En óleo para la princesa. || YumiHisu.

Capítulo 26

La fiesta ya había llegado a su fin a las 5 am cuando los invitados fueron a sus respectivas recamaras y algunos a sus hogares. Erwin intentó hablar con sus hijos para preguntarles qué tal la habían pasado pero estos se fueron directamente a sus habitaciones con velocidad, era notorio que estaban esperando el fin de la velada.

Erwin y Hange terminaron de guiar a los marleyenses y sus sirvientes a sus habitaciones en el ala de invitados del castillo. En el camino Hange tenía el ceño fruncido sin notarlo, y aquello no pasó desapercibido por el rey.

— ¿Qué te molestó? -Preguntó el rubio sin dejar de caminar.-

— Todo. Tú y tu…estúpido plan de casar y mandar a Historia a Marley. Zeke no me agrada del todo y aún así lo tratas como si no hubiese estado de acuerdo con que hayan querido secuestrar a tus hijas. -Dicho aquello Hange detuvo su caminar y vio como Erwin hacia lo mismo.- Y para colmo, se te ocurre querer emparejar a tu hija menor con el hombre que planeó secuestrar a Frieda y a ella solo porque las encontraban bonitas y quizás qué clase de…cosas les hubieran hecho. -Gruñó con molestia regresando a caminar luego de hacer un movimiento con su cabeza para quitarse el enojo.-

Erwin con un suspiro reanudó su caminata para seguir hablando del tema con su mano derecha.

— Luego de un tiempo lo olvidarán. Además, no será todo enseguida. Zeke me dijo que respondería por carta una vez vuelva a Marley. Así que no hay de qué alarmarse.

Hange lo miró con incredulidad, su amigo estaba totalmente cegado por esa idea en su cabeza. No lograba decifrar qué quería lograr con aquello, se contradecía seguido y no pensaba claro en las cosas. ¿Con Marie viva las cosas hubiesen sido distintas? Era lo que todos en el castillo se preguntaban de vez en cuando, especialmente cuando el rey tomaba decisiones tan apresuradas como esa.
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Siendo las 7 am el castillo ya estaba en funcionamiento como un día normal. Los invitados de Marley se irían en unas horas más debido a que, por palabras de Zeke, no querían molestar más y tenían asuntos en Marley aún pendientes.

Con un poco de cansancio Ymir bajó hasta la cocina en busca de algo para comer, se topó con la madre de Connie quien la saludó y le preparó un café rápido mientras la artista se apoyaba en una de las mesas conversando con ella. Pero por el rabillo del ojo logró logró ver a los niños sirvientes de Marley, no podía evitar sentir molestia por aquello. La gran mayoría no debían superar los 14 años o menos. A un costado vio a la niña que ayudó en la fiesta, se veía bien cosa que le aseguraba y tranquilizaba de que no la hubiesen castigado y que su actuación había servido para ayudarla. Con sigilo se acercó a ella para hablarle.

— Buenos días, ¿Tan temprano y despiertos?

— Debemos servirle el desayuno al rey y los demás invitados de Marley. Lo bueno es que hoy me tocó atender al general Colt, él es agradable con todos. -Comentó con una leve sonrisa.- Quería agradecerle nuevamente por lo de anoche…

Ymir rodó sus ojos cansada de lo mismo y colocó su mano en el cabello de Gabi para desordenarlo, interrumpiendola.

— Ya te dije que daba igual. Tu nombre es Gabi, ¿no? -Al ver asentir confundida a la niña continúo.- Lseñorita…¿Pieck? me lo dijo… ¿No deberías ir a la escuela o algo?

— Aún no estoy en edad para mi formación militar. Mis padres murieron en la guerra, y todos los niños huérfanos debemos trabajar para prepararnos para el futuro y proteger nuestro país.

Ymir se sorprendió al oír aquello. La menor lo dijo con una seriedad impresionante, no era algo común en Paradis y quizás tampoco en otros países. Eso demostraba el nivel de militarismo que había en Marley, le daba asco. Asco ver que una niña que vivió por lo mismo que ella estaba destinada a unirse al mismo grupo donde asesinaron a sus padres por obligación.