December Love Story 🎄[YoonSeok]

14. Lágrimas ❄

Aquel día Yoongi rompió con la costumbre de visitar la cafetería por las mañanas. No es que no quisiera ir, pero todavía no sabía cómo enfrentar a Hoseok ahora que sospechaba que había robado el dinero del maletín. No quería sacar conclusiones precipitadas y cometer un error, mas le parecía bastante obvio lo que había ocurrido.

Al llegar a la oficina por la mañana revisó todos los cajones de su escritorio, miró al suelo e incluso en el archivador, rebuscando entre las gruesas carpetas que había allí guardadas por si el señor de la limpieza lo había encontrado; a veces el susodicho metía allí los papeles sueltos que Yoongi se dejaba en la mesa después del trabajo.
Nada en el despacho.

En la pastelería no podía haberlo perdido porque llevaba la cartera en el abrigo y no le hizo falta sacar nada del maletín. En su casa tampoco estaba... El único sitio posible donde podía haber desaparecido aquel sobre era la casa de Hoseok, no era capaz de convencerse de lo contrario. Era demasiado evidente...

A pesar de que le dolía pensar que el castaño había traicionado su confianza, era incapaz de enfadarse con él. Sabía bien que Seok no andaba sobrado de dinero, y aunque robarle era un golpe bajo, imaginaba que debía de tener sus razones. ¿Pero de verdad pensaba que Yoongi no se daría cuenta? No se trataba de un par de billetes, sino de un sobre lleno de ellos.

Todavía no estaba seguro de cómo abordar el tema, mas iba a pedirle una explicación porque las cosas no podían quedar así; no podía hacer la vista gorda con algo tan serio. Le había decepcionado, sí, pero le quería y estaba dispuesto a escuchar su versión y perdonarle.

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La campanita de la puerta repiqueteó como tantas otras veces ese día, solo que por primera vez en toda la jornada, el corazón de Hobi pareció seguirle el ritmo con sus latidos rápidos al ver a Yoongi cruzar el umbral.

Debió imaginar que algo no iba bien por la expresión más seria de lo habitual que traía el azabache, pero estaba tan feliz de verle que ni siquiera se planteó que pudiera haber algún problema.

Hobi había llevado a la cafetería el regalo que compró el día anterior, porque aquella noche no podrían verse y él no quería esperar más para dárselo a Yoongi. Sin embargo, el empresario no se presentó en toda la mañana, con lo cual Seok había comenzado a pensar que al final no iría. Al final apareció cuando casi era la hora de salir del trabajo, y el castaño se alegró mucho de que hubiera sacado algo de tiempo para verle después de todo.

Yoongi pidió un café solo sin apenas dirigirle la mirada a Hoseok cuando se lo sirvió con unas galletitas, cortesía de la casa. Esperó a que el más joven terminara su turno y, por supuesto, se ofreció a llevarlo en su coche.

Sin haber notado nada extraño todavía, Seok subió al coche con la sonrisa en la cara y la bolsa de regalo en la mano; dentro había algo más aparte de la cajita de la joyería y estaba impaciente por que el mayor lo viera.