-...Mayura...-
Un susurro se filtró en la habitación de un joven quien tenía una mano extendida al techo. El sonido de las ramas de los árboles rozar su ventana traían su nublada mente al ahora. Pestañeo, dos veces, antes de soltar un suspiro, cansado.
...Un sueño...
Más que sueño sentía que lo habían llamado, pero era algo improbable. Su habitación estaba, tenuamente, alumbrada por la luz del amanecer y no se sentía ninguna presencia cerca. Al ver tras su ventana se podía notar que era muy temprano. Podría apostar que eran las seis de la mañana. Se comenzó a incorporar mientras intentaba recordar ese extraño sueño, pero no podía. Tenía una extraña sensación en el cuerpo. No. Meneó la cabeza con fuerza para quitarse ese extraño pensamiento. Solo había sido un extraño sueño, es todo. Claro que, para los exorcistas, los sueños pueden significar varias cosas, pero no era el momento para indagar en eso.
-¡Oh! Estas despierto...-
Shimon llevó su mirada hacia la puerta viendo a su hermano con una sonrisa pícara en su rostro. Él levantó una ceja sin entender el por qué lo miraba de esa manera. Claro que, el mayor de los Ikarugas, es algo impredecible en ciertos aspectos.
-Je je~, sí que eres todo un pillín, tú~-
Keiji comenzó a caminar, emocionado, hacia Shimon, quién no entendía nada de lo que salía de la boca de su hermano. Keiji soltó una risita mientras se ponía al lado de su hermano quien solo estaba irritado al sentirse fuera de lugar. No podía seguirle nada. ¿Ahora, que había hecho para que su hermano dijera esas cosas? Aunque realmente nunca haya hecho nada.
-No entiendo nada de lo que dices, Keiji-sa... Hermano-
-Oh~, vamo~s, ¿Todavía lo vas a negar?- preguntó Keiji con sorna
La molestia irradiaba en el rostro del menor que hizo soltar una risita al mayor. Claro, Keiji estaba acostumbrado a la seriedad de su hermano; por ello, se le hacia impensable lo que había escuchado de la boca de algunas enfermeras cuando se dirigía a la habitación de Shimon. Sin embargo, siempre le gustaba tomarle el pelo.
-Shimon, no dire nada, no te preocupes. Sé que tienes dieciocho años y que a tu edad... bueno... tú sabes... hay algunos deseos que... surgen...-
El entrecejo del menor se frunció más. En el rostro de Shimon solo irradiaba confusión y molestia. ¿Qué demonios...?
-Hermano, ¿Qué estas...?-
-Ademas, Mayura, sigue siendo una jovencita de dieciséis años. Se que te sientes atraído a ella, pero es ilegal para ti y te conozco lo suficiente para saber que no te atreverías a faltarle el respeto en nigún sentido...-
-¡¿Qué demonios?!- Soltó Shimon mientras abría los ojos sin poder creer lo que decía su hermano.
-...Claro, deben ser novios primero.... O esposos, aunque eso, según Sayo, esta pronto a cumplirse-
-No... NO ¡¿NOVIOS?!-
El rostro del menor estaba de un rojo escendido igual que su cabello. Abría y cerraba la boca como si de un pez fuera del agua se tratara. Keiji, sin poder evitarlo, soltó una risotada al ver al serio de su hermano, en ese estado. Sí, Shimon no estaba enterado de nada. Posiblemente, él ni siquiera sepa... que realmente no solo esta interesado en esa hermosa chica de aura amable...
-¡¡No es gracioso, Hermano~!!- exclamó Shimon mientras tomaba un profundo respiro
Las palabras de Keiji es algo que, definitivamente, no se esperaba Shimon. En ningún sentido. Apretó la manta que lo cubría entre sus dedos mientras miraba lejos de los ojos burlones de su hermano. Los ojos del comandante se entrecerraron mientras enfocaba su mirada hacia un papel que reposaba al costado de su bufanda. Eso... no estaba ahí antes.
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Todo es cuestión de tiempo - Primera Parte
FanfictionSi pudieras saber lo que pasará de este momento a otro, ¿Que harías? ¿Lo callarías o lo dirías sin temor a que algo peor pase? Esa es la pregunta que me hago a diario desde que todo comenzó. Desde que mi "maldición" inicio hasta ahora. Todos los pe...