¿Para qué mentir? A Yoongi, en general, nunca le habían gustado los niños. Siempre los había considerado molestos, repelentes, irritantes y en su mayoría demasiado ruidosos. No tenía nada en contra de ellos, pero tampoco tenía ningún interés en tener uno cerca.
Por ende, no había interactuado mucho con niños a excepción de sus primos pequeños, a los que les tenía cariño porque eran familia, aunque eso no significaba que quisiera pasar más de media con ellos. Sobre todo cuando empezaban con sus pataletas o lloraban sin control, y él no tenía forma de hacerlos entrar en razón ni calmarlos; entonces solo le quedaba tirarse de los pelos con desesperación hasta que alguien más competente y con más tacto acudiera para ayudar.
Y a pesar del rechazo que solían provocar en él, Taehyung le caía bien. Sería hipócrita decir que el hecho de que fuera hermano de Hoseok no había influido, mas eso solo había sido al principio.
A primera vista Tae le había parecido un niño como otro cualquiera, pero ahora le consideraba también un amigo; uno pequeño, pero un amigo al fin y al cabo. Era encantador, gracioso, creativo y con una sonrisa muy contagiosa. Yoongi le encontraba francamente adorable.Por petición del niño, Yoon encendió la radio, y durante el trayecto hasta su casa, el coche se convirtió en un karaoke sobre ruedas con ambos cantando a todo pulmón. El azabache no solía cantar al son de la música, pero Tae le animó dando palmas y tarareando con él cuando sonaba alguna canción extranjera.
El edificio donde Yoongi vivía era enorme, Taehyung miró boquiabierto hacia arriba cómo planta tras planta aquella construcción parecía elevarse hasta las nubes. Había dos ascensores en el interior y Tae corrió hacia el primero; el mayor le siguió y pulsó uno de los muchos botones del panel, pero el chico no alcanzó a ver el número.
— ¿A qué piso vamos? — preguntó curioso.
— Al diecisiete.
— ¡Ohh! ¡Qué alto!
Yoongi se rio, divertido por lo impresionado que parecía el pequeño.
El apartamento de Yoon era muy espacioso y, a simple vista, lucía elegante. Había pocos muebles, pero todos ellos eran modernos y de diseño; un sofá blanco con butacones a juego, una mesa de cristal, un par de estanterías donde apenas había libros; varios cuadros con dibujos abstractos decoraban las paredes y en una de ellas había también una gran tele de plasma.
Encima de la mesa de cristal se hallaba el único adorno navideño que Yoongi había puesto: un arbolito blanco del que colgaban unas pocas bolas rojas.
Estaba algo oscuro cuando entraron porque las gruesas cortinas estaban cerradas, pero en cuanto Yoongi las apartó, los ojos de Tae se abrieron de par en par ante las vistas. Las ventanas ocupaban prácticamente toda la pared del fondo de la sala de estar, y el niño se pegó al cristal para contemplar mejor las vistas de la ciudad que ofrecía el lugar.
— ¡Es genial! — exclamó. — Las personas parecen hormiguitas — añadió riendo.
— De noche la vista es todavía más espectacular.
— ¡Quiero verla!
— Tal vez otro día, si conseguimos convencer a tu hermano.
Yoongi buscó algún programa de dibujos animados, luego fue a ducharse dejando a Tae viendo la tele y desayunando galletas de chocolate. Mientras se desnudaba frente al espejo del baño, sin darse cuenta sonrió al ver que Hoseok le había dejado algunas marcas en el cuello. Su sonrisa se ensanchó todavía más por la certeza de que él también le había hecho marcas al castaño, en muchos más sitios que el cuello.
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December Love Story 🎄[YoonSeok]
FanficYoongi es un empresario egoísta y grosero que solo piensa en sí mismo, pero todo cambia cuando un frío día de diciembre conoce a Hoseok, un camarero que solo quiere vivir tranquilo y cuidar de su hermano pequeño. ♥ Pareja principal: Sope/Yoonseok ...