Habíamos tardado en llegar unos cuantos minutos, debo confesar que solo lo hice para hacer esperar a Timothée, si tenía que ganarme su desagrado lo tenía que hacer bien. Cuando llegamos ví los ojos de dagas de Ester clavándose en Alexa. Ella agachó la mirada temerosa y avergonzada. Me le quede mirando esperando a que levantará el mentón pero no, está joven si era algo sosa.—Perdonen el retraso —disculpé—. La grata compañía de Alexa me sirvió a saber más del castillo —miré a Alexa con una mirada de cómplice
Sus ojos marrones se levantaron con un brillo, sabía que le había salvado de un buen regaño que no se merecía por mi capricho de fastidiar a Timothée. Timothée carraspeó su garganta haciéndonos a todas reaccionar, Ester avanzando hacia a mi y Alexa caminó rápidamente hasta desaparecer de mi vista. Me esperé unos segundos parada en la silla esperando a que ese tal hombre con él que estoy apunto de casarme se digne a lavantarse y ser un caballero en ayudarme con la silla. Él ya estaba comiendo, tenía su vista hacia su plato mientras cortaba la carne que estaba servida.
—¿Piensas que te voy a ayudar con tu silla otra vez como en el desayuno? —se burló amargamente
Abrí los ojos algo sorprendida pero después guarde la compostura, no planeaba demostrar ninguna emoción ante Timothée. Como las primeras veces, no quería que él me leyese. Tenía que aceptar que me tomó desprevenida.
—No, en realidad no —me senté—. Estaba observando este fúnebre lugar lleno de polvo y arañas
Cuando me senté, rápidamente trajeron mi plato con comida. Puse la servilleta sobre mi regazo sin dejarle de ver, esperando una reacción, esperando su respuesta preparándome para todo.
—¿No es de su agrado? —preguntó sin mirarme
—No —respondí con simpleza
—Lástima —respondió frío voltendome a ver
Creo que me había equivocado, no estaba preparada para esa respuesta tan simple. Decidí ignorarlo, sinceramente no estaba de humor para aguantarlo. La comida era sagrada para mí, pero ahora ya no. Estar a su lado y con solo pensar que estaría así por muchísimos años más se me hacía tan agobiador y asfixiante. Pasamos minutos callados hasta que él rompió el silencio carraspeando su garganta.
—Dígame mi señora, ¿Le gustó la habitación?
Tardé en responder a su pregunta.
—Pues a veces la vida no te da lo que quiere así que si —frunció el ceño
—¿A qué se refiere con exactitud? —me miró
—Pues, si no es de su desagrado necesito un librero
—Sabe que lo que aquí sobra es dinero, ahora mismo mandaré a comprar un librero para usted—continuó—, lo que sea para mantenerla satisfecha
Reí irónica y él lo notó, despertando su interés mientras tenía el ceño fruncido otra vez.
—¿Que es lo gracioso, mi señora? —tardé en responder
Puse mis codos sobre la mesa cruzando mis manos. Una pose no tan femenina pero ser femenina por ahora no me importaba un comino.
—¿En realidad usted quiere mantenerme satisfecha?
—¿No es lo que acabo de aclarar? —respondió con ironía
—Entonces, manténgase alejado de mi —respondí con frialdad
Él se reincorporó de su silla algo incómodo sin apartar su vista de mi –un semblante serio e imponente–.
ESTÁS LEYENDO
A través del Odio| T. C.
FanficTras el misterioso suicido del padre de Vivian Bermont, su vida irá en picada, llenándola de tragedias inesperadas como si estuviera maldita. Dónde la palabra "odio" no puede alcanzar a describir lo que Vivian siente por el gran rey Chalamet, rey de...