Estoy de tu Lado

Capítulo 5

(Narra Juliet)

Llegué sana y salva a mi casa. Tristemente una hora y media antes, aunque eso logró que mi padre estuviera satisfecho, por otro lado, mi madre, sin importar la hora en que hubiera llegado, me habría interrogado de todas formas.

— ¿Qué tal te fue, hija? — creí que iba a estar molesta o asustada de que tuviera que encontrarme con un chico que ni conocía. Todo lo contrario, se veía y sonaba muy emocionada

— Bastante bien mamá, Klein es una persona muy simpática y quiere que nos veamos mañana en el mismo lugar — no le dije a qué hora, rápidamente me habría dicho que no, sin darme la oportunidad de protestar.

— ¡Me alegro tanto que lo conocieras! Además, se ve que es bastante guapo, ¿no lo crees?

No pude evitar sonrojarme, es que, era tan cierto, me gusta demasiado como para negarlo y no es que fuera a intentarlo.

— Sí, ya lo creo — terminé por decir —. Bueno mamá, entiendo que quieras saber más sobre lo que pasó hoy, pero estoy algo cansada, no dormí mucho, así que, si me disculpas, voy a recostarme un momento en mi cama — no estaba cansada, sólo tenía que guardar mi violín en un lugar más seguro, ya sentía que se me resbalaba bajo mi abrigo.

— Bueno hija, lo entiendo, puedes retirarte.

— Gracias mamá — fui directo a mi habitación.

Apenas entré, sentí un desagradable escalofrío por todo el cuerpo, la escena de lo que vi anoche llegaban vivamente sin poder evitarlo o ignorarlo. Traté de pensar en Klein, él siempre me tranquilizaba, pero ahora era totalmente inútil, sólo recordaba toda esa sangre derramada de gente inocente, en los disparos, en toda la violencia que había y todo tan cerca de mí. No lo resistí y caí de rodillas al suelo de madera, me aliviaba que estuviera alfombrado, de lo contrario habría hecho mucho ruido al caer y mamá o papá habrían venido a ver qué me pasaba, lo que iba a ocasionar que encontraran el violín para luego arrebatármelo. Como pude, traté de levantarme, no podía dejar que esto me derrumbara, debía ser fuerte, además tenía una cita con Klein a las 2:00 de la madrugada y si comparamos, lo segundo sería lo más aterrador y peligroso que habré hecho en mi vida, pero lo voy a hacer, esto no puede seguir así, no me permitiré ser tan débil. Nunca más.

Guardé el violín detrás de la mesita de noche que tengo al lado derecho de mi cama, el otro lado no, porque mi cama está apegada a la pared del lado izquierdo. No tenía otro lugar donde guardarlo, bajo mi cama, no lo creo, podría salirme una araña y les tengo fobia, tanto como la sangre, en mi armario, tampoco, mi mamá tenía algo ropa mía secando afuera y ella es quien la guarda después. Creo que el lugar que elegí está bien, no es perfecto, pero de algo servirá, o ¿no? Por supuesto que no, está más que visible. Dónde podría ser, ya sé, debajo de mi almohada, es el escondite perfecto, quién miraría allí además que yo. Saqué un poco la frazada encima de mi cama, levanté la almohada de plumas que me regaló mi tía Sarah en mi cumpleaños número 15, dejé cuidadosamente mi hermoso violín y lo cubrí con la almohada y la frazada. Ahora sólo me quedaba esperar hasta el gran momento, por un lado, lo encuentro emocionante, por otro, estoy muy aterrada. Creo que esto es lo que la gente llama adrenalina y eso que aún no llega el momento.

Llegó la hora de cenar, tuvimos que comer lo mismo que al almuerzo, la comida se estaba acabando y la señora Katherine no ha venido. Terminada la cena me encargué yo de lavar los platos, mis padres me miraron asombrados cuando se los dije, yo nunca hacía eso y mi mamá le dijo a mi padre "es que a esta niña, ya le llegó el amor" ambos rieron, aunque mi padre no tanto, su instinto paternal se activó por el hecho de que otro hombre le estuviera quitando a su única hija. Sabía que, si algún día los presentaba, papá no le sacaría la vista de encima, él querría saber qué clase de chico es Klein y si puede confiar en él para estar conmigo, pero conociendo a mi padre, pensará que nadie es lo suficientemente bueno para mí. ¿Todos los padres serán así o sólo el mío?