Capitulo 24

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—¡Vivian! —exclamó abrazándome con fuerza

Volverlo a sentir me dió un gran alivio. Fueron pocos años de su partida, pero fueron años infernales y desolados. Rodeó con sus manos mí cintura pegándome hacia él.

—Cuanto has crecido —mencionó sonriendo

Yo reí por su comentario, me sentía igual aún que con una madurez más avanzada y ciertamente obligada.

—Tú también, aún que jamás podré no reconocerte —él río

—Aún que tú ahora estas más bella de lo que recordaba —sonrió pícaro tomando mí mandíbula

Mí semblante cambió a uno serio. Lissa no le ha dicho todo lo que ha sucedido, al lo cual generó un cambio drástico de humor en mi. Me aparté con los ojos ligeramente abiertos al recordar que Timothée estaba detrás mío. Mientras yo me apartaba, Timothée carraspeó su garganta, saliendo de la oscuridad, ganándose la atención de un Fabrizio confundido por mí reacción extraña. Para él, era normal halagarme e incluso cortejarme en tiempos pasados pero ahora, estoy casada, lo recordé con tanta tristeza.

—¿Timothée? —cuestionó  Fabrizio con el ceño fruncido

Timothée sonrió falsamente a su respuesta.

—Hola, primo —saludó forzosamente 

Me tomó de la cintura pegándome hacia él. Fabrizio nos miró desconcertado. Volteó a mirarme en busca de respuestas.

—Una larga historia —mencioné

Él rápidamente captó. Miró mí mano percatandose del anillo que poseía mí dedo anular, miró el dedo de Timothée y con eso obtuvo la respuesta a todo. Asintió cruzandose de brazos incómodo y un triste. Es muy triste que apenas ha llegado y se entere de todo esto.

—¿Ustedes están...?

—Si —respondió Timothée—. Estamos casados, ¿No es obvio? —preguntó sarcástico

—¿No te contó Lissa? —cuestioné 

Él asintió negando con la cabeza lentamente sin dejar de verme con el semblante serio.

—Felicidades —sonrió falsamente a Timothée—. Timothée, ¿Me dejarías un momento a solas con Vivian?

Un pequeño "Ja" salió de la boca de Timothée, la única que lo escuchó fuí yo. Tardaba en responder poniéndome a mi nerviosa.

—¿No te incómoda, cierto?

—No, para nada —me miró—. Vé

Intentó sonar no molesto. A mí no me interesó sí a Timothée le molesta o no, yo quería hablar con Fabrizio. Fabrizio me tomó de la mano y me guío a unos cuantos metros lejos de Timothée sin dejar de mirarlo con molestia. Podía notar la tención a kilómetros. Timothée y Fabrizio jamás pudieron coincidir. Ambos eran diferentes personalidad, diferentes tipos de perspectivas; Fabrizio era un soñador y Timothée era un amargado, Fabrizio era empático y Timothée era apático, Fabrizio seguía el corazón y Timothée seguía la lógica, Fabrizio era muy extrovertido para Timothée. Para Timothée, Fabrizio se le hacía un insoportable queriendo llamar la atención, mientras que Fabrizio respondía que Timothée no soportaba que alguien le robase la atención de los demás. Yo antes defendía a escudo y espada a Fabrizio, y lo seguiría haciendo como en los viejos tiempos. Recuerdo cuando Timothée y Fabrizio tuvieron una discusión, éramos Lissa, Fabrizio y yo contra Timothée. Timothée no parecía darle miedo, no se dejaba intimidar, jamás se le vió cobarde de afrontar a "Tres niños insoportables y testarudos" como nos decía Timothée en su tiempo.

A través del Odio| T. C.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora