aquí y ahora yo soy quien lo hace. Llevo 5 años ya en servicio. —

Me sorprendió escuchar eso, ¿5 años trabajando? Se veía de mi edad, ¿eso significaría que empezó a trabajar desde los 15?

—La madame Smith lo está esperando, en seguida le avisaré que ya llegó—

—Gracias, pero... vamos, no me hables de usted, tenemos creo que la misma edad. Tengo 20, ¿y tú? —

Sonrió —También tengo 20, pero son protocolos, lo siento—

—Está bien, tranquilo. No te haré romper las reglas, un gusto eh...— me quedé esperando a que me dijera su nombre.

—Golden, a sus órdenes. —

Saqué de mi cartera unos billetes para pagarle al taxista, y para darle unas monedas a Golden por recibirme. Pero me interrumpió.

—La madame Smith ya se encargó del precio de la carrera del taxi, está todo cubierto. —

El conductor se fue de ahí.

—Oh-—

Le acerqué mi puño con las monedas a Golden, pero igual se negó.

—Esto es parte de mi trabajo, no es necesario ninguna propina. —

Mencionó amigablemente tomando mi maleta de equipaje.

—Puedes entrar por la puerta principal—

Dijo mientras llevaba mi equipaje a lo que suponía sería mi habitación, Obedecí dirigiéndome a la puerta de entrada a la mansión. Al entrar, siendo sincero me asusté un poco, se veía todo tétrico, descuidado y muy solitario. Esas no eran condiciones para tener a un niño pequeño, pobre, debe aburrirse por completo. Me gustaban los niños, cuidarlos y jugar con ellos, así que trabajar de niñero era pan comido para mí. Me fui adentrando un par de pasos más en la mansión, noté que en el pasillo principal tenían una alfombra muy elegante y bonita, no quería ensuciarla con mis botas sucias; me las quité poniéndolas con cuidado en el mueble para zapatos que había ahí mismo.

The ToyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora