Capitulo 9

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El polvo denso del lugar donde había caído el basara, tras el golpe de Adashino, no nos dejaba ver nada. Me puse en posición de combate. Sentía el ligero temblor de mis extremidades por la ansiedad y el miedo que tenía. Respiré hondo y clamé por serenidad. Debía ser un apoyo para Adashino. Miré a mi amiga. Su rostro serio daba que envidiar. Ella miraba atenta el lugar donde había caído el basara esperando el próximo ataque del enemigo. Su postura defensiva no tenía ninguna apertura. Sin duda, Benio Adashino, es una mujer admirable.

-Si uno de ustedes fuese a venir tras de mí, creí que serías tú. Debido a que pareces la que más confía en su velocidad por sobre otros.- ¿Dónde está?

Comencé a mirar por todas partes. La neblina rojiza de Magano no dejaba que viese nada. Mi inquietud intentaba mantenerla a raya mientras intentaba localizar a mi enemigo. Adashino estaba quieta, esperando el próximo ataque del Basara. Ahí fue cuando por un segundo una cuestión vino a mí. Imágenes rápidas de lo que pasaría en los próximos segundos se registraron en mi cerebro. En un pestañeo volví a la realidad. Con el pánico pintando mi rostro miré a mi amiga instantáneamente.

-¡Adashino, cuidado!- grité mientras empujaba con todas mis fuerzas a mi amiga a un lado.

En el momento justo de mi acción sentí la presencia del enemigo atrás mío justo a mi lado derecho. Cogiendo rápidamente un talismán de mi equipamiento me reequipe con la armadura karmica y me voltee para recibir el golpe.

-De hecho, estoy orgulloso de mi velocidad también- declaró el Basara

Rápidamente, me tiró una patada en mi estómago mandándome unos metros más lejos. Sentía como la bilis salía de mi boca con ese golpe. Mi espalda recibió todo el impacto cuando aterricé en el suelo, haciéndome expulsar todo el aire de mis pulmones. Duele. ¡Duele mucho! Las lágrimas bajaban por mis mejillas mientras me ponía de pie poco a poco. Respira hondo. Serénate. Esto no es nada. No es nada a lo que los demás sufrieron.

-¡Mayu! / ¡Otomi!- gritaron la pequeña Sayo y Benio al unísono.

Levanté mi mirada conectándola con la del Basara. Él me miraba con curiosidad mientras tenía una mano agarrando su barbilla. Sus ojos me escarapelaban el cuerpo.

-Parece que te juzgue mal, ¿verdad? Tú nivel de percepción es bueno, pero no es suficiente para vencerme- dijo mientras se aproximaba hacia mí.

-¡Ni se te ocurra!- Rugió Adashino mientras conjuraba un hechizo- Mutou Hakudou Oni Yuri, ¡Henpai Rouga no Kata!

Con rapidez se aproximó a Higano. Los golpes de Adashino venían de todas direcciones, pero el basara no se inmuto. Él los esquivaba con gracia y aburrimiento mientras miraba a mi amiga con altivez. Debo actuar rápido. Debo retenerlo en un lugar. Sacando un talismán de mi equipamiento comencé a recitar el hechizo que ayudaría a Adashino acertarle un golpe.

-¡Shiba Kuhou!- Recité firme y sin titubear.

Unas serpientes salieron de la tierra aprisionando a Higano en su lugar. El basara se sorprendio y gracias a esa reacción Adashino logró asestarle varios golpes.

-¡Te...tengo!- Bramó mi amiga

Alejándose un poco se puso en posición de carrera.

-¡Oboro Renge Henbai Hien no Kata!- recitó lanzándose a una gran velocidad hacia el enemigo dándole un golpe crítico en el pecho.

Higano fue expulsado unos metros lejos de nosotras. Automáticamente, corrí -aguantando el dolor de mis músculos- al lado de Adashino. Gracias al destello de la cuestión pude evitar un fatídico futuro donde mi amiga y la pequeña Sayo salían malheridas.

Todo es cuestión de tiempo - Primera ParteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora