9. Un día con Yoongi [Pt.1] ❄

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Aquella noche casi mágica Yoongi durmió como un bebé con Hoseok entre sus brazos. Sin embargo, a pesar del bienestar emocional, su espalda y su cuello se resintieron después de pasar tantas horas acostado en el suelo. A diferencia de él, el castaño no parecía sufrir tales problemas cuando despertó por la mañana, porque había dormido cómodamente usando el pecho de Yoon como almohada.

La intención del empresario era dormir un rato más, de modo que se esforzó por ignorar el dolor de espalda y abrazó un poquito más fuerte a Seok, apretándolo contra su cuerpo. La piel del susodicho irradiaba una calidez a la que Yoon no estaba acostumbrado, y en ese instante estaba disfrutando muchísimo del calor que le transmitía. Por desgracia, aquello no se prolongó más de dos minutos ya que el menor dio un respingo al ver el reloj. Se levantó a toda prisa, para disgusto del pelinegro.

— ¡Son casi las ocho! Mierda, mierda...

Hoseok desapareció corriendo escaleras arriba mientras Yoongi se frotaba los ojos y movía la cabeza en busca de algún ángulo en que el cuello no le doliera tanto. Su espalda también emitió un crujido extraño en cuanto se desperezó.

Como si dispusiera de todo el tiempo del mundo, el azabache recogió sin prisa su ropa del suelo y comenzó a vestirse. Sin poder evitarlo, sonrió al recordar la maravillosa noche que había pasado con Seok y llegó a la conclusión de que el dolor de cuello había valido la pena. Es más, estaba dispuesto a repetirlo mil veces.

Una vez vestido, abrió la cámara frontal de su teléfono para arreglarse un poco el cabello con la mano. Al cabo de un rato, Hoseok regresó a la sala de estar con el abrigo ya puesto y la pequeña mochila donde llevaba sus cosas. Yoongi le dirigió una mirada curiosa desde el sofá, pero no hizo ademán de levantarse. Para ser honestos, no quería irse todavía...

— ¿Por qué tanta prisa? — preguntó el mayor al ver lo apurado que estaba el otro.

— ¡Nos hemos dormido! — repuso como si fuera lo la cosa más obvia del mundo. — Llegaré tarde al trabajo, mi jefa se pondrá hecha un basilisco... ¡¿Tú no tienes que ir a trabajar?!

— Sí, pero no pasa nada si llego un poco tarde un día. De hecho, pasaré por casa para ducharme y comer algo. ¿Quieres que te lleve con el coche?

Hoseok lo sopesó un momento, eso definitivamente sería de gran ayuda.

— Primero tengo que recoger a Tae y llevarlo a casa de un amigo que lo cuida mientras estoy fuera.

— Pues vamos a buscarle, por mí no hay problema.

— ¿Seguro? No quiero abusar de tu generosidad.

— Y no lo haces, yo quiero ir así que vamos.

No era físicamente posible que Seok llegara a tiempo al trabajo esa mañana, pero al menos no se presentaría con una hora entera de retraso y estaba muy agradecido con el mayor por el favor que le estaba haciendo.
Yoongi robó un par de galletas de la cocina antes de salir al frío de la calle y se las comió de camino al coche, que seguía aparcado en la acera frente a la casa. Hoseok iba con tanta prisa que, por primera vez, fue él quien resbaló en el suelo helado, lo cual hizo reír al azabache.

— ¿A qué esperas, hyung? Vamos, se hace tarde — le dijo Hoseok cuando ya estaban en el coche porque el otro seguía tan tranquilo como antes, ni siquiera había encendido el motor.

— Es que me acabo de dar cuenta de que nuestra cita está terminando ahora, y aún no quiero que se acabe.

Hoseok sonrió con timidez y desvió la mirada por el inesperado comentario. A decir verdad, según él la cita había terminado la noche anterior, pero si Yoongi pensaba de otra forma... ¿por qué contradecirle?

December Love Story 🎄[YoonSeok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora