HOGAR
Chismes de la Sociedad de Dreams
PRÍNCIPE JUNG: ECHABA DE MENOS MI HOGAR
En un inesperado giro de los acontecimientos, el Príncipe Wooyoung del Quinto Gran Clan no desea ser un Príncipe.
Criado por los Adeptos Mentales del Alto Fever, el Príncipe se siente más a gusto en el austero monasterio que en el lujoso palacio de su hermano.
-Amo mucho a Jimin, y estoy muy agradecido de que nos hayamos vuelto a encontrar -dijo el Príncipe Wooyoung -. Pero la Orden ha sido mi hogar desde que tenía tres años, y estoy muy agradecido con mi hermano por permitirme regresar a la vida a la que estoy acostumbrado. Mi mayor ambición es convertirme en un experto mental certificado de la Orden, pero eso no significa que dejaré de ser el hermano de Jimin. Lo apoyo en todo.
Cuando se le preguntó acerca de los rumores maliciosos que se han difundido recientemente sobre el Alto Adepto y él, el Príncipe Wooyoung se rió.
-Creo que conozco la fuente de esos rumores. Es probable que sea uno de esos iniciados que quería ser el aprendiz del Maestro Choi y se decepcionó mucho cuando me eligió. No los culpo. Yo también sentiría envidia y amargura.
Cuando se le preguntó si dejará de participar en eventos sociales, la expresión del Príncipe Wooyoung se volvió pensativa.
-Supongo que depende de lo ocupado que esté con mis estudios como aprendiz. Si estoy libre, no veo ninguna razón por la que no asistiría a algunos eventos sociales. Soy un Príncipe, después de todo.
¡Él lo es de hecho!
¡Desde Chismes de la Sociedad de Dreams le deseamos al Príncipe Wooyoung todo el éxito en su camino elegido!
෴෴
El aire de la mañana era fresco y ligeramente frío, olía a bosque viejo, montañas y hogar.
Wooyoung respiró hondo y exhaló, relajando los hombros mientras miraba a Fever situado en el valle de la montaña.
La ciudad se veía mágica desde la distancia, sus luces amarillas la iluminaban alegremente.
Él sonrió con melancolía, imaginando a los jóvenes iniciados apresurándose a sus clases matutinas, todavía somnolientos y malhumorados. Él también había sido uno de ellos. Se sentía como si hubiera sido hace una vida.
Una mano fuerte le agarró el hombro.
-Hace frío, Wooyoung. Deberíamos haber aterrizado más cerca de la ciudad. Y al menos deberías haber usado una capa.
Wooyoung sacudió la cabeza con una sonrisa.
-¿Por qué necesito una capa cuando te tengo?
San suspiró, un suspiro sufrido que no convenció a Wooyoung en absoluto. San no se sentía realmente molesto; él lo sentiría a través del vínculo si lo hiciera.
San tiró a Wooyoung contra su pecho y envolvió su capa pesada alrededor de los dos.
Wooyoung sonrió, recostándose en él, respirando el aroma familiar de su Maestro y sintiéndose tan cálido y feliz mientras miraba Alto Fever en la distancia.
Su vínculo palpitaba con satisfacción -rectitud-mío-mío-mío, los brazos de San a su alrededor sólidos y muy seguros. Podía quedarse aquí para siempre, en los brazos de este hombre.
-Te amo, Maestro -dijo Wooyoung suavemente. No esperaba escucharlo de vuelta; se sentía tan feliz que necesitaba decirlo.
Los brazos de San a su alrededor se apretaron hasta el punto de que casi dolía.
Sintió a su Maestro enterrar su rostro en su cabello y respirar profundamente.
-Creo que no sería inexacto decir que el sentimiento es devuelto.
-Me duele la cabeza cuando me hablas en círculos -dijo Wooyoung, su visión se volvió borrosa. Él sonrió, mirando a San-. Un día haré que digas esas palabras repugnantes, Maestro.
Los ojos azules de San le sonrieron.
-Ya veremos -dijo, y lo besó.
El ángulo era incómodo, los labios de San estaban fríos y el aire era demasiado frío, pero el beso calentó a Wooyoung hasta los pies.
Cuando finalmente lograron romper el beso, él estaba hormigueando por todas partes, un calor familiar en su estómago.
San lo miró por un momento, su mirada paralizada. Luego tomó su mano y tiró de él hacia el castillo.
-Hemos estado aquí bastante tiempo. Vamos, Wooyoung.
Sonriendo, Wooyoung entrelazó sus dedos y dejó que su Maestro lo empujara hacia su casa.
El sol estaba saliendo.
