No podía ser que yo hayase firmado esto. Pero recordé la mancha, recordé que mi madre no había dejado que leyera, había firmado sin observar. Deje el papel sobre la mesa y no me importó más que si Timothée se diera cuenta, necesitaba malditas respuestas. Me empecé alterar, alguien había firmado por mi pero era la misma mancha, era todo exacto, había coencidia, maldición yo había firmado ese maldito documento. Es extraño pues sentí que todo se cegaba, es decir; por el impulso y miles de pensamientos no sabía muy bien lo que hacía. Aún que encontrará algo o no, Timothée tendría que darme las respuestas. A bajo de dónde se encontraba la supuesta acta de matrimonio estaba una carta, no le había prestado tanta atención hasta que ví la firma de mi madre ahí. La tomé rápidamente y comencé a leer:"Espero que no se arrepienta, mi señor. Mi hija ha firmado, ella nunca leyó el acta, mentí sobre que es un documento de su testamento para que ella firmase. Ahora mentiré diciéndole que fue la última palabra de su parte, por eso escribo está carta para pedirle su coloboración, envie usted una carta diciendo que tenia un acuerdo con el duque Bermont, ella así aceptará. Solo hice firmar para asegurar que se casen, mi señor. Perdoneme las molestias. Es un gusto que nuestras familias se unen. Le dije en el funeral que mi hija sería una gran esposa, y va a ser así.
Atte: Marina de Bermont"
Si antes no me había sentido traicionada, ahora sí y por mi propia madre. He maldecido con furia el nombre de mi padre en vano, por su culpa. Mi vista se fue nublada por las lágrimas que querían salir. Poco a poco con mis manos estaban aplastando aquella hoja con enojo, marcando mis huesos. Tenía muchas preguntas pero éstas se contestaban por sí sola con esa carta, esa señora es una escoria hipócrita, diciéndome que ella quería lo mejor para mí, diciéndome que quería que estudiará, en lágrimas sentada en la sala de mí casa. Se había aprovechado de mi, sabía que podía convencerme con una pequeña muestra de su ausente amor que me faltaba en mi corazón.
—¿Tú que haces aquí? —preguntó Timothée entrando desde la puerta
Yo alcé mí mirada con enojo hacia él. Cuando el vió lo que tenía en mis manos, rápidamente se acerco a mi enojado.
—Tú... —susurré con enojo mientras me alejaba de él
—Dame eso ahora —ordenó mientras se intentaba acercar a mí
Yo simplemente retrocedía dando círculos por su escritorio, sin apartar mí mirada matadora sobre él.
—Todo fue una mentira,
¿Verdad? —preguntéSin en cambio él no respondió. Su silencio me estaba matando, todo de él. Necesitaba respuestas, necesitaba la estúpida verdad.
—¡Contéstame! —grité, para después reír amargamente—. Todo esto fue idea de mi madre ¿Cierto?
Él se quedó parado enfrente en un extremo del escritorio y yo del otro. En un pestañeo mis lágrimas llenas de impotencia, enojo e incluso tristeza había salido. Él me miraba serio pero se notaba la molestia en su mirada. Recargué mis manos sobre la orilla del escritorio esperando sus respuestas.
—Si. Pero deja de enojarte —me miró con repudio—. Ya es un hecho, estás desposada conmigo. Por favor deja de lloriqueos
Estampe mis manos sobre el escritorio dos veces furiosa y harta de él. Golpeando aquel escritorio podía desahogarme.
—¡Es caoba, mujer! —se quejó
—¡No me interesa lo que sea! —desvié la mirada
—¡Controlate. Altanera! —continuó—. Estás enojada conmigo o con tu madre pero, ¿Quién firma algo sin leerlo?. No es mi culpa
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A través del Odio| T. C.
Fiksi PenggemarTras el misterioso suicido del padre de Vivian Bermont, su vida irá en picada, llenándola de tragedias inesperadas como si estuviera maldita. Dónde la palabra "odio" no puede alcanzar a describir lo que Vivian siente por el gran rey Chalamet, rey de...