Capítulo 4

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Al abrir la puerta me encontré en el piso sobre una bandeja de plata un pudín, un paquete de gomitas de mora y un jugo. Tomé aquel plato de comida, me hubiera parecido un lindo detalle si no fuera porque estaba solo en esa maldita mansión y no había explicación alguna de eso. Bueno, estaba solo.... con... Bon...

Fui hacia su habitación, estaba sentado en su cama, aún con la lista de actividades al lado suyo. Puse la bandeja de comida en un mueble y me acerqué al muñeco, observé la lista de actividades.

—¿Esto es lo que quieres? — le pregunté al muñeco, se que sonaba como una locura, pero a este punto... y considerando todo lo raro que me había sucedido, empezaba a pensar que tal vez la madame Smith no estaba tan loca como pensé, o quizás el que se está volviendo loco ahora soy yo.

—Bueno... ehm... (¿qué me dijo primero que debía hacer? Ah, si, los buenos días) Buenos... días Bon...— pronuncié suavemente y con una sonrisa. —Ah, y gracias por el desayuno...—

Me animé a tomarlo en brazos bajando hacia la cocina. Puse la música a todo volumen tal y cómo le gustaba, le puse un poco de rock, mi favorito.

—Supongo que tenemos esto en común, a mi también me gusta escuchar la música fuerte...—

Le comenté al muñeco mientras lo miraba, luego de desayunar me dirigí a la biblioteca con Bon, empezando a leerle. Hice cada una de las actividades que madame Smith me encargó, y traté de actuar lo más normal posible, sorprendentemente ese día no me sucedió ninguna cosa extraña... llegó la noche, acosté a Bon en su cama y lo arropé.

—Creo que... hicimos todo...— le dije mientras re leía la lista asegurándome de no olvidar nada. En la parte final decía "beso de buenas noches".

Me le acerqué un poco.

—Ahg, no... no puedo—

Me separé del muñeco.

—Lo siento, no eres tú, es que soy algo tímido... ja...—

Me disculpé con él.

—Dame unos días para agarrarte más confianza y prometo que tendrás tu beso de buenas noches, pero nada de travesuras esta noche, ¿si? Hoy si cumplí contigo, ahora tú cumple conmigo dejándome descansar...—

Le hablé normal, era algo relajante charlar con alguien que no podía responder, me fui a mi habitación y dormí perfectamente tranquilo esa noche, ni un solo ruido extraño, ninguna llamada por teléfono, nada de golpes en las puertas o paredes, todo fue excelente ese día.

A la mañana siguiente realicé la misma rutina del día anterior, pero cambié un poco una instrucción, la de tocarle el piano, no se me daba mucho ese instrumento.

—¿Te molestaría si en lugar de piano toco la guitarra para ti? —

Le pregunté esperando alguna respuesta como un golpe o algo así, pero al no recibir nada supuse que entonces no habría problema. Empecé a tocarle un par de acordes.

—Esta es de una canción que he estado escribiendo, aún no la termino—

Le dije mientras empecé a tocarle. Era genial, un concierto privado donde no me ponía nervioso, Bon no era tan aterrador ahora que lo veía bien, hasta estaba tierno, sólo era un conejito azul y ya. Los conejos son lindos.

—No sabía que tocabas—

—¡¡AH SANTA MIERDA!! —

Grité aterrorizado pensando que el muñeco me lo había dicho, pero me di cuenta que había sido Fox.

—Auch, que boquita. —

—Fox! Ahg, no me asustes asi. —

—Ja, lo siento, es que vine a revisar las plantas y escuché la música. ¿Qué tal pasaste la noche ayer?—

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