Capítulo 26

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Bonnie.

Abrí la enorme reja que había en la entrada para tener acceso al hermoso jardín de en frente, quizás exageré en decir "hermoso", estaba bastante descuidado, pero aún así con todas esas flores y plantas secas y maltratadas tenía su propio encanto; igual a Bon.
Sonreí levemente por aquella comparación. Y es que recién me pongo a analizar que Bon realmente es cómo una hermosa flor maltratada y descuidada que solo necesita de buenos tratos para ponerse bien.

Estaba seguro que con buenos cuidados, Bon florecería de forma preciosa y única, como aquellas flores que florecen en invierno.

Así de raro y hermoso.

Ahora mi rostro cambió a uno de preocupación, fue un enorme error haberlo dejado así.

Subí los pequeños escalones que había para poder llegar a la puerta principal de la mansión. Coloqué mi mano en la perilla de la puerta para girarla y abrir, pero un pensamiento llegó a mi.

¿Y si está molesto conmigo?

Alejé mi mano de la perilla.

¿Y si intenta atacarme hasta matarme?

Mejor. No tengo motivos para vivir. Mi vida es una mierda.

Volví a poner la mano en la perilla.

¿Y si no me mata y sólo me golpea bruscamente?

Un gesto de preocupación se formó en mi rostro.

Da igual. Me lo merezco.

—Si regresé fue para quedarme.—

Abrí la puerta decidido.

—Uhm... ¿Bon..?—

Llamé mientras cerraba la puerta. ¿La mansión siempre estuvo así? Notaba todo mucho más desordenado, sucio, y... tétrico. Parecía que un montón de personas vinieron a desordenar todo, pero estoy seguro que fue obra de Bon...

Suspiré.

Seguramente se puso furioso al darse cuenta que no estaba. Empecé a tener miedo por pensar en eso, ¿y si me odia y no quiere volver a saber nada de mi? Definitivamente si eso pasa lo habré perdido absolutamente todo.

Acomodé mi maleta en la entrada. Era más grande que la primera vez ya que está vez empaqué con la intención de no irme nunca. Yo creo que Bon tenía razón respecto a Toddy y ella no volverá, aún me queda investigar más sobre eso y sobre el pasado de Bon de ser posible. Ya no iba a quedarme de brazos cruzados, además de que al menos ahora Bon era mi motivo para quedarme en ese asqueroso mundo. Quería hacer que su vida tuviera sentido, enseñarle cosas con paciencia, enseñarle a ser una buena persona.

Al menos, así mi vida no habría sido en vano, no habrá sido desperdiciada. Quería enfocarme en él y hacerlo florecer.

Subi las escaleras con mi cabeza llena de muchos pensamientos, tanto buenos cómo malos. Seguia llamando a Bon, sin recibir respuesta. Empecé a gritar sonoramente su nombre ahora, no había señales de él.

Me dirigí a su habitación, encontrándome con una horrible escena. Mi pulso se aceleró, mi corazón iba cómo loco queriendo escapar de mi pecho.

—¿Bon...?—

Le llamé con terror. Él estaba tirado en el piso, con la boca llena de espuma y mil pastillas a su alrededor al igual que varios frascos de medicina.

Mis ojos se pusieron llorosos.

Esto no podía estar pasando. Tenía que ser una pesadilla.

No podía ser cierto.

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