20. La reunión.

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Luego de llegar del templo junto con Choi Han,  Cale se fue directo a su habitación para poder descansar tranquila. 

Sin embargo, a su llegada, Ron la fue a visitar y a llevarle una taza con un té de limón lo cual disgusto a la pelirroja. 

Ron estuvo debatiendo durante días que debía hacer, pues necesitaba hacerle una petición su joven cachorrita y por alguna razón se sentía preocupado cuando decidió hablar.

— Joven señorita, ¿puedo hacerle una solicitud?

— Cof cof, ¿qué? ¿Una solicitud? — Cale estaba bebiendo el té y casi se ahoga al escuchar dichas palabras por el asesino. 

( ¿Este viejo taimado tiene una solicitud para alguien como yo, que cree que es inútil?)- 

Los ojos de Cale se abrieron y volteó a mirar de inmediato a Ron,  quien aún mantenía una sonrisa benigna en su rostro. Ella sintió un sentimiento de ominosidad con todo esto. 

Se obligo a calmarse, poniendo un rostro serio y hablando de manera relajada mientras volvía su mirada a la taza de té.

— Muy bien, ¿qué es?

Antes de compartir sus deseos, Ron miró cada expresión en el rostro de Cale, quería saber que estaba pensando la joven cachorrita pero su serena cara lo confundía mucho.

—¿Puedo solicitar dos días libres?

— Oh — inconscientemente dejo escapar un grito ahogado. Frunció un poco el ceño y cerró los ojos al beber un sorbo de té.

Dejó la taza de té, tomó una de las manos de Ron y comenzó a hablar rápidamente, a diferencia de su estilo habitual. 

— Si, buena idea. Ron has trabajado tan duro durante decenas de años, teniendo que cuidar, soportar y encargarte de esta basura de joven señorita.  Seguramente fui y soy una carga para ti. Si quieres un descanso, puedes tomar todo el tiempo que necesites.  Eres más que bienvenido a hacer eso.

Cale pensó que sería maravilloso poder sacarse de encima a Ron, pero aún lo necesitaba al menos hasta el incidente del baile. Por eso, que haya pedido dos días de descanso era algo perfecto, pues diría descansar sin tener que levantarse y ver la aterradora cara de su mayordomo. 

Ron por otro lado sintió una puntada en el corazón. Escuchar que su joven cachorrita creía que ella era una carga, le dolió en lo más profundo. Miró a Cale en ese momento, estaba mirando aquellas manos delicadas que sostenían la suya con fuerza, sintió que aquellas manos aún eran pequeñas... Cale aún era una niña para él. 

Ron quería decir algo, pero Cale fue más rápida. Ella se apartó de él y buscó en su caja fuerte en donde guardaba dinero y saco una bolsa. En aquella bolsa había una generosa suma de dinero. Con una sonrisa en labios se la dio en las manos a Ron quien la miraban con curiosidad. 

— Aquí. Esto no es mucho, pero cómprate algo de comida deliciosa y disfruta tu descanso. 

Ron miraba a la bolsa y a Cale sin comprender. Lo que ella de dijo lo descolocó y le hizo pensar en cuanto tiempo llevaba escondido cuidando a la basura de la joven cachorrita. Ahora estaba tratando de salir de su escondite, reiniciar su vida, pero podría ser un futuro caótico. Ron quería dejar a su hijo aquí, aquí estaría a salvo de todo aquello, sería cuidado.

Ron miró a la joven delante suyo.

— Joven señorita, ¿estará realmente bien?

— Claro que si, por supuesto.  Ron, estás más que calificado para disfrutar un descanso — respondió con entusiasmo y una leve sonrisa salió de sus labios.

La heroína rubíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora