December Love Story 🎄[YoonSeok]

4. Crush ❄

Estuvo nevando durante toda la noche y, como resultado de ello, había varias carreteras cerradas, quitanieves dificultando el paso y atascos desde bien temprano; por no mencionar el suelo resbaladizo.
Aquella mañana, Yoongi no pudo evitar caerse tres veces antes de llegar al trabajo. Su mal humor iba empeorando por minutos; entre que se le había estropeado la máquina de café en casa, los atascos, las caídas y la frustración tras el rechazo de la noche anterior, estaba que echaba humo.

No le devolvió el saludo a ninguno de los empleados que educadamente le daban los buenos días a su paso, y se metió solo en uno de los ascensores para que no le molestaran. Ya en la planta donde estaba su oficina, tampoco se detuvo a hablar con nadie, sino que gritó todo lo que tenía que decir mientras caminaba hacia su despacho.

— Choi, los informes que me dejaste ayer eran penosos. Estás despedido.

— ¡Pero señor Min...!

— Lee, ¿por qué no haces tu trabajo y publicas contenido promocional del nuevo grupo en lugar de cotillear con las demás cotorras? — gritó. — Si en dos minutos no veo fotos en todas las redes sociales, estás despedida.

— ¡Señor, yo...!

— Kim, ¿no has visto el artículo que ha salido hablando mierda de nuestro jefe? — el susodicho asintió. — Pues mueve el culo y escribe otro sobre los negocios sucios del cabrón para el que trabaja ese periodista de pacotilla.

— Por supuesto, señor.

— Señor Min, le envían unas fotos exclusivas de la revista...

— Deja eso en mi mesa, luego las veré. ¡¿Dónde diablos está mi café?!

— J-Jeon ha ido a comprarlo, señor.

Yoongi cerró su despacho de un portazo y se dejó caer en la silla giratoria con un suspiro. Estaba esperando a que su ordenador se encendiera cuando alguien abrió y entró sin permiso.

— ¿No te han enseñado a llamar a la puerta? — gruñó Yoongi desde su escritorio. Jin rodó los ojos y siguió como si nada.

— Se confirma oficialmente que te ha poseído el Grinch.

— Ha-ha, muy gracioso — respondió con sarcasmo.

— ¿Se puede saber qué te pasa?

— Nada — murmuró. — ¿Qué quieres?

— Para empezar, que cambies esa actitud de mierda. Tengo que hablar contigo sobre algo importante...

Alguien llamó a la puerta en ese momento y se asomó un hombre menudo con gafas de pasta.

— Señor Min, sobre esos informes... usted me dio muy poco tiempo para hacerlos y yo...

— Uh, está bien Choi. No estás despedido, pero esmérate un poco más la próxima vez. Tienes hasta mañana por la mañana.

— Por supuesto, señor. ¡Gracias!

La puerta se cerró y Jin le sonrió a Yoongi por la buena acción.

— ¿Qué me ibas a decir?

— Tenemos un problema muy gordo — le informó Seokjin. — Me temo que el nuevo grupo no podrá debutar como estaba previsto.

La expresión de Yoongi cambió rápidamente del fastidio a la preocupación. Era el mayor proyecto de la agencia en mucho tiempo; no podían permitirse fallos, no podía haber problemas.

— ¿Qué ha pasado?

— Al parecer, uno de los chicos se ha echado atrás.

— ¿Cuál de ellos?