December Love Story 🎄[YoonSeok]

15. Remordimiento ❄

A consecuencia de la discusión que tuvieron, Yoongi no pudo pegar ojo durante aquella noche, que le pareció eterna. Se debatió mucho entre si mandarle o no un mensaje a Hoseok, aunque solo fuera otra disculpa y un "buenas noches", pero lo descartó al recordar que él no iba a poder contestarle porque ahora trabajaba de noche.

¿Cómo pudo ser tan idiota y tratar a Hoseok de esa forma tan ruin? Debió escoger mejor sus palabras, debió ser más respetuoso; debió confiar un poco más en él antes de acusarle directamente de algo tan grave como era un robo, cuando ni siquiera estaba seguro del destino que había tenido aquel dinero. No era imposible que se le hubiese perdido en alguna parte, podía haber pasado cualquier cosa.

Se sentía peor consigo mismo con cada minuto que pasaba. La imagen de Hoseok llorando por su culpa y el eco de sus palabras "No quiero volver a verte" no salían de su mente, y le estaban partiendo el corazón.

No obstante, trató de convencerse de que al día siguiente lo arreglarían. Las parejas discuten a veces, es algo completamente normal. Quiso reírse al pensar que era su primera "crisis de pareja", mas el motivo no le causaba ninguna gracia, sino que le revolvía el estómago.

Fuera como fuera, en cuanto hablaran con más calma todo volvería a la normalidad. Él quería a Seok y Seok le quería a él, tenía claro que le perdonaría. Pero a pesar de ello, seguía nervioso y son poder conciliar el sueño.

Dio vueltas en la cama una y otra vez, intentando encontrar una posición cómoda que parecía no existir; ni tumbado, ni sentado, ni caminando de un lado a otro por la habitación como un león enjaulado, ni recostado en el sofá viendo los productos inútiles de la teletienda.

Cambiando de canal, se topó con el programa de una pitonisa que aseguraba adivinar el futuro y la suerte de los espectadores con sus cartas. Yoongi nunca había sido creyente de esas cosas, pero se la quedó mirando por curiosidad, escuchando cómo le decía con una seguridad envidiable a una mujer que estaba a punto de conocer a un hombre que le cambiaría la vida.

Solo para matar el tiempo, el empresario cogió el teléfono y marcó el número que salía en pantalla. Le dejaron en espera un par de minutos y luego la pitonisa contestó; Yoon bajó el volumen de la televisión porque ya la oía por el altavoz, la mujer estaba recolocando las cartas.

— ¿Hay algo en particular que le interese saber sobre su futuro? — preguntó la señora, una vez que hubo saludado a su nuevo interlocutor.

— Todo lo que pueda decirme, supongo.

— Bien, mm... Veo opulencia, dinero — dijo mirando las cartas. Yoongi sonrió, esperando a ver cuándo metería la pata aquella mujer con alguna suposición absurda. En una de las anteriores llamadas alguien le había tomado el pelo, preguntando si su hijo al fin le daría nietos, y terminó la llamada diciendo que era un fraude porque no tenía hijos; había sido un adolescente gastándole una broma. — Veo poder, y éxito. ¡Ah, es usted un hombre con suerte! Pero percibo una energía negativa, y es persistente. ¿Ha discutido con alguien recientemente?

El azabache tragó saliva, sorprendido por la pregunta. Estaba claro que lo había adivinado de pura casualidad, pero eso no quitaba que le dejó descolocado.

— Sí, yo... discutí con alguien esta noche.

— Ya veo, mm... Me temo que esto no tiene buena pinta. Veo... un engaño. ¿Le ha puesto usted los cuernos a su esposa?

Yoongi se rio sin querer, aunque la pitonisa no se enteró porque alejó el teléfono de su boca.

— Señora, soy homosexual y no tengo ninguna esposa.