Capitulo 8

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Me levanté de mala gana de mi asiento, descubrí que no soportaba a Timothée. Él empezó a hablar con mi madre, de nuestro nuevo "hogar", le ofreció a mi madre visitarnos cuando sea de su agrado. Se revolvió mi estómago que él hablará de eso, que él ya me tomara como "suya". Quería irme de aquí hacia mi habitación para empacar en los baúles todos mis vestidos y pijamas, mis libros y objetos personales. Me dirigí hacia la salida pero mi madre me detuvo.

—¿A dónde vas?

Me giré para verlos, estos me miraban serios observandome detenidamente, parecían dos guitres. Dudé en responder.

—Iré a empacar si no es de tu molestia —respondí fastidiada

—En lo que nosotros desayunamos, Clara con compañía se ha encargado de empacar todas tus cosas en los baúles —aclaró mi madre

Rodeé los ojos, cruzándome de brazos fastidiada. Sentía que me ocultaban todo, todo lo que es importante saber. Al no obtener mi respuesta ellos siguieron hablando. Mi incomodidad, molestia y aburrimiento me estaban consumiendo lentamente, necesitaba un lugar privado, con alguien con quién pueda hablar, alguien de este lugar. Salí de aquél lugar dirigiéndome hacia la salida de mi ahora ya no casa, me aventuré de nuevo por los pasillos hasta llegar a la entrada, sentía unos pasos atrás mío y supuse que era mi madre precaviendose de que no me fuese otra vez. Me acerqué al perchero de la entrada tomando mi abrigo. Mientras me lo ponía había llegado mi madre por atrás mío tomándome del brazo.

—No vayas a cometer otra bajeza —advirtió susurrando a mi oído

La mire enojada para después ver Timothée entrar con su semblante de siempre. Es que con solo verle el rostro me da rabia.

—Para tu información iré a dónde yacía padre

—¿Te vas a suicidar? —preguntó Timothée

Lo mire molesta inclinando la cabeza un poco, ¿No podía ser más irritante e insensible?. Espero que haya sido una broma, espero que no lo dijo por el suicidio de mi padre. Invadió en mi la necesidad de acercarme y darle una tremenda bofetada.

—Con solo pensar que estaré todo el resto de mis días a tu lado si lo haré —respondí retándolo

Él abrió su boca a punto de comenzar hablar pero pero mi madre abrió lo boca primero.

—¡Vivian! —gritó para después ver al rey—. No seas maleducada —sonrió

Pero Timothée mantuvo su semblante serio mirando a mi madre por unos segundos para después a mi. 

—Iré a la tumba de mi padre —dije safandome de su agarre

Agarré la manija de la puerta, abriendo la puerta un poco pero mi madre con su mano cerro la puerta de golpe. Tensé mi mandíbula a su tal acto, mirándola con más rabia.

—No irás sola

—No escaparé de nuevo —continué—, envía a una sirvienta a qué me acompañe si es de tu  agrado

—Sabes que pasarás sobre encima de una sirvienta —continuó—, ¿Por qué no vas con tu querido marido?

Yo asentí con los ojos abiertos alertada para después negar con la cabeza.

—Es privado, será una charla de padre e hija, por favor

Abrí la puerta y rápidamente salí de ahí dejando a mi madre con la palabra en la boca. Corrí hacia el cementerio familiar antes de que mi madre intentará alcanzarme, casi me resbalo en el intento pero gracias al tacón de mi zapato enterrandose en el césped no me resbale. Llegué lo más rápido que pude al cementerio, me paré enfrente de la lápida de mi padre. Hacía un frío que chocaba contra mis mejillas, el día estaba tan nublado. Me relamí los labios antes de hablar, quería decirle todo, quería preguntarle por qué hizo eso, solo quería que estuviera aquí y darle un abrazo. Sabía que no iba responder obviamente pero debía sacarlo de mi pecho, debía solo desahogarme.

A través del Odio| T. C.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora