Capítulo 23

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Las sesiones de posado fueron pospuestas por dos días debido a la visita de Mikasa al palacio. El par de amigas se pasó el día en el jardín ya fuese jugando o galopando por el bosque, ambas chicas eran de pocas palabras pero con tanto tiempo sin verse las palabras salían de sus bocas cada segundo. Hablando de un tema se abría automáticamente otro y así el día se les pasaba rápidamente.

Al atardecer del primer día decidieron volver al palacio luego de galopar hasta el río, mismo río en el cual Historia e Ymir tuvieron su conversación. Era un buen lugar para relajarse y Mikasa necesitaba una siesta al aire libre por unas horas. Cuando entraron por una de las entradas laterales se toparon con Ymir a lo lejos quien hablaba con Isabel, la nueva sirvienta, quien con movimientos de mano explicaba algo haciendo reír con una mueca de extrañeza a la más alta. Mikasa miró curiosa como su amiga se detenía por completo sin despegar la mirada de esas dos chicas. Finalmente la morena se despidió sin notar la presencia de la princesa en lo absoluto.

— ¿Qué fue eso? -Preguntó la asiática una vez entraron a la habitación de la rubia.-

— ¿A qué te refieres?

— Hisu, te salían rayos de los ojos cuando viste a aquellas chicas. ¿Quiénes son y por qué estabas así?

Historia suspiró y miró a su amiga con una expresión complicada. Mikasa se acomodó en la cama y tomó las manos de su amiga para darle apoyo en caso de que lo necesitara. Luego de unos segundos ordenando las ideas en su cabeza decidió contarle todo a la asiática.

— La alta es Ymir, la chica encargada de retratarnos, la otra es Isabel, una chica nueva que fue contratada por papá durante el tiempo que estará fuera. -Explicó rodando sus ojos ante lo último.- Estoy un poco molesta con Ymir y verla hablar con ella me molestó ya que no se me ha acercado en días.

— ¿Debería? -Mikasa levantó una ceja curiosa al preguntar.-

Con un suspiro acomplejado Historia le contó todo a su amiga, desde su primer encuentro cuando eran pequeñas hasta la última vez que interactuaron. Le explicó lo difícil que había sido para ella aceptar sus sentimientos, el conocerse a sí misma y más cosas que la gente de su edad solía hacer.

Mikasa escuchó atenta, Historia solía desquitarse seguido cada vez que se veían. Si bien la rubia tenía confianza con su hermana mayor, habían temas que no podían ser hablados con ella por vergüenza o cosas así.

— Lo que más me molesta de la situación son sus señales confusas. Actúa de una forma para luego actuar de otra, como si despertara de un trance haciendo que se aleje de mí. -Refunfuñó con el ceño fruncido.-

— Con todo lo que me has contado quizás tiene miedo. -Comentó Mikasa.- Suena como si hiciera o dijera cosas sin pensarlo para luego procesarlo y acobardarse.

— ¿Miedo a qué? ¿A estar conmigo?

— No, miedo a tu familia. Específicamente a tu padre ya que se lleva bien con tus hermanos. También puede ser un miedo al compromiso…

— ¿Por qué le tendría miedo a mi padre?  -Preguntó ignorando la segunda especulación.- lLa relación sería mía y mi padre debe aceptarla.

Mikasa la miró incrédula con una ceja levantada para luego responder.

— Hisu, tu padre es el rey de la nación.

Quizás ese era un detalle que la princesa había olvidado por mucho tiempo. Si lo pensaba bien, Ymir tenía todo el derecho de temer a su padre y más luego de aquella vez que casi la expulsa del castillo por no hacer bien su trabajo. Por culpa de Historia. No podía imaginar cómo se sentía Ymir. Aquel día el hombre mostró una notable decepción e imponía su poder demasiado, quizás por ahí iba todo.

En óleo para la princesa. || YumiHisu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora